Jong entró en la penumbra de la habitación. Cerró la puerta tras él sin hacer ruido. Dre ya estaba acostado en su cama, mirando hacia el lado contrario de su cama. Se desvistió, se puso un pantalón cómodo y una camiseta y se metió en su cama. Dre sintió como se cubría con el edredón. Se arrepentía de haberles hablado así a todos, incluso a Jong, que por primera vez parecía haber estado preocupado por lo que le pasara, aunque sonara increíble. Se había comportado como un capullo, más de lo que solía ser normalmente. Sanghu no tenía la culpa de lo que había pasado, ni Joonsang, ni Hyunki. Jong puede que un poco, pero aun así, se arrepentía de haberle gritado. Dre se colocó boca arriba y miró de soslayo a Jong. Tenía los ojos cerrados, pero estaba girado hacia él. No parecía enfadado, tenía una expresión relajada que pocas veces le veía. Era demasiado guapo, pensó Dre, incluso más que él, debía reconocer. Sus rasgos eran mucho más delicados, y su piel se veía mucho más blanca y suave. Dre se mordió el labio. Alargó sin poder evitarlo el brazo izquierdo. Llevó sus dedos delicadamente hasta el labio inferior de Jong. De pronto, Jong abrió los ojos, al sentir el tacto de Dre, pero no fue un sobresalto. Los abrió lentamente. Tampoco le miró con curiosidad, ni con sorpresa. Juntó ambas cejas y se mantuvo quieto. Dre tampoco se sorprendió cuando vio que Jong no estaba dormido, y que le miraba fijamente. Al contrario, se alegró, y paseó sus dedos desde una comisura a otra. Jong entre abrió un poco sus labios, en un gesto de consentimiento. Dre pasó su dedo índice por el borde de su boca, mojándolo un poco. Jong envolvió sus dedos en un beso. Dre movía sus dedos y Jong los besaba, lentamente. Los dedos de Dre tocaron los dientes de Jong y sintió en su piel su lengua. Dre jadeó en un susurro. Jong lamió una vez los dedos de Dre, antes de agarrarle la mano, y tirar de Dre hacia él. Dre se dejó arrastrar y quedó junto a Jong, que aún le sostenía la mano. Acarició con su nariz la mejilla de Dre. Podía sentir su respiración al estar tan pegado a él. Dre se acercó aún más y tocó con sus labios los de Jong. Los acarició delicadamente sin llegar a besarle. Jong, sin poder aguantarse, envolvió sus labios lentamente. Dre le correspondió el beso. Cerró sus ojos y dejó que sus labios vagaran por la boca de Jong a su antojo.
—No deberíamos hacer esto —dijo Jong sin dejar de besar a Dre.
Éste asintió en señal de acuerdo.
—No, no deberíamos —contestó, pero no se apartó de Jong, siguió moviendo sus labios junto a los suyos.
—Mejor... dejarlo —decía Jong sin aliento al seguir besándole.
—Sí, hay que dejarlo —consiguió decir Dre antes de que Jong apretara más su boca con la suya.
—Pues para —dijo Jong.
—Para tú.
—Eso intento, pero no me dejas.
—Es tu culpa, me tienes cogido de la mano —señaló Dre aun con su mano entrelazada contra la de Jong.
Volvió a besarle antes de que Jong le soltara la mano.
—Ahora, déjame ir —dijo Jong.
Ambos se separaron lentamente, pero no apartaron la mirada el uno del otro. Tenían la respiración acelerada. Jong se mordió el labio, mirando los de Dre, de los cuales se había tenido que separar, y los cuales quería volver a tener junto a su boca. Pero no podía, no estaba bien. Dre era su hermano, al menos en teoría. Pero no le veía como un hermano, hasta hacía unos meses ni siquiera sabía de su existencia. Por lo que no era malo sentirse atraído por él, o al menos eso quería pensar. Aunque no solo era su hermano, también era un hombre. Ya se había preguntado alguna vez que era lo que realmente prefería, había estado con mujeres, pero nunca con hombres. Y sin embargo, al ver a Moon enredado siempre con ambos sexos era difícil no preguntarse por uno mismo. Y hasta que no llegó Dre no había sentido esa atracción por ninguna mujer u hombre. Le ansiaba y de eso estaba seguro. Si no ¿cómo podía estar besando a una persona que detestaba? Porque lo necesitaba, besarle, y más. Pero no podía hacerlo, no podía consentírselo a sí mismo. Dre estaba mirándole y no le quitaba la vista de encima. Estaba comiéndoselo con los ojos, y seguramente él mismo le estaba mirando de la misma manera. Podía permitírselo, al menos aquella noche, aunque solo fuera en lo más mínimo. Y ese pensamiento fue todo el consentimiento que necesitaba.

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RUN BABY RUN
Storie d'amoreDre sabe muchas cosas. Sabe resolver cualquier ecuación, sabe explicar la teoría de cuerdas y sabe cómo hacer adecuadamente un torniquete. También sabe que estudiará medicina, sabe que su equipo de baloncesto no ganará ese año la liga y sabe que no...