¿"Bienvenida al infierno"? ¿Qué significaba eso?Cuando el "jefe", como le llaman, se fue, unos tipos me agarraron y me llevaron a un lugar. Era sencillo, pero para nada agradable. Me ataron con unas cadenas y luego se fueron. Me dejaron ahí sin saber por cuánto tiempo, hasta que la puerta se abrió y pude ver a una chica.
Se paró frente a mí y me miró de arriba a abajo.
— Me habían dicho que había llegado una chica muy linda y sexy, incluso así te apodaron, pero al verte puedo decir que eres horrenda. — No le presté atención, solo me quedé callada. — Lástima que estarás muerta dentro de poco.
— ¿De qué hablas?
— ¿Que de qué hablo? ¿Por qué crees que estás aquí?
Mis nervios estaban al máximo.
— No entiendo nada.
— Te explico: me acabo de enterar que a Nick lo iban a matar, y tú serías el pago por eso.
— No entiendo nada.
— Sí, claro. Seguro ya lo sabías todo. ¡A mi chico lo iban a matar!
— ¿Tu chico?
— Sí.
— P... pues tu chico estaba en un prostíbulo.
— Y... yo... sí, lo sé. Era para un negocio. Sabes qué, mejor me voy. Solo venía a ver qué tan linda eras, según los súbditos, y estos tarados no tienen buena vista. — Dijo eso último y salió, dejándome sola.
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Por otro lado...
— No lo sé, Nicolás...
— ¡Me iban a matar!
— Lo sé, pero... ¿y si la chica no tenía nada que ver o no sabía nada?
— ¡Eso estaba planeado, lo sé! No soy el puto rey de este mundo por nada.
— Pero... ¿y si la chica tal vez sea inocente?
— ¿Qué chica? — Una tercera voz se hizo presente.
— Hola, Valeria.
— Hola, Dress. Hola, hermanito.
— Hola, mi niña. ¿Qué haces por aquí?
— Vine a preguntar algo, pero ya lo confirmé.
— ¿De qué hablas?
— Todos tus súbditos hablan de una chica linda y sexy, incluso la apodaron "La inocencia del infierno".
— ¿La inocencia del infierno? Qué ridículos.
— ¿La matarás?
— ¿Para qué quieres saber?
— Quiero verla.
— ¿Para qué!? — gritó, y Valeria dio un salto del susto.
— Ey, no le grites — dijo Andrés, defendiendo al pequeño cuerpo presente.
— Lo siento, Vale.
— Solo quiero verla, para ver si es tan linda como dicen.
— Me iban a matar y ella sería el pago. Seguro que ella sabía todo esto.
— ¿Y si no?
— ¡Mierda! Andrés, tú y ella son iguales. — exclamó, un poco molesto por la situación.
¿Será que sí era inocente? Realmente, cuando vio a la chica, le dio ternura y unas ganas de cuidarla. Se veía que la chica sufría internamente, y por alguna razón, cuando ella le suplicó que la sacara de ahí, le dolió. ¿Por qué? No tenía ni puta idea, pero algo que había aprendido en este mundo es a nunca dejarte llevar por tus emociones.
— Hermanito, tranquilo.
— Si quieres, ve a verla antes de que la mate.
— Está bien. — Cuando su hermana se fue, llegó Danna.
— Hola, guapo — se acercó a él, dándole un beso en la mejilla y masajeándole los hombros.
— Danna, no estoy para tus cosas, estoy muy ocupado.
— Estás muy tenso, ¿no quieres que te ayude?
— Por si no se dan cuenta, sigo aquí. — Dijo Andrés.
— Pues vete.
— Por si no sabías, estábamos haciendo algo.
— Estaban. Mejor ve a cogerte a una puta.
— ¿A una como tú?
— Eres un idiota. ¿Y tú no le dirás nada? — refiriéndose a Nicolás.
— ¿Qué quieres que le diga? Mejor deja de joder, no estoy para tus juegos de niña.
— Los dos son unos idiotas. — Agarró sus cosas y se fue.
— ¿Cómo la soportas?
— Ni puta idea.
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Mafia y Debilidad
Teen FictionUna chica que, lamentablemente, creció en un mundo de mierda. Al cumplir los 17, sus padres la metieron en un lugar de mala muerte. Ella pensaba que era lo peor que le podría haber pasado en la vida, pero el destino no tenía ese plan...Un chico de 2...