Había llegado la noche, Emma y Nicólas estaban en la puerta del lugar en la espera de Dalas.
El lugar era oscuro y tenía un parecido al club algo que tenía a Emma un poco inquieta.
Dalas había llegado y de inmediato Emma reconoció a ese hombre mezquino. Era un hombre de mirada penetrante y sonrisa astuta, alguien acostumbrado a conseguir lo que quería sin mucho esfuerzo. Cuando sus ojos se encontraron con Emma, su interés se hizo evidente de inmediato.
- vaya, Smith no sabía que el rey de la mafia tenía de novia a la chica bonita del club- dijo viendo de arriba abajo a Emma.
Emma se habían colocado un vestido negro con una abertura en una de sus piernas, Nicólas le había dicho que no, pero aún así ella se sentía bien con ese vestido, pero ahora se arrepentía.
- ¿De que hablas Dalas?- dice con su tono frío y serio con su expresión que le daba miedo a Emma
- esta chica por si no sabías, era parte de un club y en varias ocasiones la intenté tener en mi cama, pero la chica nunca se dejó. Pero bastante que provocaba a unos cuantos ahí- dice fijando su mirada en Emma quien desde que vio al hombre tenía miedo, esa no era toda la parte de la histori
Nicólas apretó la mandíbula de solo pensar que su bella e inocente flor fuera tocada por otro imbécil le daba ganas de matarlo.- ¿Estás seguro que solo eso?- dijo viendo cómo Emma agarraba fuertemente de su brazo desde que llegó Dalas.
- claro amigo, no es si pequeña- la vio con unos ojos los cuales Emma templo del miedo
-s...si- dijo tartamudeando al pronunciar
- bien, entraré- dijo empezando a caminar al lugar
- ¿Estás bien, bonita?- pregunta viendo cómo Emma temblaba en su lugar
¿Como le dices al chico mafioso que estás conociendo que su socio intento violarla? ¿Como se lo dices sin que esté intenté matarlo en medio de un restaurante?
- yo...yo- no pudo terminar de hablar y lágrimas rodaron por sus mejillas
Su mirada se volvió más oscura al ver las lágrimas en sus ojos, y su mente bullía con un solo pensamiento: protegerla a toda costa.
-Emma, necesito que me digas la verdad -dijo, su tono apenas un susurro, pero cargado de autoridad-. ¿Qué te hizo ese imbécil?
Emma tragó saliva y bajó la mirada, sintiendo la Sabía que decirle la verdad a Nicolás sería encender una mecha peligrosa. Pero también sabía que ya no podía seguir ocultando lo que le había sucedido.
-Lo intentó... me forzó -murmuró finalmente, su voz quebrándose-. Pero... logré escapar antes de que pudiera hacer algo más.
- ¿De que hablas, mi flor?- dijo en un tono realmente cariñoso
- el intento vi...violarme- dijo entre susurros y su cuerpo temblando con el solo recuerdo
Nicolás sintió una furia visceral encenderse en su interior. Sus ojos se estrecharon con un destello frío y calculador, y su mandíbula se tensó aún más. De inmediato, giró hacia la puerta del lugar donde Dalas acababa de entrar, como si nada hubiera pasado.
-Espera aquí -ordenó, con una calma peligrosa-. Voy a encargarme de esto.
Emma agarró su brazo con fuerza, su rostro pálido y tembloroso.
-No, por favor. Si haces algo ahora, será peor -suplicó, sus ojos suplicantes buscando los de él-. Dalas tiene contactos en todas partes. No quiero que te metas en problemas por mi culpa y puedes perder el trato.
Nicolás se detuvo, la furia aún ardiendo en su mirada, pero la suavidad en la voz de Emma lo hizo respirar hondo. Sabía que tenía razón, actuar impulsivamente en ese momento podría ser un error, pero tampoco podía dejar que ese malnacido siguiera impune.
-Está bien, no haré nada aquí -accedió con un tono más calmado, aunque sus ojos reflejaban una promesa de venganza-. Pero esto no se quedará así, Emma. Él va a pagar por lo que te hizo.
Emma asintió, aún temblando, pero sintiendo un alivio tenue al saber que Nicolás, por ahora, lo dejaría pasar.
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Mafia y Debilidad
Ficção AdolescenteUna chica que, lamentablemente, creció en un mundo de mierda. Al cumplir los 17, sus padres la metieron en un lugar de mala muerte. Ella pensaba que era lo peor que le podría haber pasado en la vida, pero el destino no tenía ese plan...Un chico de 2...