Minho observaba a Jisung desde la distancia, en el patio del colegio, notando cómo el ambiente se había vuelto tenso y frío entre ellos. Habían pasado días desde que Jisung lo había confrontado sobre la carta, y la atmósfera había cambiado. Jisung no le hablaba como solía hacerlo, y esa distancia empezaba a preocuparlo.
—¿Por qué? —se preguntó Minho, sintiéndose impotente. Decidió que tenía que hacer algo al respecto. Sin pensarlo demasiado, salió a buscar a Chan, su amigo de confianza, con la esperanza de que pudiera ofrecerle un consejo.
Minho encontró a Chan en el aula vacía, sentado en un pupitre mientras revisaba su teléfono. Al verlo acercarse, Chan sonrió, pero su expresión se volvió seria al notar la tensión en el rostro de Minho.
—¿Qué pasa? Te ves preocupado —dijo Chan, dejando su teléfono a un lado.
—Es Jisung. No me habla y no sé qué hacer. Desde que discutimos por la carta, se ha distanciado de mí —confesó Minho, su voz llena de frustración.
Chan lo miró con compasión.
—¿Ya le has preguntado qué le sucede? A veces solo necesitan que alguien dé el primer paso.
—He intentado, pero no parece querer hablar —respondió Minho, rascándose la nuca, mostrando signos de ansiedad.
—Tal vez se sienta herido. A veces, las palabras pueden hacer más daño del que pensamos —sugirió Chan.
—Lo sé. Y me siento mal por eso. Nunca quise que se sintiera así —dijo Minho, apretando los puños. —No sé cómo arreglarlo.
—¿Y si le dices cómo te sientes? A veces la honestidad puede ayudar —sugirió Chan.
Minho asintió, pensando en las palabras que le había compartido su amigo. Era un buen consejo, pero era difícil. Sin embargo, no podía dejar que la distancia creciera más.
Decidido, al regresar del colegio, encontró a Jisung en su habitación, sentado en la cama, mirando su teléfono. Había vuelto por su cuenta en autobús. La atmósfera seguía siendo tensa, y Minho sintió una punzada en el corazón al ver a Jisung tan distante.
—¿Podemos hablar? —preguntó Minho, su voz suave pero firme.
Jisung levantó la vista, pero no dijo nada, lo que hizo que el silencio se volviera aún más incómodo.
—Mira, sé que las cosas han estado raras entre nosotros. Quiero que sepas que no quiero que estés molesto conmigo —comenzó Minho, intentando captar su atención.
—No estoy molesto —respondió Jisung de manera cortante, pero Minho podía notar la frustración detrás de su voz.
—No me mientas, Han. Sé que estás distante y eso me preocupa. —Minho respiró hondo antes de continuar—. Yo... yo solo quiero que sepas que me importas. Y quiero ser mejor para ti, incluso si soy frío a veces.
Jisung lo miró fijamente, procesando lo que había dicho.
—¿De verdad te importo? Porque parecía importarte más Hyunjin
Minho rechistó, ya harto del tema. Hyunjin esto, Hyunjin lo otro. ¡Hyunjin arruinaba todo!
—Ya te dije que te quites eso de la cabeza —Minho se apresuró a responder. —Lo que pasó con Hyunjin no significa nada. Lo que siento por ti es diferente. Siempre ha sido diferente.
—Entonces, ¿por qué no puedes demostrarlo? —dijo Jisung, sus ojos reflejando una mezcla de dolor y confusión.
—Soy una persona fría, lo sé. Pero estoy tratando de cambiar. Estoy aquí, Han, porque quiero estar bien contigo. Y quiero que lo sepas. —Minho dio un paso más cerca, su tono más suave—. Quiero estar contigo, pero no sé cómo demostrarlo.
Las palabras de Minho resonaron en el aire, y Jisung sintió una mezcla de alivio y confusión. —Pero la carta... parecías muy distinto.
—Esa carta es de hace años, la gente cambia, quien era ayer ya no soy hoy, ni lo seré mañana. Pero, desde que te conocí mejor, me he dado cuenta de lo que realmente quiero —Minho se acercó un poco más, su mirada fija en Jisung.
—¿Y qué es lo que quieres? —preguntó Jisung, sintiendo su corazón latir con más fuerza.
—Quiero que me des otra oportunidad. Quiero estar a tu lado. —Minho tomó un respiro profundo, sus ojos intensos—. Te quiero, Han. Te quiero, y mucho. Y odio que otras personas gusten de ti, y soy un maldito egoísta por estar feliz de que hayas estado solo conmigo. Lo sé, pero me tienes en la palma de tu mano. Puedes usarme a tu antojo, y aún así, yo no dejaré de quererte.
Jisung se quedó sin palabras, el impacto de la confesión resonando en su mente. Era algo que había anhelado escuchar, pero al mismo tiempo lo sorprendió tanto que no pudo articular respuesta. La sinceridad en la voz de Minho, la intensidad de sus ojos, todo eso lo dejó aturdido.
—¿Tú... tú me quieres? —logró preguntar finalmente, su voz casi un susurro.
—Sí —confirmó Minho, su mirada nunca apartándose de la de Jisung—. Y no quiero que esto termine así.
El silencio se volvió pesado, y Jisung sintió que el aire entre ellos se había vuelto electrizante.
—No sé qué pensar. Me has dejado confundido —dijo Jisung, tratando de procesar la revelación.
—Te entiendo. Pero solo quiero que sepas lo que siento. No sé cómo ser más cariñoso, pero estoy intentando. Quiero que podamos ser algo más —Minho se acercó aún más, su mano buscando la de Jisung.
—No puedo simplemente olvidar todo lo que ha pasado —respondió Jisung, aunque en su interior sentía que la barrera comenzaba a desvanecerse.
—No te pido que lo olvides. Solo quiero que me des la oportunidad de mostrarte que puedo ser diferente —Minho apretó suavemente la mano de Jisung—. Quiero ser alguien en quien puedas confiar.
—Es difícil para mí. Todo esto es nuevo y abrumador —confesó Jisung, sintiendo cómo sus defensas comenzaban a caer.
—Lo sé. Y no quiero apresurarte. Solo dame una oportunidad para demostrarte que quiero hacer las cosas bien. Quiero que sepas que estaré aquí, incluso si tengo que aprender a ser más expresivo —dijo Minho, su voz suave y sincera.
Jisung sintió su corazón ablandarse ante las palabras de Minho. Había tanto que decir, pero todo se sentía tan crudo y real en ese momento.
—Quiero intentarlo también, pero necesito que seas claro conmigo. Quiero saber que esto es real y no solo un impulso —Jisung dijo, su mirada buscando la verdad en los ojos de Minho.
—Te prometo que es real. Te quiero, Han. Solo quiero que estemos juntos y que tú también sientas lo mismo. —Minho sonrió levemente, dejando que su mano acariciara la de Jisung, sintiendo un pequeño destello de esperanza.
—Está bien —dijo Jisung, sintiendo una mezcla de nervios y emoción. —Quiero intentarlo.
Minho sintió un alivio inmediato al escuchar esas palabras. Sin pensarlo, se acercó más y, con un gesto cariñoso, envolvió a Jisung en un abrazo cálido. Jisung correspondió, sintiendo el calor del cuerpo de Minho que lo envolvía y le daba consuelo.
—Gracias por darme una oportunidad —susurró Minho en su oído, su voz llena de gratitud.
—Gracias por ser honesto conmigo —respondió Jisung, sintiéndose más seguro en ese abrazo.
Después de un momento, Minho se apartó un poco, su mirada fija en la de Jisung. Con un gesto suave, besó la frente de Jisung, un acto simple pero lleno de significado.
—Todo mejorará.
Ambos se quedaron en silencio, pero esta vez, el silencio no era incómodo. Era un silencio lleno de promesas, de nuevas oportunidades y de la posibilidad de un futuro juntos.
Jisung sonrió débilmente, sintiéndose aliviado. Había mucho por resolver, pero sabía que, con Minho a su lado, estaba dispuesto a enfrentar lo que viniera.
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¡Él no es mi Hermano! | Minsung
Hayran KurguHan Jisung... Era el nombre que Minho detestaba escuchar. ¿Por qué? Minho era el típico chico rico y mimado, que ahora tenga un "hermano" de casi su edad, sólo le complicaba más la vida. Va a tener que aprender a convivir con él, en la misma casa, e...