Cumpleaños #18

159 22 0
                                    

Era una mañana soleada, y los primeros rayos de luz se filtraban por la ventana, iluminando el rostro de Jisung, que se despertó con una mezcla de emoción y nerviosismo. Hoy era el cumpleaños 18 de Minho, y aunque a él no le gustaba celebrar, Jisung había planeado algunas sorpresas que esperaban hacerle sentir especial.

Bajó a la cocina, donde comenzó a preparar un desayuno especial. Con mucho cuidado, hizo pancakes esponjosos con frutas y preparó café, mientras el aroma del desayuno llenaba el aire. Estaba tan concentrado en su tarea que no notó cuando Minho entró en la cocina.

—¿Qué estás haciendo, Hannie? —preguntó Minho, entrecerrando los ojos por el sueño.

Jisung se giró, sosteniendo un batidor de mano, y sonrió al verlo.

—¡Sorpresa! Estoy preparando tu desayuno de cumpleaños —exclamó, dejando caer los utensilios en la mesa.

Minho arqueó una ceja, aunque su corazón se calentó con la atención.

—No tenía que hacer esto —dijo, intentando parecer serio.

—Lo sé, pero quiero que sepas lo importante que eres para mí —respondió Jisung, mientras comenzaba a servir los platos.

Minho se acercó y le dio un suave beso en la cabeza. Mientras desayunaban, Jisung notó la sonrisa tímida en el rostro de Minho, y sintió que todo iba según lo planeado.

Después de desayunar, Minho se sumió en sus libros, decidido a estudiar para un examen que se acercaba. Jisung lo observó durante un rato, sintiéndose un poco triste porque su novio estaba más interesado en los libros que en su cumpleaños. Sin embargo, decidió que no dejaría que eso arruinara el día.

—¿Qué te parece si al menos tienes una pequeña reunión con nuestros amigos esta noche? —preguntó Jisung, esperanzado.

Minho suspiró, levantando la vista de sus notas.

—No quiero que sea un gran evento. Solo quiero estudiar.

—Solo será un rato. Te prometo que no habrá sorpresas —Jisung sonrió, tomando una de las manos de Minho entre las suyas—. Serán solo nuestros amigos cercanos.

Minho lo miró, la expresión de Jisung era tan sincera que finalmente cedió.

—Está bien, solo por un par de horas.

La noche llegó más rápido de lo que esperaban. Jisung había preparado el lugar, adornando con globos y una pequeña tarta de cumpleaños. Cuando llegaron los amigos, la atmósfera se llenó de risas y abrazos.

Seungmin fue el primero en entrar, con una enorme sonrisa en su rostro.

—¡Feliz cumpleaños, Minho! ¡He traído unos bocadillos!

—¡Y yo la tarta! —gritó Chan, sosteniendo una caja grande con una cubierta brillante.

Los amigos se reunieron alrededor de Minho, cantando una versión desafinada de "Feliz cumpleaños". Aunque Minho intentó actuar desinteresado, no pudo evitar sonreír ante el cariño que recibía.

A medida que la noche avanzaba, comenzaron a compartir anécdotas y reír juntos. La energía del grupo era contagiosa, y Minho, al principio reacio, comenzó a disfrutar de la compañía. Sin embargo, cuando llegó el momento de abrir las botellas de alcohol, Minho dudó, ya que sabía que no era un buen bebedor y mañana debía estudiar mucho.

—Solo un poco —le dijo Jisung, mirándolo con ojos suplicantes—. No hay nada de malo en relajarse un poco.

Al final, Minho cedió, y una ronda de tragos se inició. Al principio, se mantuvo un poco reservado, pero a medida que el alcohol fluía, su comportamiento comenzó a cambiar. Empezó a reírse más, a involucrarse en las conversaciones y a dejarse llevar por el ambiente festivo.

—¿Minho, estás bien? —preguntó Seungmin, mientras el grupo se reía de un chiste que Chan había contado.

—Claro, estoy perfecto —respondió Minho, intentando mantener una actitud seria, pero su sonrisa era demasiado grande como para que alguien lo tomara en serio.

Cuando la música empezó a sonar, Jisung decidió acercarse a Minho. Con un guiño, lo tomó de la mano y lo llevó a la pista de baile improvisada.

—Vamos, bailemos —dijo Jisung, moviéndose al ritmo de la música.

Minho, a pesar de su estado, se dejó llevar. Comenzó a bailar torpemente, sus movimientos más sueltos gracias a la mezcla de alcohol y la atmósfera alegre. Jisung no pudo evitar reírse de su novio y se acercó a él.

—No eres tan malo bailando —dijo, sonriendo mientras movía sus caderas al compás de la música.

Mientras bailaban, Minho sintió la energía del alcohol fluir por su cuerpo. En un momento de embriaguez, se inclinó hacia Jisung y, sin pensarlo, lo besó suavemente en los labios. Los amigos alrededor de ellos se quedaron en silencio por un segundo, sorprendidos, antes de romper en risas.

—¡Ay, qué tiernos! —gritó Felix, provocando que todos comenzaran a burlarse amistosamente de ellos.

Minho, sonrojándose, trató de apartarse, pero Jisung lo abrazó, burlándose también de la situación. La atmósfera se volvió más ligera, y las bromas no pararon.

.

Después de un rato, decidieron salir a tomar aire fresco. Se encontraron en el parque cercano, donde el cielo estaba despejado y las estrellas brillaban intensamente.

—Esto es increíble —dijo Jisung, mirando hacia arriba—. A veces, es fácil olvidarse de lo bonito que puede ser el mundo.

Minho sonrió, pero su mente aún estaba un poco nublada.

—Sí, pero... —se interrumpió al notar algo en la bolsa que Jisung había traído—. ¿qué tienes ahí? —preguntó, curiosidad evidente en su voz.

Jisung, sonriendo, sacó un pequeño paquete.

—Te tengo un regalo de cumpleaños.

Minho lo miró con sorpresa, casi olvidándose de que era su cumpleaños.

—¿Qué? No tenías que molestarte.

—Lo sé, pero quería hacerlo. —Jisung desenvuelve el paquete, revelando un amigurumi en forma de conejito—. Lo hice yo mismo. Se parece un poco a ti.

Minho rió, sintiendo una calidez en su pecho.

—Es adorable, gracias. Pero no soy tan peludo.

—Eres más lindo que peludo —le respondió Jisung, provocando otra vez el rubor en las mejillas de Minho.

Luego sacó un libro, sosteniéndolo con cuidado.

—Y esto, una novela criminal que sé que te encantará. Tiene buenas críticas.

—Hannie, realmente no tenías que hacer todo esto —dijo Minho, ahora con una sonrisa genuina en su rostro. Se acercó y le dio un abrazo, sintiendo su corazón latir con fuerza—. Gracias.

Al regresar a la fiesta, Minho sintió que el alcohol comenzaba a hacer efecto nuevamente, pero en el mejor sentido. Miró a Jisung a los ojos, sintiendo la conexión que tenían, una conexión que iba más allá de las palabras.

Mientras sus amigos reían y celebraban, Minho sabía que este cumpleaños no sería solo un recuerdo más. Había descubierto la felicidad en pequeñas cosas, y eso, para él, era el mejor regalo de todos.

¡Él no es mi Hermano!  | MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora