Capítulo 7: El Precio del Orgullo

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Irina comenzó a abrir los ojos con lentitud, sintiendo un leve mareo que la obligó a llevar una mano a su frente. La habitación parecía girar por un momento, pero poco a poco su vista se aclaró, revelando las frías paredes blancas de un cuarto de hospital. Tardó unos instantes en recordar por qué estaba allí.

—Despertaste, ¿cómo te sientes? —dijo una voz masculina.

Irina giró su cabeza con algo de esfuerzo, encontrándose con los ojos de Ethan, quien estaba sentado junto a su cama. Su rostro reflejaba bastante preocupación. Al apartar la vista, notó a Klara, que estaba de pie junto a la ventana, observando el exterior con expresión distante.

—¿Qué hacen aquí? —preguntó Irina, con un tono más agudo de lo que pretendía, regresando su atención a Ethan.

—Elena me llamó —respondió Ethan, manteniendo su voz calmada—. Me dijo que te desmayaste. Le pedí a Klara que me trajera. Estaba muy preocupado por ti.

Al escuchar que Elena fue quien los llamó, el rostro de Irina se tornó serio por un instante, reflejando su molestia. Esto por saber que otros estaban involucrados en su situación.

—Estoy bien, solo fue un simple desmayo... —dijo Irina, intentando sonar despreocupada.

—Un desmayo no es algo simple —replicó Ethan—. Los doctores dijeron que no has tomado descansos, y eso provocó que te desmayaras. Si lo hubiera sabido, no te habría permitido seguir entrenando.

—¿Y por qué no? Si quiero entrenar, es cosa mía. No tengo tiempo para descansar —protestó Irina, con su voz subiendo de tono mientras se enderezaba en la cama.

Ethan, sintiendo la tensión aumentar, se detuvo por un momento, tomando aire antes de continuar.

—¿Sabes que es peligroso no descansar adecuadamente? Especialmente para una patinadora como tú. Irina, no quiero regañarte, créeme. No es algo que disfrute hacer. Pero tienes que cuidar tu salud.

Irina rodó los ojos, cruzando los brazos con frustración. Ya había recibido un sermón de Elena, y lo último que deseaba en ese momento era otro. Decidió no responder, ignorando a Ethan mientras dirigía su mirada hacia la pared opuesta.

Klara, quien había permanecido en silencio hasta entonces, finalmente giró la cabeza hacia Irina, con una ceja ligeramente arqueada. Sin moverse de su posición, lanzó un comentario con su típico tono irónico.

—Si tu plan es entrenar hasta que te desplomes cada vez, no sé cómo piensas ganar competencias. Pero, oye, ¿quién soy yo para decirte algo? 

El comentario de Klara, aunque mordaz, no pasó desapercibido para Irina. Sin embargo, no le dio el gusto de una respuesta, manteniéndose en silencio.

Ethan intercambió una mirada con Klara. Decidió que la conversación no debía extenderse más, al menos por ahora.

—Descansa, Irina. Ya hablaremos de esto más tarde —dijo Ethan suavemente, levantándose de su asiento—. Solo quiero que te recuperes.

Sin decir nada más, Ethan se dirigió hacia la puerta, haciendo un gesto para que Klara lo siguiera. Klara, con una pausa, se tomó un momento antes de moverse, lanzándole a Irina una última mirada antes de salir de la habitación. La puerta se cerró con un leve clic, dejando a Irina en un silencio que parecía aún más profundo tras la salida de ambos.

Afuera en el pasillo, Ethan soltó un suspiro cansado y se pasó una mano por el cabello.

—Qué chica tan complicada... —murmuró, más para sí mismo que para Klara.

—¿Complicada? —Klara resopló con desdén—. Es una estúpida.

Ethan se giró hacia ella con una mirada de reproche.

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