Capítulo 9

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Chanel le había estado hablando en susurros durante toda la clase, cosa que no le importó, ya que las clases le resultaban del todo aburridas. Además disfrutaba con la mirada de furia e impotencia que le dedicaba Y-Shin. Se había librado de la cólera de aquellos dos durante casi una semana, en cuanto acababa las clases la señora Jang, le hacía acompañarle a su despacho. Allí la mujer le ponía problemas y problemas que Dre resolvía en cuestión de segundos. Acababan a media tarde, Dre salía de allí viendo entrar a Seungwoo, pues él tenía el turno después de él. Para esas horas de la tarde, no había ni rastro de Y-Shin por el instituto, por lo que Dre pudo evitar los encuentros con estos dos, aunque sabía que en cualquier momento se tomarían su venganza. Quedaban apenas unos días para la primera prueba, de la cual solo uno se clasificaría para las estatales, y también quedaban solo unos días para las vacaciones de Navidad. Una época estúpida para Dre, y más si tenía que pasarla allí, y no con su familia y sus amigos. Les había contado que se había quedado sin portátil, aunque no la razón, por lo que volvió a las llamadas nocturnas de sus amigos. A pesar de que con quien más seguía hablando era con Chuck, las conversaciones con Mina aumentaron. Ella, por muchos kilómetros que les separaran, seguía enamorada de él. Dre sentía en su interior, que aunque no la amara como ella a él, anhelaba verla, envolverse con su aroma, para así sentir que estaba en casa. O puede que solo echara de menos la sensación de sentir ese calor con alguien. En ocasiones había pensado que Chanie, como solía llamar Dre a Chanel, ya que no soportaba ese estúpido mote, sería la candidata perfecta. Pero aquel pensamiento no pasó más allá de eso, de un pensamiento, por dos razones. No quería estropear la amistad que tenía con ella, su única amiga allí, y además, aunque aquello no le importara lo más mínimo, no la veía de esa manera. No había sentido deseo por nadie desde que estaba allí, bueno, por nadie excepto... El sonido del timbre interrumpió los pensamientos de Dre. La gente comenzó a salir de clase, Dre recogió a paso lento, ya que él tenía otras dos horas por delante con la señora Jang. Solo él y otros cinco alumnos, incluidos Seungwoo e Y-Shin, se demoraban. Cuando Seungwoo iba a salir seguido de Y-Shin la señora Jang le llamó.

—Espere, señor Kwon.

Este se detuvo y miró a su profesora. Cuando habló la señora Jang se dirigió tanto a Dre como él.

—Hoy se pueden ir a casa los dos. Los días que quedan para el certamen dedíquenlos a descansar. Los dos ya están suficientemente preparados para ello —les dijo la profesora con una amable sonrisa.

Dre, como un auto reflejo, llevó su mirada hacia Seungwoo, que le miraba de soslayo con una peligrosa sonrisa, sabiendo lo que aquello significaba. Y-Shin y él tendrían ahora vía libre.

—Oh pero... yo aún tengo algunas dudas, señora Jang —se apresuró a decir.

La mujer le miró confusa, y de pronto soltó una risa.

—Dre, no has tenido ni una sola duda en todo lo que llevábamos practicando. Estás totalmente preparado. Así que ahora solo descansa. Y usted también, señor Kwon —los dos se quedaron dónde estaban, Dre quería que Seungwoo saliera primero para poder librarse de él, pero Seungwoo quería todo lo contrario y tener a Dre en cuanto saliera de clase. La señora Jang vio que ninguno se había movido. Eso es todo, chicos — les instó la profesora.

Dre fue el que cedió, para mostrar, una vez más que aquellos dos no le infundían ningún temor. Cruzó la puerta de la clase, donde estaba apoyado Y-Shin, que le sonreía con aquella mueca de diversión. Dre pasó de largo y comenzó a caminar hacia la salida, pero como era de esperar la seguían. Dre suspiró en silencio. Y-Shin se adelantó y se colocó a su lado.

—Qué bien que esa puta os haya dejado salir antes, ¿verdad? —preguntó con su fingida voz amable—. Divirtámonos un poco.

—No, gracias —se limitó a decir Dre sintiendo cada vez más cerca de su espalda a Seungwoo. Sin darse cuenta, casi choca con Y-Shin, que se colocó frente a él, impidiéndole el paso.

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