Después de esa noche, Nicolás se ha mantenido distante y sentía que eso me dolía más de lo que quería admitir.
Estaba durmiendo cuando escuché cómo la puerta del cuarto se abrió y la cama se hundió al sentarse.
— Buenos días, bella durmiente —era la voz de la chica pelirroja. Me levanté y dije:
— Buenos días, Valeria— Estos días nos hemos hecho amigas. Valeria había salido de viaje unos días y acaba de regresar.
— Sabes, nenita, hoy haré una fiesta de piscina aquí en la casa, y tú, amiga mía, estarás ahí.
— ¿Qué!? Tu hermano no me dejará.
— Mi hermano está de acuerdo, tranquila.
Valeria parecía decidida a animar la situación. No podía negar que una fiesta en la piscina sonaba como una buena distracción de todo lo que había pasado con Nicolás. A pesar de la incomodidad que sentía últimamente, la idea de pasar un buen rato me hacía sentir un poco más liviana.
— Está bien —dije con una sonrisa—, supongo que me vendría bien un poco de diversión.
Valeria sonrió con entusiasmo y me abrazó rápidamente antes de correr hacia la puerta.
— ¡Perfecto! Te veo luego, prepárate para divertirte —dijo mientras desaparecía por el pasillo.
Me quedé unos momentos sentada, pensando en lo que vendría. Tal vez esto era justo lo que necesitaba para aclarar mi mente y alejarme de los pensamientos sobre Nicolás... al menos por un rato.
Me levanté por completo y pude ver un traje de baño y un vestido playero. Me cepille los dientes y salí a la piscina.
Al llegar a la piscina, el sol brillaba intensamente, y el sonido del agua y las risas de las personas ya reunidas le daban un ambiente alegre y relajado. Valeria estaba allí, dirigiendo la fiesta con su energía característica, asegurándose de que todos se sintieran bienvenidos.
— ¡Aquí estás! —gritó Valeria desde el borde de la piscina al verme—. ¡Estás perfecta!
Sonreí, aunque mis pensamientos seguían vagando hacia Nicolás. Miré alrededor, pero no lo vi por ningún lado, lo que me dio una mezcla de alivio y decepción.
Un rato de descanso bajo el sol y la compañía de Valeria parecía la mejor opción para desviar mi mente. A lo lejos, pude escuchar la música subir de volumen y ver cómo la gente comenzaba a meterse al agua.
— ¡Ven acá! —gritó Valeria, gesticulando para que me uniera—. ¡La diversión no te va a esperar!
A pesar de mi ligera resistencia interna, decidí dejarme llevar y entre.
Después de un rato de diversión pude ver a lo lejos dos hombres y una mujer, a los tres ya los había visto, pero el que se llevó toda mi atención fue Nicólas, pero estaba sumergida en el que de repente vi como la chica y el se besan apasionadamente.
— es su novia?— pregunto, al recordar lo que hablé con ella el primer día que llegue aquí
— Danna?— ríe muy adorable— es mi mejor amiga y si se cuesta con mi hermanito, pero no sin novios
— estás segura?— pregunto, con una incertidumbre recorriendo mi cuerpo
— claro que sí
— ¿Estás segura de que solo son amigos? —volví a preguntar, esta vez con más duda en mi voz.
Valeria rodó los ojos y soltó una carcajada.
— Te lo juro, son solo amigos. Danna y Nicolás se conocen de hace mucho, tienen esa relación rara en la que se besan y hacen esas cosas, pero nada serio. Créeme, si fueran novios, ya lo sabrías —dijo, como si fuera lo más normal del mundo.
— No parece que sea solo una cosa de amigos… —murmuré, mirando hacia donde ellos estaban, intentando no parecer demasiado interesada.
Valeria me miró un momento más y suspiró.
— ¿Sabes qué? Voy a hablar con él. No te prometo nada, pero al menos sabrás a qué atenerte. —Dicho esto, se levantó y se dirigió hacia donde Nicolás estaba.
— ¡oh! Hola— saluda Andrés emocionado por ver a la pelirroja
— hola Andrés, ¿Como te va?— saluda al chico
— bien— dice sonrojandose
— que bien, hermanito— dice refiriéndose a Nicólas— ¿Puedo hablar contigo
— claro, ven conmigo— fue a su despachó— ¿Que necesitas?
— ¿Tu y Danna son pareja?
— ¿de que hablas?
Valeria cerró la puerta del despacho detrás de ellos, cruzándose de brazos mientras miraba a Nicolás con una mezcla de frustración y curiosidad.
— Vamos, hermano, no te hagas el tonto —le dijo, arqueando una ceja—. Acabo de verte besando a Danna en la piscina, y quiero saber qué está pasando.
Nicolás suspiró, frotándose la frente con las manos antes de mirarla directamente.
— No somos pareja, Valeria. Ya te lo he dicho antes. Danna y yo... bueno, es complicado, pero no estamos saliendo ni nada por el estilo —dijo, con un tono más defensivo de lo que probablemente pretendía.
Valeria frunció el ceño, claramente insatisfecha con su respuesta.
— ¿Complicado? Nicolás, ¿sabes lo que estás haciendo? Esa chica —dijo refiriéndose a mí—, está preguntándose qué diablos está pasando contigo y Danna. No puedes seguir jugando con las personas como si no importara.
— No estoy jugando con nadie —respondió Nicolás rápidamente, su expresión endureciéndose—. Lo que pasa entre Danna y yo es solo algo casual.
Valeria lo observó en silencio por un momento, intentando leer más allá de sus palabras.
— ¿Y qué hay de ella? —preguntó finalmente, refiriéndose a mí otra vez—. Porque te importa, ¿verdad? No me digas que no.
Nicolás desvió la mirada por un segundo, como si la pregunta lo hubiera tomado por sorpresa. Luego suspiró profundamente.
— No es tan fácil, Valeria —dijo en voz baja, su tono mucho más suave—. No se lo que siento realmente,
Valeria se acercó a él, colocando una mano en su hombro.
— Si realmente te importa, entonces deja de complicar las cosas con Danna. No es justo para nadie —le dijo, más seria de lo habitual.
ESTÁS LEYENDO
Mafia y Debilidad
Teen FictionUna chica que, lamentablemente, creció en un mundo de mierda. Al cumplir los 17, sus padres la metieron en un lugar de mala muerte. Ella pensaba que era lo peor que le podría haber pasado en la vida, pero el destino no tenía ese plan...Un chico de 2...