Milk abría y cerraba su encendedor impaciente, esperando la llamada de Jong. Le había dicho que acudiera al edificio abandonado de aquella última vez y llevara todo el equipo. Soltaba rápidas bocanadas de humo nervioso, no le gustaba aquel lugar. Se levantó de una de las sillas y comenzó a pasearse por la habitación mientras se frotaba el brazo izquierdo para entrar el calor. El móvil sobre la mesa brilló y comenzó a vibrar. Milk se apresuró a cogerlo.
—¿Jong? —preguntó nada más descolgar.
—¿Ya estás allí?
—Sí, ya estoy aquí, pero...
—Bien, pues espérame, voy enseguida. ¿Has preparado todo? ¿Y el dinero?
Milk resopló irritado.
—Sí, Jong está todo listo, pero me quieres decir qué pasa.
—Ya he encontrado alguien que nos haga el trabajo —se limitó a decir Jong.
—¿Qué? ¿En serio? —preguntó Milk iluminándose la cara— ¡Eso es genial! ¿Cómo lo...?
—¡Deja de hacerme preguntas! —le espetó Jong—. En unos minutos estaré ahí con él. Hasta ahora.
Se guardó el móvil en la cazadora y se apoyó en su moto. Miró su reloj de pulsera. Dre llegaba diez minutos tarde. Miraba a ambos lados impaciente cuando le vio venir de frente.
—Llegas tarde.
—Me da igual —contestó encogiéndose de hombros— ¿Es aquí donde tengo que hacerlo?
—¿Eres tonto? ¡Claro que no! —Jong se subió a la moto—. Sube.
—¿A la moto? —preguntó Dre extrañado de que le dejara subir.
Esperaba que aunque estuviera lejos el lugar le obligaría a ir andando. Jong le miró como si fuera idiota.
—¡No, a la alfombra mágica! —exclamó, cogió el casco de sobra y se lo tendió—. Toma.
Dre lo agarró y vio como Jong se ponía el suyo. Suspiró y se colocó el que le había dado. Pasó la pierna por la moto y miró a su alrededor. No había nada para sujetarse. Miró la cintura de Jong sin estar muy seguro de si agarrarse a él. Jong se terminó de poner los guantes y se giró.
—Puedes agarrarte, no te voy a comer —dijo con su tono fanfarrón al ver que Dre dudaba.
—Quería comprobar primero si había otra opción que no fuera agarrarme a ti.
—No la hay, si no ya te la hubiera dicho —Jong buscó las manos de Dre, las tomó y se las puso sobre la cintura—. No es que sentir tus manazas en mí sea algo agradable.
Dre chasqueó la lengua y le dio un pequeño manotazo en el hombro. Jong movió el manillar y arrancó la moto. Había mentido a Dre, sentir sus manos en los costados era algo agradable. No subía a demasiada gente a su moto, quitando a Milk que siempre se agarraba a él con fuerza, no le gustaba demasiado las motos, prefería los coches. En cambio Dre parecía estar relajado tras él, aunque la razón podría ser que no quisiera sujetarse a él con demasiada efusividad. Gangdong era el distrito más al este de Seúl, estaba casi pegado a la cuidad de Hanam. Jong condujo hasta las afueras, aun no era tarde, pero ya estaba anocheciendo. Dre vio a través del casco el barrio donde se encontraban. Si a Dre le gustaba poco donde vivía en la actualidad, aquel lugar lo detestó. Si pensaba que era algo marginal su calle, nada comparado a aquello. Llegaron hasta un edificio que parecía abandonado. Los cristales estaban rotos y solo se veía oscuridad en su interior. La fachada estaba totalmente destrozada. Jong apagó la moto y se quitó el casco. Dre le imitó y se bajó observando el lugar.

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RUN BABY RUN
RomanceDre sabe muchas cosas. Sabe resolver cualquier ecuación, sabe explicar la teoría de cuerdas y sabe cómo hacer adecuadamente un torniquete. También sabe que estudiará medicina, sabe que su equipo de baloncesto no ganará ese año la liga y sabe que no...