Capítulo 11

118 20 12
                                    

—Sois todos unos inútiles —gruñó con desprecio Moon a sus hombres, a los que había hecho llamar antes de que se marcharan a celebrar la noche buena en el One Shot. Jong podía escuchar desde el despacho de Moon como la gente llegaba al lugar—. No solo no me habéis traído a Gwan, sino que además sois incapaces de borrar lo que tienen de nosotros.

Lee se revolvía nervioso las manos, Jong pensó que tenía razones para estar así, ya que la cagada de la clave del ordenador había sido culpa suya.

—Moon, de verdad que... —comenzó a decir Lee.

—¡Tú mejor cállate! —le espetó—. Si no te hubieras cargado a aquel cerebrito ahora no estaríamos sin nada.

—Te lo dije —le susurró Jong a Lee con regocijo en ello.

Lee le miró de soslayo con una mirada poco amigable, pero le ignoró.

—Ya dije que encontraría a otro.

—¿Cuándo? ¿Cuándo estemos en la cárcel? —preguntó Moon con furia—¡Ya no hay tiempo!

—Te lo dije —repitió Jong al lado de Lee con una postura relajada al contrario que Lee.

Éste se giró de golpe hacia Jong cansado de sus gilipolleces.

—Te voy a cortar esa lengua como no...

Fue a agarrar a Jong, pero Moon fue más rápido y le obligó a que le mirara.

—No, yo te voy a cortar las manos a ti para que dejes de disparar tan a la ligera. ¡Escucha de vez en cuando a Park! Que parece que es el único que piensa aquí a veces.

Moon se dio la vuelta y tomó de la mesa su copa de whisky con hielo para tomar un sorbo de ella. Jong ladeó una sonrisa dedicada a Lee.

—¡Yo al menos encontré a alguien, Moon! Podrías tener en cuenta eso cuando me gritas a mí y echas flores sobre Park.

Su jefe se dio la vuelta lentamente. Lee tragó saliva, no debería haber dicho eso.

—¿Me estás diciendo lo que debería hacer, Lee?

Lee tomó aire, le estaba costando no montar en cólera.

—No —dijo con lentitud—. Pero aun así es cierto. Yo lo encontré, y él no ha hecho nada para solucionarlo.

—Yo encontré a Sys —se limitó a contestar Jong, sin preocuparle demasiado las acusaciones de Lee.

—Oh sí, muerto... Ya ves tú de qué nos sirvió aquello.

Jong frunció el ceño.

—¿Y cómo coño quieres que encuentre un puto hacker si tú te los cargas a todos?.

—¿¡Queréis callaros de una puta vez!? —ambos lo hicieron pero no dejaron de mirarse hasta que Moon señaló amenazantemente con el dedo a Lee—. Tienes una puta semana. Una puta semana para que me traigas a Gwan o algún capullo superdotado que elimine toda esa mierda.

Lee iba a contestar con una queja, ya que solo se estaba refiriendo a él, como si Milk y Jong a su lado no fueran también culpables, cuando abrieron la puerta.

—¿Señor? —preguntó un tipo asomándose por la puerta.

—¡¿Qué?! —gruñó Moon.

—Ya están aquí —dijo con tono de disculpa.

—Oh bien, necesito relajarme —dijo Moon con alivio antes de girarse hacia los demás presentes de la sala—. Y vosotros largaros de mi vista de una vez.

Lee frunció el ceño antes de dirigirse a la puerta. Jong y Milk le siguieron el paso. En cuando cruzaron la puerta, y estuvieron fuera del campo visual de Moon, Lee encaró a Jong.

RUN BABY RUNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora