Capítulo 15: Confusión y Desmoronamiento

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Pov.

Alaya no puede sacarse de la cabeza lo que ha descubierto sobre Lucas. Esa sensación de desconcierto y traición la acompaña desde el momento en que escuchó el nombre de Kiara salir de los labios de Ernesto. Durante la clase, sus pensamientos están desordenados, llenos de preguntas sin respuesta. ¿Cómo es posible que Lucas, con quien había empezado a sentir una cierta cercanía, esté enamorado de Kiara? ¿Es por eso que Kiara ha estado tan distante últimamente?

Los días siguientes pasan como en una niebla espesa. Alaya intenta continuar con su rutina, pero todo se siente falso, como si estuviera caminando en un sueño del que no puede despertar. El distanciamiento con Kiara se vuelve más evidente, las miradas cargadas de celos y resentimiento son ahora casi insoportables. Cada vez que Alaya ve a Lucas, la duda y la inseguridad crecen dentro de ella. Se pregunta si sus conversaciones y gestos amables fueron solo una ilusión creada en su mente.

Durante uno de los recreos, mientras está sentada sola en una esquina del patio, Alaya siente otra vez esa sensación de opresión en el pecho. Su respiración se acelera, sus manos comienzan a temblar. El bullicio de los estudiantes alrededor parece desvanecerse mientras ella lucha por tomar aire. Sus ojos se llenan de lágrimas, pero rápidamente las seca antes de que alguien pueda notarlas.

"Todo está bien", se repite en su mente, aunque sabe que está lejos de estar bien. Esta vez no puede ignorarlo, su cuerpo le está exigiendo que enfrente lo que siente. Sin embargo, en lugar de hablar con alguien, Alaya se levanta y se va al baño, intentando recomponerse antes de que alguien la vea en ese estado.

Más tarde, en el almuerzo, Sophie se acerca a ella. Alaya sabe que su amiga ha notado algo extraño en su comportamiento, pero está demasiado agotada emocionalmente como para explicarse. Sophie se sienta a su lado, con una mirada de preocupación.

—Alaya, te ves muy mal —le dice Sophie, con ese tono suave que siempre usa cuando está preocupada por alguien.

—No es nada, de verdad —responde Alaya, intentando sonar convincente—. No te preocupes por mí.

Sophie la mira fijamente, como si pudiera ver a través de las palabras vacías que está diciendo. Alaya sabe que Sophie no le cree, pero no tiene la energía para dar explicaciones. En ese momento, Sophie parece a punto de decir algo más, algo importante, pero se detiene. Alaya no lo nota, está demasiado ocupada luchando contra sus propios pensamientos. Si tan solo se hubiera dado cuenta de que Sophie también estaba lidiando con sus propios problemas...

La distancia entre ambas se hace cada vez más palpable, pero ninguna se atreve a romper el silencio. Es un silencio que pesa, lleno de lo que no se dice y de los sentimientos no compartidos.

Alaya intenta concentrarse en otras cosas para no pensar en Lucas ni en Kiara. Durante una actividad en clase, se reencuentra con su grupo habitual: Lucas, Ernesto, Diego, Clara y Leonor. La dinámica de trabajo debería ayudarla a distraerse, pero todo parece tener una nueva carga emocional. Alaya siente una incomodidad latente cuando está cerca de Lucas. Sabe lo que siente por Kiara y eso lo cambia todo.

En un momento, mientras trabajan en equipo, Clara comenta algo que alude indirectamente a los sentimientos de Lucas. La conversación parece inofensiva para el resto, pero Alaya no puede evitar sentirse aún más ansiosa. Cada vez que Lucas se ríe o habla, Alaya se pregunta si está pensando en Kiara. Esa inseguridad la carcome por dentro.

Cuando la actividad termina y están guardando sus cosas, Lucas se acerca a Alaya.

—¿Estás bien? —pregunta con una voz suave que hace que el corazón de Alaya lata aún más rápido.

Alaya asiente, pero no se atreve a mirarlo a los ojos. No quiere que él vea la confusión en su rostro. La conversación se queda en el aire, y Alaya se siente atrapada entre lo que quiere decirle y lo que no puede expresar. Quisiera confrontarlo, preguntarle directamente si sus sentimientos por Kiara son ciertos, pero la realidad la paraliza. No sabe si está preparada para escuchar la respuesta.

La clase termina, pero la confusión de Alaya solo se profundiza. Mientras camina hacia la salida, la situación parece insostenible. Lucas, Kiara, Frida... todo lo que pensaba que sabía sobre sus amistades y sus sentimientos se está desmoronando frente a sus ojos.

Cuando llega a su casa esa noche, Alaya se desploma en su cama. Su mente sigue girando en círculos, atrapada entre los celos, el rencor y el dolor. Por un momento, desea que todo desaparezca, que todo vuelva a ser como antes, antes de las traiciones y de los sentimientos no correspondidos. Pero sabe que eso es imposible. Nada volverá a ser lo mismo.

Antes de dormirse, toma su teléfono y mira las redes sociales. Ve una foto de Kiara y Frida juntas, riendo como si el mundo fuera perfecto para ellas. Alaya siente una punzada de dolor en el pecho. Cierra los ojos y deja que las lágrimas caigan, en silencio, sin que nadie más sepa lo que está pasando por su mente.

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