POV ARTEM ROMANOV
—No me digas ni una palabra —le advertí a Sergei, quien me esperaba dentro del automóvil.
Me dejé caer en el asiento, cerrando los ojos con fuerza, como si eso pudiera apartar el dolor que me consumía por dentro.
Sergei no dijo nada, pero lo escuché susurrar una orden seca:
—Al aeropuerto.
El silencio que siguió fue casi insoportable. Un silencio que me envolvía como una niebla pesada, cargada de rabia contenida y un sufrimiento que no sabía cómo expresar. No lo podía creer. Que me mataran si en este momento no quería romperme en mil pedazos y llorar como un maldito perdedor. No lo soportaba. No entendía cómo había permitido que se fuera de nuevo.
¿Por qué putas la dejé marchar?
Había algo en mí que respetaba las decisiones de los demás, aunque no las compartiera, y sabía que, si ella volvía, debía ser porque quería, no porque yo la obligara. Pero, ¿a qué precio?
Solté un suspiro profundo, inclinándome hacia adelante, apoyando los codos en mis rodillas, mientras entrelazaba las manos y las llevaba a mi rostro.
—Habla, Artem. A veces es lo mejor —su mano apretó mi hombro en un gesto de apoyo. Un gesto que en otro momento hubiera rechazado, pero ahora... ahora lo necesitaba.
Negué lentamente, sin levantar la mirada. Mis ojos ardían, pero me negaba a dejar que las lágrimas cayeran. No iba a llorar. No podía permitirlo.
—No puedo, siento que se me escapa el aire... —murmuré, mi voz apenas un susurro—. Me estoy ahogando de a poco y no puedo evitarlo.
—Lo intentaste, hermano.
—No fue suficiente. Tal vez si yo... —me interrumpí, sabiendo que no había respuesta. No había "si" que pudiera arreglar esto.
—No puedes exponerte de esa manera —exclamó—. Te estás poniendo en bandeja de plata para todos tus enemigos. Los Yakuza no son los únicos que acechan, Artem. Los enemigos de tu padre... los tuyos... están esperando cualquier debilidad.
Sus palabras eran un recordatorio brutal de la realidad que había elegido ignorar, envuelto en mi dolor por Lia. No podía permitirme el lujo de ser vulnerable.
—Lo sé —murmuré, tratando de recomponerme.
Pero, ¿de qué servía todo este poder si la única persona que quería a mi lado se alejaba cada vez más?
—Gracias por acompañarme, aun cuando no querías.
—Lo hice por ti y por ella, pero es claro que en estos momentos no pueden estar juntos —asentí lentamente—. ¿Qué vas hacer?
Lo miré de reojo.
—Trabajar.
—¿Volverás hacer algo imprudente como esto? —fruncí mi ceño y no respondí—. Artem.
—Si hay una maldita oportunidad para verla, la tomaré sin impórtame las consecuencias.
—Entiendo, pero por ahora vas a conformarte con el reporte semanal que Stepan te proporciona... ¿Cómo esta ella? ¿está bien?
Una sonrisa involuntaria apareció en mi rostro.
—Está bien...muy bien.
—Por dios. —Me empujó—. Estas jodido, que me devuelvan a mi amigo que este no es.
ESTÁS LEYENDO
OSCURA ATRACCIÓN
Fiksi RemajaArtem Romanov y Lia Romanova, criados como hermanos bajo la sombra del pakhan de la bratva rusa, comparten un vínculo especial que trasciende los lazos de sangre. A medida que el tiempo avanza, el inocente afecto de la infancia se transforma en un a...