Pov. Alaya
La semana avanzaba y, con cada día, las cosas parecían complicarse aún más. La dinámica entre mis amigas se volvía cada vez más tensa. Clara, Leonor y Kiara comenzaron a tener roces constantes conmigo. Ya no eran simples malentendidos; había algo en el aire que hacía que la interacción se volviera incómoda.
Un día, mientras hablaba con Luisa y Celeste en el patio, escuché un comentario sarcástico de Clara que me hirió. “Alaya, ¿sigue tratando de encontrar su lugar en el grupo?”, dijo en un tono burlón. Aunque intenté ignorarlo, la punzada de su sarcasmo me hizo sentir vulnerable. Leonor, siempre la pacificadora, intentó cambiar de tema, pero la tensión ya estaba en el aire. Kiara, que solía ser una aliada, parecía disfrutar del drama, y eso me sorprendió. La mirada de diversión en su rostro me dejaba claro que no era un malentendido: algo había cambiado en nuestra amistad.
Sin embargo, en medio de esta turbulencia, Celeste y Luisa comenzaron a acercarse más a mí. Hablar con ellas se sentía como un respiro fresco en medio de la presión. Celeste tenía una forma de hacerme reír con sus comentarios ingeniosos, mientras que Luisa, aunque a veces seria, mostraba un apoyo silencioso que me hacía sentir valorada. Comenzamos a compartir pequeños secretos y risas, y por un momento, me olvidé de la tensión que había entre mis otras amigas.
En el transcurso de la semana, conocí a Selena, una de las nuevas chicas que había llegado a la escuela. Tenía una personalidad vibrante y un sentido del humor que me atraía. Había un clic inmediato entre nosotras, y su energía era contagiosa. En los recreos, empezamos a pasar tiempo juntas, explorando nuestras similitudes y disfrutando de las pequeñas cosas. Con cada conversación, sentía que me alejaba un poco más de las tensiones con Clara y compañía.
A pesar de las conexiones que estaba formando, había algo que me atormentaba: Frida. Su cercanía con Kiara me causaba una rabia que no podía contener. A medida que veía cómo se reían y compartían secretos, una parte de mí empezaba a sentir un odio visceral hacia ella. Era como si me estuvieran robando algo valioso, algo que una vez creí que era solo mío. El hecho de que Kiara prefiriera pasar tiempo con Frida, en lugar de conmigo, solo aumentaba mi frustración. Intenté convencerme de que debía dejar de lado esos sentimientos negativos, pero cada vez que veía su amistad florecer, me costaba más y más.
Mis sentimientos hacia Lucas seguían confundiéndome. Había algo en su mirada que me hacía sentir especial, como si él también sintiera una conexión. Pero había un miedo latente en mi interior que me detenía. ¿Era realmente un interés romántico o simplemente una ilusión que creaba en mi mente? No me gustaba andar en esas cosas, como coqueteos y dramas de adolescentes. Prefería la calma de mis libros y la sencillez de mis amistades reales. Pero la presencia de Lucas despertaba algo en mí que no podía ignorar. La idea de abrirme a esos sentimientos me llenaba de ansiedad.
El fin de semana se acercaba y con él, la posibilidad de reflexionar sobre todo lo que había estado sucediendo. Decidí que necesitaba un espacio para procesar mis pensamientos y emociones. Al llegar a casa, me dejé caer sobre la cama, sintiendo que el peso del mundo se asentaba sobre mis hombros una vez más. La confusión sobre mis amistades y los celos que sentía hacia Frida y Kiara eran agotadores.
Mientras la noche avanzaba, me encontré pensando en lo que realmente quería. La amistad era un campo minado emocional, y parecía que cada paso que daba podía desencadenar una explosión. Quería estar cerca de mis amigas, pero también anhelaba un espacio donde pudiera ser yo misma, sin la presión de encajar. Las amistades son complicadas, y en este momento, la mía se sentía como un rompecabezas incompleto.
La semana había sido un viaje emocional, y no podía evitar preguntarme qué pasaría a continuación. La vida seguía adelante, y yo me sentía atrapada entre viejas conexiones y nuevas oportunidades. Tal vez, solo tal vez, podría encontrar un equilibrio entre lo que era y lo que deseaba ser.
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Más Allá Del Silencio
Non-FictionAlaya Monroy vuelve a clases después de la pandemia, pero algo en ella ha cambiado. Antes era segura y confiada, ahora esconde bajo su sonrisa una oscuridad que nadie parece notar. Llena de inseguridades, atrapada en el dolor y la soledad, Alaya se...