Pov. AlayaLa semana comenzó con un peso abrumador sobre mis hombros. La tensión que sentía por las situaciones con Kiara y Frida se volvió insoportable. Cada vez que veía a Kiara reír con ella, un nudo en mi estómago se hacía más fuerte. Intenté ignorarlo, pero no podía. Todo se volvió más complicado cuando, inesperadamente, tuve un roce con Selena.
No estaba segura de cómo había sucedido, pero en un momento estábamos riendo y compartiendo historias, y en el siguiente, había un malentendido que dejó un aire tenso entre nosotras. Ella había hecho un comentario que me pareció insensible, y, en un arranque de frustración, respondí con más dureza de la que pretendía. La chispa de nuestra conexión se apagó, dejándome sintiéndome sola y confundida.
Me sentía atrapada en un mar de emociones, incapaz de encontrar un rumbo claro. Con el corazón pesado, decidí refugiarme en Sophie. Era la única persona que parecía entender lo que realmente estaba pasando. En medio de mi caos, ella siempre había estado a mi lado, ofreciéndome su apoyo incondicional.
Al llegar a su casa, la encontré sentada en el sofá, revisando sus mensajes. Su rostro se iluminó al verme, y en ese momento supe que había tomado la decisión correcta. Me dejé caer a su lado y, al instante, sentí el peso de la semana desvanecerse un poco.
—¿Qué sucede, Alaya? Te noto diferente —me preguntó con suavidad, mirándome a los ojos.
Las lágrimas amenazaban con escapar mientras le contaba todo. Hablé sobre Kiara, Frida, el roce con Selena y cómo todo se sentía como una montaña rusa emocional. Sophie escuchó atentamente, sin interrumpirme, y eso fue exactamente lo que necesitaba.
—A veces, las cosas entre amigas pueden volverse complicadas —me dijo. —Pero yo estoy aquí para ti.
Me sentí aliviada de tener a alguien que realmente se preocupaba. A pesar de que la relación con Luisa y Celeste no estaba en su mejor momento, Sophie me aseguró que ellas también habían notado que algo andaba mal. Parecía que, de alguna manera, las tres amigas se estaban uniendo para apoyarme, aunque de formas diferentes.
—Me doy cuenta de que estás pasando por algo —agregó Sophie—. No tienes que enfrentarlo sola.
Mientras hablábamos, me di cuenta de que Sophie tenía razón. Mis sentimientos estaban ahí, crudos y reales, y no podía seguir ignorándolos. En ese momento, sentí que la conexión con Sophie se profundizaba. Ella entendía mis luchas y mis inseguridades, y estaba dispuesta a ayudarme a atravesar este mar de confusiones.
La tarde pasó entre risas y confesiones, y poco a poco, el peso en mi pecho comenzó a aliviarse. Me sentía un poco más fuerte al saber que, aunque mis amistades eran complicadas, siempre podría contar con Sophie. Aun así, la preocupación por la relación con Kiara seguía presente. No quería perder esa conexión, y deseaba que el malentendido se resolviera.
A medida que regresaba a casa, reflexioné sobre lo que había aprendido esa tarde. Las amistades no siempre son simples, y a veces, requieren más esfuerzo del que uno quisiera. Pero sabía que tenía que enfrentar mis miedos y no dejar que las inseguridades me dominaran. Las cosas podían mejorar, pero para eso, necesitaba ser honesta conmigo misma y con los demás.
La vida seguía su curso, y aunque estaba abrumada, había un destello de esperanza en mi corazón. Tal vez, con el apoyo de Sophie y la determinación de enfrentar mis emociones, podría encontrar mi camino en medio de este complicado mundo de amistades y conexiones.
ESTÁS LEYENDO
Más Allá Del Silencio
Документальная прозаAlaya Monroy vuelve a clases después de la pandemia, pero algo en ella ha cambiado. Antes era segura y confiada, ahora esconde bajo su sonrisa una oscuridad que nadie parece notar. Llena de inseguridades, atrapada en el dolor y la soledad, Alaya se...