Limbo

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El lunes por la mañana, el sol brillaba intensamente en el cielo azul, y el aire fresco prometía un nuevo comienzo. Jisung se sentó en la mesa del desayuno, observando cómo Minho se movía con gracia por la cocina. Había algo relajante en la rutina de la mañana, especialmente después de la tumultuosa conversación del fin de semana. Sin embargo, Jisung no podía evitar sentir un nudo en el estómago al pensar en el día que les esperaba.

—Hoy es lunes —dijo Minho, sirviéndose un tazón de arroz—. Espero que estés listo para volver a la realidad.

—No tengo otra opción, ¿verdad? —respondió Jisung, sonriendo a pesar de su nerviosismo. La idea de volver a la escuela significaba enfrentarse a su vida cotidiana, y también a sus sentimientos complicados hacia Minho.

Después de terminar el desayuno, Minho se preparó rápidamente y salió de casa, dejando a Jisung un momento para reflexionar. ¿Qué iba a hacer con todo esto? La idea de mantener las cosas como estaban después de lo que había pasado era abrumadora. Pero también sabía que no podía dejar que sus sentimientos arruinaran su relación con Minho.

Minho salió al exterior, listo para llevar a Jisung al colegio. Se subió a su auto, un elegante modelo negro que siempre había sido la envidia de sus compañeros. Jisung se sentó en el asiento del pasajero, sintiendo una mezcla de emoción y nerviosismo mientras Minho encendía el motor.

—¿Listo? —preguntó Minho, colocándose el cinturón.

—Tan listo como siempre, —respondió Jisung, intentando sonar despreocupado. Sin embargo, su mente estaba llena de pensamientos sobre su relación con Minho, la noche que pasaron juntos, y cómo eso cambiaría todo.

El trayecto fue silencioso, pero no incómodo. Jisung observaba el paisaje pasar por la ventana, cada momento con Minho pesando en su mente. Era un contraste perfecto entre la tranquilidad del viaje y la tormenta de emociones que se cernía sobre él.

Al llegar al colegio, Minho estacionó y ambos salieron del auto. La multitud de estudiantes se movía a su alrededor, pero Jisung sentía que el mundo se había reducido a solo ellos dos.

—Nos vemos a la salida —dijo Minho, dándole un ligero toque en el brazo antes de alejarse.

Jisung asintió, sintiéndose un poco desilusionado al ver a Minho alejarse. Sabía que la distancia emocional que había entre ellos no se había disipado, a pesar de la cercanía que habían compartido en casa. Se dirigió a su casillero, tratando de concentrarse en el día.

Las horas pasaron y, aunque Jisung intentó distraerse, no podía dejar de pensar en Minho. Finalmente, durante un descanso, decidió buscarlo. Mientras caminaba por los pasillos, su corazón latía con fuerza. ¿Y si simplemente se lo decía?

Al acercarse, Minho lo vio y su expresión cambió ligeramente, pero no se alejó de sus amigos. Jisung sintió una punzada de frustración. Era como si hubiera dos Minhos: uno que era su hermano y amigo, y otro que era distante y frío.

Chan y Seungmin al ver a Jisung, decidieron marcharse. Finalmente se quedaron a solas, y el silencio entre ellos se volvió abrumador. Jisung respiró hondo, sintiendo que el momento se presentaba ante él.

Se encontraban en un pasillo desolado.

—Lee —comenzó Jisung, pero antes de que pudiera continuar, la adrenalina lo invadió. Se acercó y, en un impulso, lo besó en los labios.

El contacto fue electrizante, y el mundo a su alrededor pareció desvanecerse. Minho se quedó rígido por un momento, y Jisung sintió que su corazón se detenía. ¿Qué estaba haciendo?

¡Él no es mi Hermano!  | MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora