Capítulo 40: Tensiones Nocturnas

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El sonido insistente de los golpes en la puerta de su habitación despertó a Klara en plena madrugada. Gruñó, girando su cuerpo hacia un costado para encender la lámpara, luego miró el pequeño reloj digital sobre la mesita de noche: casi las 2 de la mañana. No pudo evitar sentirse molesta mientras se levantaba de la cama, escuchando cómo los golpes en la puerta continuaban.

—Sí, sí, ya voy —respondió, levantando la voz, aún adormilada.

Sin molestarse en ponerse algo encima, Klara caminó hasta la puerta, vestida únicamente con su ropa interior, y la abrió. Frente a ella estaba Irina, parada en medio del pasillo del hotel, con su pijama y una expresión claramente ansiosa.

—¿Qué haces despierta a esta hora? —preguntó Klara, soltando un largo bostezo mientras se rascaba la cabeza con desgana.

—¡Klara! Alguien desc...

Antes de que Irina pudiera continuar, su mirada bajó, y se encontró con Klara apenas vestida. Su rostro se puso rojo, y de inmediato desvió la mirada, aclarando la garganta con incomodidad.

—Estás en ropa interior...

—Claro que estoy en ropa interior, estaba durmiendo. ¿Qué necesitas? —respondió Klara, cruzando los brazos, algo irritada por su sueño interrumpido.

—¿Puedo pasar? En serio, es algo grave —dijo Irina, aún mirando hacia otro lado, claramente incómoda.

Klara arqueó una ceja, sorprendida por la tensión en la voz de Irina. Aunque aún medio dormida, notó lo inquieta que estaba. Soltó un suspiro y se movió a un lado, permitiéndole entrar.

—Adelante, pasa.

Una vez dentro, Klara se dirigió a su maleta, sacando una camiseta y poniéndosela para aliviar la incomodidad de Irina.

—¿Y bien? —preguntó Klara, mirándola con cierta curiosidad mientras se acomodaba el borde de la camiseta.

Irina, sentada en la cama, levantó su celular y se lo acercó a Klara. Esta lo tomó sin darle mucha importancia, hasta que sus ojos se posaron en la pantalla. En el teléfono, había una página de noticias con una foto de Klara tomada durante el entrenamiento del día anterior.

—¿Qué tiene de malo? —dijo Klara, encogiéndose de hombros—. Soy tu entrenadora, es lógico que me saquen fotos.

—No, Klara... mira el título —respondió Irina, con su voz cargada de preocupación.

Klara frunció el ceño, aún confundida. Deslizó su dedo por la pantalla para ver el encabezado completo. En letras grandes, el titular decía: "¿Ha regresado Gisela al hielo después de 10 años?"

Sin decir nada, caminó hacia la cama y se sentó junto a Irina, sosteniendo el celular con fuerza. La mención de su antiguo nombre, el que había dejado atrás hacía años, la hizo sentirse vulnerable, como si todo lo que había construido para distanciarse de esa vida estuviera a punto de derrumbarse.

Si bien Klara había anticipado que esto podría suceder después de su encuentro con Leonore, verlo plasmado en un artículo de noticias aún lograba afectarla profundamente. Le devolvió el celular a Irina y llevó ambas manos a su rostro, frotando su piel con frustración mientras se inclinaba hacia adelante, apoyando los codos sobre sus rodillas.

—¿Estás bien? —preguntó Irina, con preocupación.

Klara soltó un suspiro largo, uno cargado de amargura y agotamiento.

—Sabía que esa hija de puta iba a soltar todo —dijo en voz baja.

—¿A qué te refieres? —preguntó Irina, con una ligera confusión.

Orgullo de InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora