45.

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Eiza y Cande me miraban con atención y yo no tenía idea que hacer, pensaba en posibles mentiras pero ninguna me convencía demasiado, además no podías mentirles a personas que trabajaban en el FBI escuchando a mentirosos todo el tiempo

—Ok —me puse de pie y suspiré— Ok, sé que todo lo que voy a decir en este momento es una locura, pero les juro por lo que más amo en este mundo, que es verdad —Eiza me miró con atención y Cande frunció el ceño— Hace años yo vine hasta acá a vivir con mi papá, entré a un colegio donde... —me quedé en silencio y pensé en la primera vez que la vi— Donde conocí a Lali —dije con la voz quebrada mientras ellas me miraban— Y nos... enamoramos, teníamos como 16 años —Eiza se llevó las manos a la cabeza y Cande no entendía nada— Terminamos el colegio juntos y luego ella se fue a Virginia a estudiar para ser agente del FBI y yo a Harvard y un tiempo después a ella la movieron a Bostón donde nos reencontramos nuevamente —dije con una leve sonrisa mientras se me caían lágrimas— Y comenzamos a vivir todo lo que habíamos tenido una vez nuevamente, fuimos muy feliz... lo recuerdo como los días más felices de mi vida... hasta que de la noche a la mañana desperté en un hospital y mi papá me dijo que tenía que volverme a Londres porque había tenido un accidente y yo no me acordaba de nada de mi vida, tenía vagos recuerdos de la escuela donde nunca estaba ella y todos esos años que pasé en Londres los viví con un vacío que parecía aplastarme el pecho todos los días —dije limpiándome las lágrimas—Y sin razón alguna tenía tantas ganas de regresar acá, porque sentía dentro de mí que algo me faltaba

—No puede ser verdad —dijo Cande en shock, Eiza me miraba mientras se le caían lágrimas

—Ojalá estuviese inventando esta pesadilla Cande —dije suspirando— Yo no planee nada de esto, no planee ser el doctor de Eugenia en ese momento, ustedes simplemente llegaron al hospital de suerte, porque yo no la recordaba, no sabía quién era hasta ese momento y de pronto comenzó a volarme la cabeza como nunca lo hizo una persona antes, comencé a gustar de ella, estaba pensando todo el tiempo en las cosas que hacía, en lo mala onda que era conmigo —sonreí— En lo dura que sonaba a todo momento y nada un día fuimos a nadar y le vi un tatuaje y todo lo que mi cerebro tenía guardado apareció de golpe

—¿Qué? —dijo Cande— no... Eiza, di algo, no nos tomes el pelo de esta manera, no estamos en una película ni nada, sé sincero con nosotras, Lali es una mujer importante para el equipo, es una mujer que nunca se enamoró, tu no puedes venir con esta historia y...

—Ojalá estuviese diciendo una broma, pero no es así —dije suspirando— no estoy mintiendo, todo lo que estoy diciendo en este momento es verdad. Ese día recordé toda nuestra historia y en cuanto la vi supe que Lali no me recordaba, que no había manera que ella supiera algo de nuestra historia y no me dijera, nada de las cosas que decía tenían sentido para mí —Cande miró a Eiza que seguía sin decir una sola palabra— Por mí está bien, si no me creen está bien, pero les pido que si no confían en mi palabra, no le digan nada a ella, porque yo estoy buscando la manera de resolver que nos hicieron, no es posible que tuvimos un accidente y ninguno recuerde nada, eso no es posible, por una razón me sacaron de acá

—¿Qué es lo último que recuerdas? —dijo Cande— ¿Qué hacemos? —miró a Eiza— Di algo, ¿qué le decimos a Lali? Me siento mal si le estoy mintiendo, es muy dificil mentirle a Lali —Eiza se puso de pie y me abrazó sin decir nada, entonces yo rompí en llanto porque era lo que necesitaba en ese momento, lloramos juntos y abrazos, Cande nos miraba sin entender

—Cuando Lali llegó a trabajar con nosotros, se hizo muy cercana a Eugenia y por lo mismo pasábamos mucho tiempo juntas, al comienzo Euge siempre decía que le parecía que Lali estaba muy perdida, que le preguntaba todo el tiempo las mismas cosas y los doctores decían que se estaba adaptando a su vida después del accidente —agregó Eiza— Después estuvo viviendo un tiempo con nosotras ¿Te acuerdas? —miró a Cande que asintió— Cuando se tuvo que mudar y no conseguía lugar, tenía horrible dormir, no dormía, tenía muchas pesadillas, a veces la encontrabas en la cocina a las cuatro de la mañana y no sabía donde estaba. Peter, ¿piensas que tu papá les hizo algo? —preguntó de golpe y me quedé en silencio

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