Después de que la chica se fue, la habitación volvió a sumirse en un silencio. Pasaron unas horas, aunque podrían haber sido días. El tiempo ya no tenía sentido para mí en esa habitación. Nadie volvió a entrar, y la soledad comenzó a hacerse insoportable. Empecé a dudar de todo. ¿Realmente estaban investigando? ¿O simplemente estaban esperando el momento adecuado para deshacerse de mí?.
De repente, el sonido de la puerta abriéndose rompió el silencio. Esta vez, era él de nuevo, el chico que había entrado antes. Seguía con la misma expresión, aunque algo en su mirada había cambiado. No estaba seguro de qué era.
Se paró frente a mí, cruzando los brazos, como si estuviera decidiendo por dónde empezar.
— todos estos días he investigado todo lo que me dijiste —dijo, su voz firme pero sin la dureza de antes—. Y por ahora, parece que no estabas al tanto de lo que pasaba.
El alivio que sentí al escuchar esas palabras fue inmediato, pero no me atreví a respirar del todo tranquila. Sabía que aún había más que decir.
— Pero eso no significa que estés libre —continuó—. Tus padres son un problema para mí. Y, por desgracia, eres parte de ese problema. No puedo simplemente dejarte ir. Al menos no sin consecuencias.
Sabía que mis padres eran el verdadero origen de todo, pero ¿cómo podía zafarme de ellos sin que eso significara mi muerte?
— No quiero tener nada que ver con ellos —dije rápidamente, tratando de hacer que me escuchara—. Haré lo que sea necesario para demostrar que no soy como ellos. No elegí esta vida, y no quiero seguir siendo parte de ella.
Él me miró fijamente
— Eso es lo que todos dicen —respondió—. Pero decirlo es fácil. Lo difícil es actua ¿Estás dispuesta a traicionar a tus propios padres para salvar tu vida?
La pregunta me golpeó como un puñetazo. La realidad era mucho más dura de lo que había anticipado. No se trataba solo de huir; se trataba de tomar una decisión que lo cambiaría todo para siempre. Si traicionaba a mis padres, significaría romper con el único lazo que, a pesar de todo, aún tenía con ellos. Pero también sabía que, si no lo hacía, mi vida estaba en juego.
— Si mis padres son responsables de todo esto, entonces sí —dije, tratando de sonar más segura de lo que realmente estaba—. No puedo seguir así
Él asintió lentamente, como si estuviera ponderando mis palabras.
— Bien. Eso es lo que quería escuchar. Pero aún no hemos terminado. Hay más que necesitaré de ti si quieres sobrevivir a esto. Vas a tener que ser útil para mí de una forma u otra. Solo entonces consideraré dejarte ir.
Mis nervios estaban al límite, pero sabía que esta era mi única opción. Lo único que me quedaba por hacer era seguir su juego y esperar que, al final, lograra salir de esta pesadilla.
— Haré lo que sea necesario —repetí, con la firmeza que me quedaba.
Él me miró durante unos segundos y empezó a caminar hasta donde posaban las cadenas en mi manos quitandolas de ellas, caí al suelo inmediatamente los brazos realmente me dolían
— Vamos a ver si cumples con tu palabra—
Me levanté, sabiendo que el verdadero desafío apenas estaba comenzando.
Mientras me levantaba y lo seguía hacia la puerta, el nudo en mi estómago crecía. Sabía que cada paso que daba era directo al infierno
Caminamos por un pasillo largo y oscuro. Mi mente no dejaba de dar vueltas, pensando en lo que significaba “ser útil” para él. ¿Qué esperaba que hiciera? ¿Y hasta dónde estaría dispuesta a llegar para salvar mi vida?
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Mafia y Debilidad
Teen FictionUna chica que, lamentablemente, creció en un mundo de mierda. Al cumplir los 17, sus padres la metieron en un lugar de mala muerte. Ella pensaba que era lo peor que le podría haber pasado en la vida, pero el destino no tenía ese plan...Un chico de 2...