Capítulo 22: Bailando con Errores

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Tras escuchar las palabras de Klara, Irina se quedó en silencio al lado de la barrera, con su mirada fija en la superficie brillante del hielo. Susie, que acababa de ajustarse los cordones de sus patines, se deslizaba con energía al entrar al hielo. 

Irina no podía dejar de mirarla. Susie patinaba con una libertad y despreocupación que le parecían casi extrañas.

—¿Tú no vas a patinar? —preguntó Ethan, sacándola de golpe de sus pensamientos.

Irina, sobresaltada, apartó la vista del hielo y miró brevemente a Ethan. 

—¿Eh? Sí... —murmuró, mientras se empujaba suavemente con un pie para deslizarse.

Ethan frunció el ceño, notando la falta de entusiasmo habitual en Irina. Se quedó un momento observando cómo patinaba lentamente detrás de Susie, sin esa energía competitiva que normalmente irradiaba.

Confundido por el cambio de actitud, se giró hacia Klara, que se encontraba a su lado, apoyada con los brazos cruzados sobre la barrera.

—¿Qué le pasa? —preguntó en voz baja, su tono cargado de preocupación—. De repente parece... distante. ¿Le dijiste algo?

Klara, sin quitar la vista del hielo, asintió lentamente con la cabeza. 

—Si, pero no te diré el que —le respondió—. Lo único que puedo compartir es que... tal vez la presencia de Susie la haga ver las cosas de otra manera. O al menos, eso espero. 

Irina, quien patinaba a poca distancia de Susie, notó de repente que la joven comenzaba a tararear una melodía suave. Al principio, fue algo que apenas percibió, inmersa en sus propios pensamientos. Pero pronto, el tarareo de Susie se fue haciendo más evidente, y la forma en que se movía sobre el hielo empezó a cambiar. No estaba ejecutando los pasos técnicos habituales de una rutina, ni siguiendo ninguna coreografía. En su lugar, se deslizaba como si el hielo fuera una pista de baile, con cada movimiento acompañado por el ritmo de la canción que salía de sus labios.

La observaba con curiosidad, incapaz de apartar la mirada. Los movimientos de Susie fluían con una gracia natural, completamente despreocupada por la precisión técnica o la perfección del estilo. Sus brazos se elevaban y caían suavemente, y sus piernas dibujaban curvas amplias, mientras sus patines cortaban el hielo con ligereza.

Irina fue disminuyendo su velocidad gradualmente, hasta que finalmente se detuvo junto a la barrera, justo donde Ethan y Klara observaban la pista. 

—¿Qué está haciendo? —preguntó Irina, sin apartar la mirada de la joven patinadora, como si intentara comprender algo que le resultaba ajeno.

Klara, que se encontraba con los brazos cruzados y una expresión tranquila, echó un vistazo a Susie antes de responder.

—Disfrutando del patinaje —contestó, con un tono ligeramente irónico, como si fuera una respuesta obvia—. No lo hace para impresionar a nadie. Susie no tiene una técnica pulida, pero la parte artística... esa la domina a la perfección.

Irina frunció el ceño, todavía observando los movimientos ligeros de Susie, que no tenían la tensión ni la precisión que ella consideraba esenciales para destacar en el hielo.

—¿De qué sirve eso si no puede competir a nivel técnico? —murmuró Irina, casi más para sí misma que para los demás, pero Klara la escuchó de todos modos.

—No todo es competir, Irina —intervino Ethan, con un tono de reflexión—. A veces se trata de conectar con el hielo, con el público... o incluso con una parte de ti que ni siquiera sabías que estaba ahí. Susie entiende eso. Ella solo quiere sentir el patinaje.

Orgullo de InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora