Luego de todo eso Nos habían dado una habitación.
Entramos y yo estaba horrorizada.
— Señor, ¿le puedo pedir algo?
— ¿Qué? —dijo mientras tomaba asiento y desabrochaba los tres botones de su camisa.
— Puede ser cuidadoso... nu... nunca he tenido relaciones —le pedí con clemencia, arrodillándome y comenzando a llorar.
Él paró sus movimientos, me analizó de pies a cabeza y habló.
— Tranquila, no te haré nada.
— ¿C... cómo dice?
— No haremos nada. Aunque créeme, estás para cogerte, pero de solo pensar que esto le podría pasar a mi hermana, me da asco.
— ¿Su hermana?
— Sí, tiene tu misma edad.
— Entonces es muy afortunada de tener personas que la quieran y la cuiden.
— Mejor levántate del suelo y siéntate.
— Oh, claro —me levanté y me senté en la cama.
— ¿Por qué estás aquí?
— Soy hija de los dueños.
— ¿Te obligan a estar aquí?
— Sí. Realmente, si fuera por mí, no estaría aquí. En este momento estoy tan decepcionada de mi madre por venderme a ese hombre.
Y ahí caí en cuenta. Ese hombre... mañana estaría conmigo, tocándome, besándome. De solo pensarlo me daba asco, y entonces una idea cruzó por mi mente.
— Señor, ¿usted puede ayudarme?
— ¿En qué?
— Pu... puede ayudarme a escapar.
— ¿De qué me ves cara? Además, es mi socio. No me meto en la vida ajena.
— Se lo pido —volví a arrodillarme, y sus ojos me miraron directamente. Podía creer que moría en ese momento.
— No, tengo un negocio importante que hacer con él. No lo arruinaré por ti.
— Señor... puedo cocinar, incluso limpiar, solo sáqueme de este infierno.
— Yo... —disparos comenzaron a sonar por todo el lugar.
— ¡Señor! —dijeron al abrir la puerta inmediatamente— Debemos irnos.
— ¿Qué está pasando?
— El señor Rut no está muy feliz de que esté aquí con la chica, así que quiere matarlo.
— ¿Él es idiota? Él mismo dijo que podía cogérmela.
— La verdad, no sé, señor. Solo sé que quiere matarlo.
— Vámonos —se levantó y yo me lancé a su pierna.
— Lléveme con usted.
— Dios, eres un verdadero dolor de cabeza.
Los disparos sonaron más cerca.
— Señor, debemos irnos ya.
— Por favor...
— ¡Está bien! De igual manera creo que me serás útil en negociaciones.
¿En qué me había metido?
Me levanté del suelo y los seguí. Nos fuimos por la parte trasera, donde había una camioneta negra y un carro que costaba más que mis dos riñones.
— Amárrala y métela en la camioneta con ustedes.
— Sí, señor —me miró—. ¿Me puede acompañar?
— Sí —dije apenada.
Cuando entré, me vendaron los ojos y me esposaron. Luego me colocaron en un asiento. ¿Nerviosa? Claro que sí, había caído en las redes de la mafia. La camioneta comenzó a andar y sentí cómo mi corazón se aceleraba más.
Había pasado mucho tiempo hasta que por fin la camioneta se detuvo y me bajaron de ella. Cuando me quitaron el vendaje...
La casa era algo moderna, pero daba un poco de miedo.— Ya saben a dónde llevarla.
— Señor, ¿está seguro?
— ¿Acaso estás desobedeciéndome?
— No, señor, solo que ella es inocente.
— Me quieren matar por ella, así que hazme caso.
— Sí, señor.
— Y que sea la última vez que me desobedeces. Y tú —me señaló a mí—, bienvenida al infierno.
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Mafia y Debilidad
Подростковая литератураUna chica que, lamentablemente, creció en un mundo de mierda. Al cumplir los 17, sus padres la metieron en un lugar de mala muerte. Ella pensaba que era lo peor que le podría haber pasado en la vida, pero el destino no tenía ese plan...Un chico de 2...