Donde estás

53.

Llegué al hospital treinta minutos antes de iniciar mi turno, tenía papeleo pendiente y no me gustaba arrastrarlo durante tanto tiempo o luego me tocaba hacer un montón. Una vez que terminé todo, visité a mis pacientes en su postoperatorio, informé a los familiares y regresé al mesón con las tablets, miré la pizarra y confirmé mis operaciones de la semana

—Mucho Peter Lanzani en la pizarra —dijo Bella interrumpiendo mi momento de concentración y luego me dio un abrazo— Hola amiguito —me abrazó por segunda vez

—Hola bonita, ¿cómo estás? ¿Estás de buen humor? —pregunté

—Tienes los ojitos hinchados —me miró con atención y me hizo ir con ella hacia la sala de doctores— ¿Podemos hablar un segundo? No quiero que pienses que soy una persona chismosa, es una situación respecto a tu vida personal, mi sensei del amor dice que ustedes están en una situación familiar en este momento pero que lo van a resolver —solté una sonrisa, Bella estaba demente, me puso contento la información— ¿Le pediste a Lali un bebé? No seas intenso, está recién aprendiendo lo que significa el amor —estuve a nada de soltar una carcajada

—¿Quién te dijo eso? —pregunté sorprendido mientras me aguantaba la risa

—Nadie, pero es obvio... ella dijo situación familiar y me imaginé que tu ya comenzaste con esas ideas que tienen los varones de tu edad, sobre el casamiento, los hijos y todas esas bobadas por culpa de la presión social —agregó de brazos cruzados— No arruines las cosas con Lali de esa forma

—Ok, si tenemos una situación familiar pero no tiene nada que ver la maternidad en esto, ojalá fuese un problema de ese tipo —suspiré y me miró sorprendida— Cuando tenga un poco de más de tiempo lo hablamos

—¿Es grave? —preguntó sorprendida

—Lo hablamos luego —pregunté mirando haciaa todos lados— ¿Donde están Tincho y Brenda?

—Cada día más raros esos dos, la otra vez le pedí a Brenda que me de una mano con una segunda opinión y luego desapareció, no la encontré por ningún lado, vi a Tincho pasar y poco después apareció ella, para mí están en algo, yo siempre te dije que del amor al odio hay un solo paso —agregó con una sonrisa— Ahora voy a tener un día complicado pensando en que mi sensei está en problemas por culpa de una británico, nada contra ti, pero pienso que deberíamos terminar las relaciones internacionales con Inglaterra

—Yo tengo doble nacionalidad, no habría problema con aquello —respondí con seguridad

—¿Tienes ambos pasaportes? —preguntó y asentí— Mejor, entonces deberíamos terminar solo con los intrusos

—¿Eres Trump? —pregunté y negó inmediatamente

—Soy lesbiana, es muy ofensivo que me preguntes eso —agregó con seguridad y solté una sonrisa, entonces me abrazó nuevamente— Ok, solo quería que sepas que te quiero mucho, que sé que estás pasando por una situación compleja porque tu eres muy honesto, se te nota todo y acá estamos para lo que necesites —solté una sonrisa nuevamente, era una muy buena amiga— Te quiero mucho

—Yo te quiero a ti —respondí— Gracias por preocuparte, lo valoro muchísimo —suspiré— Lo necesito en este momento y me has sacado más de una sonrisa

Regresamos a trabajar y nos encontramos con Tincho conversando con Brenda en el pasillo, en algo raro andaban esos dos pero no era algo con lo que podía liar ahora, se me había terminado la felicidad y necesitaba enfocar todas mis energías en mi trabajo y en mi investigación que estaba llegando a un importante puerto.

—Doctor Lanzani, usted nuevamente por acá —me dijo la señora de archivo con una sonrisa

—¿Cómo te va? —pregunté apoyándome en el mesón, yo sabía que era una señora de unos cincuenta años que siempre me miraba con otros ojos, así que tenía que aprovechar este privilegio que tenía— Hoy estuve toda la mañana pensando en que no te traje el pastel que te prometí —dije con una sonrisa y lo dejé en el mesón