Capítulo 17: Cicatrices del Pasado

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Las horas pasaban lentamente mientras Irina, inmersa en la oscuridad de su habitación, seguía observando su celular. Se había quedado despierta viendo videos de las competiciones en las que Klara había participado. La habilidad que ella poseía era algo único, una mezcla de perfección técnica y expresión artística que empezaba a entender por qué era considerada la mejor patinadora Alemana. 

Dejó el teléfono a un lado y se recostó en su cama, apoyando la espalda contra el cabecero mientras miraba la oscuridad de su habitación. La sensación de sorpresa aún no la abandonaba. A pesar de su orgullo, una pequeña parte de ella admitía que Klara había sido extraordinaria. Incluso se permitió sentir una punzada de envidia hacia esa patinadora que ya no existía en el mundo competitivo. Por mucho que le costara aceptarlo, Klara era superior a ella en más de un aspecto.

Se echó de nuevo en la cama, con la idea de dormirse, pero su mente seguía activa, repasando todo lo que había visto. Incapaz de dormir, se levantó y comenzó a caminar por su casa en penumbra. Llegó a la ventana y observó cómo la nieve caía con lentitud, cubriendo la calle y las aceras frente a su hogar. 

Con la mirada fija en el exterior, mordisqueaba la uña de su pulgar, perdida en sus pensamientos. De vez en cuando, sus ojos se desviaban hacia el reloj de la pared, notando cómo la ansiedad crecía con cada minuto que pasaba. Finalmente, no pudo resistir más. Sin meditar demasiado su decisión, volvió a su habitación y se cambió rápidamente, eligiendo ropa abrigada para salir.

Era demasiado tarde para tomar el transporte público, así que llamó a un taxi. Mientras viajaba en el asiento trasero, movía su pierna con impaciencia, sin poder quedarse quieta. Miraba por la ventanilla el paisaje de la ciudad nocturna, pero su mente estaba en otro lugar, sumida en una tormenta de pensamientos y emociones que no podía controlar.

Minutos después, Irina bajó del taxi y se encontró frente al Aurora Ice Arena. Se acercó a la puerta principal con paso apresurado, pero al intentar abrirla, descubrió que estaba cerrada. Frunció el ceño y apoyó las manos contra el cristal mientras acercaba su rostro, tratando de ver hacia el interior. Solo algunas luces permanecían encendidas, pero no se veía a nadie.

Se apartó de la puerta, mirando a su alrededor, como buscando una solución. Decidida a entrar, comenzó a rodear el edificio, con el sonido crujiente de la nieve bajo sus pies rompiendo el silencio de la noche. Tras caminar unos segundos, encontró una puerta trasera, una robusta puerta de metal que a simple vista parecía imposible de abrir. A pesar de ello, con un fuerte empujón, Irina logró forzarla.

—Parece que alguien olvidó cerrar la puerta trasera —murmuró para sí misma al descubrir que había entrado en un pequeño cuarto de almacenamiento lleno de artículos de limpieza.

Sin detenerse mucho tiempo, avanzó hasta una segunda puerta. Al abrirla, un sonido familiar llegó a sus oídos: el suave y rítmico roce de las cuchillas de unos patines contra el hielo. Irina alzó la vista y, con sorpresa, notó que era Klara quien patinaba lentamente en la pista vacía, con las manos hundidas en los bolsillos de su abrigo, deslizándose con la misma calma con la que hacia todo.

Irina caminó hacia el borde de la pista, deteniéndose detrás de la barrera mientras apoyaba las manos sobre ella. Aún le costaba mucho asociar la imagen de Klara con la de la prodigiosa Gisela. Aunque físicamente se veían un tanto diferentes por el paso de los años, la postura sobre el hielo era inconfundible, algo que Irina pudo reconocer después de haber visto tantos videos de las competiciones previas de Klara.

—Klara... —pronunció Irina en voz baja, intentando llamar la atención de la mujer.

Klara, al escuchar su nombre, levantó la mirada de inmediato, deteniéndose en seco en medio de la pista. Por un momento, sus ojos mostraron una ligera sorpresa al ver a Irina a esas horas de la noche. Lentamente, se deslizó hacia donde estaba, deteniéndose frente a ella y observándola en silencio por unos segundos antes de hablar.

Orgullo de InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora