El sol se filtraba a través de las ventanas de su sala de estudio, iluminando el espacio con una cálida luz dorada. Era un día normal, pero había una sensación de expectativa en el aire. Jisung y Minho estaban en el sofá, rodeados de libros de texto, hojas de cálculo y varias tazas de café a medio beber. Era un día de estudio, pero las cosas se sentían diferentes desde que se habían convertido en algo más que amigos.
Minho se estiró, sintiendo un ligero dolor en su espalda por haber estado sentado tanto tiempo. Con un suspiro, miró a Jisung, que estaba sumido en la lectura de un libro de matemáticas.
—¿Sabías que este examen vale el 70% de mi calificación? —preguntó Jisung, frunciendo el ceño mientras pasaba la hoja de respuesta con un gesto de frustración.
Minho sonrió, intentando concentrarse. La cercanía de Jisung lo distraía. Había algo en la forma en que se mordía el labio inferior, o en la forma en que sus ojos brillaban al hablar de cosas que le interesaban, que lo hacía perder el hilo de sus pensamientos.
—Probablemente debiste haber comenzado a estudiar hace más tiempo —respondió Minho con un tono juguetón, sabiendo que a Han le costaba más mantener un hábito de estudio.
Jisung se dejó caer de espaldas sobre el sofá, mirando al techo con un suspiro.
—Lo sé. Pero, al menos, estamos juntos, ¿no? —dijo, su voz suave y relajada.
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Mientras se sumergían en sus libros, las miradas cómplices y sonrisas furtivas se convirtieron en el lenguaje que compartían. Minho observaba cómo Jisung mordisqueaba el extremo de su bolígrafo, su mente divagando, perdido en pensamientos sobre cómo la relación entre ellos había cambiado. Sin embargo, eran conscientes de que tenían que mantener las apariencias; su familia estaba en casa, y un malentendido podría arruinarlo todo.
—¿Qué te parece si hacemos una pausa? —sugirió Jisung, estirándose y dejando caer su libro al suelo. Minho notó que su cara estaba un poco cansada, ya que el tiempo que llevaban sentados juntos comenzaba a hacer mella en él.
—Está bien, pero solo por unos minutos —respondió Minho, sabiendo que no podían dejar que nadie sospechara. Sin embargo, en su interior, sentía que esa pausa podía ser peligrosa.
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Salieron al balcón, disfrutando del aire fresco y el ligero olor a flores de primavera que impregnaba el ambiente. Jisung se apoyó en la barandilla, mirando hacia el jardín con una expresión de satisfacción en su rostro.
—Deberíamos hacer esto más a menudo, a pesar de que tengamos que estudiar —dijo, sonriendo con los ojos brillantes.
Minho se acercó y lo miró, sintiendo una fuerte atracción hacia él. Sin pensarlo, le lanzó un bolígrafo como si fuera un pequeño juego. Jisung se rió, la risa resonando en el aire como una melodía que hizo que Minho se sintiera más vivo.
El juego se volvió más divertido, y en un momento de locura y complicidad, Jisung se acercó y le dio un suave beso en la mejilla a Minho. La sonrisa que se dibujó en su rostro se desvaneció de inmediato al ver que Jihyo, su hermana menor, entraba en la sala sin que ellos se dieran cuenta.
Jihyo se detuvo en la entrada, sus ojos se abrieron de par en par al ver la escena. Con los ojos entrecerrados, observó cómo Minho y Jisung se comportaban de manera más cercana de lo habitual. Era evidente que algo estaba pasando entre ellos, y su curiosidad la llevó a interrumpir.
—¿Qué sucede? —preguntó, levantando una ceja y cruzándose de brazos.
Ambos chicos se congelaron. Minho se giró hacia Jihyo, sintiéndose un poco atrapado.
—Nada, solo... estudiamos —respondió rápidamente, sintiendo un poco de culpa y nerviosismo. Sabía que sus palabras sonaban vacías.
Jisung, aún sonrojado, añadió:
—Sí, solo descansamos un poco ahora.
Jihyo no pareció convencida y su mirada se intensificó, como si estuviera buscando alguna respuesta oculta. La tensión en el aire se hizo palpable.
—Parece que están teniendo demasiada diversión para estar estudiando. ¿Están seguros de que no hay algo más entre ustedes? —Su tono era juguetón, pero había una chispa de curiosidad en sus ojos que Minho conocía muy bien.
—Somos amigos —contestó Minho, sintiendo la presión en el pecho aumentar—. No digas tonterías.
La palabra "amigos" sonó vacía, incluso para él, como un intento de enmascarar lo que realmente tenían.
—¿Amigos? Hmmm... —Jihyo sonrió, claramente disfrutando del momento y tratando de sacar más información—. Porque, francamente, desde hace poco, los he visto juntos más de lo habitual.
La presión se sentía cada vez más intensa. Minho y Jisung intercambiaron miradas nerviosas, conscientes de que su relación estaba a punto de ser descubierta. A pesar de sus esfuerzos, sabían que era solo cuestión de tiempo antes de que alguien hiciera la pregunta correcta.
—Tranquilos, solo bromeaba —dijo Jihyo con una sonrisa pícara—. Solo quería asegurarme de que no estén tramando algo.
—Claro, no te preocupes. Solo estamos estudiando —repitió Jisung, intentando mantener la calma. Sin embargo, su corazón latía más rápido, temeroso de que la hermana de Minho pudiera descubrir la verdad.
Jihyo se encogió de hombros, aparentemente satisfecha con la respuesta, aunque Minho podía ver en sus ojos que las dudas aún persistían.
—Está bien. Solo no me hagan preocupar. ¡Vuelvan a estudiar! —dijo mientras se alejaba, dejando a los chicos en un estado de confusión.
Después de que Jihyo se fue, Minho y Jisung se miraron, sintiendo el alivio de que su secreto aún estuviera a salvo. La adrenalina de la situación los hizo reír nerviosamente.
—Eso estuvo cerca —dijo Jisung, llevándose una mano al pecho, como si intentara calmar su corazón acelerado.
—Demasiado —respondió Minho, sintiéndose un poco más relajado—. Pero no sé cuánto más podemos seguir haciéndolo así.
Jisung se sentó en el sofá, sintiéndose frustrado. La presión de ocultar su relación comenzaba a pesarle.
—¿Por qué tenemos que ocultarlo? No es justo. —Su voz sonaba herida, reflejando la frustración que sentía al tener que vivir a escondidas.
Minho se acercó, acomodando mechones rebeldes de Jisung que caían en su frente, intentando transmitirle su apoyo.
—Lo sé. Pero tenemos que ser pacientes. Aún no sé cómo lo tomarán mamá y papá.
Mientras se acomodaban de nuevo en el sofá para continuar con su estudio, ambos sabían que la tensión entre ellos no se iba a disipar fácilmente. Se sentían aliviados de estar juntos, pero la necesidad de ocultar su relación comenzaba a pesar en ellos. Sin embargo, en lo más profundo, se preguntaban si alguna vez podrían ser abiertos sobre lo que realmente significaban el uno para el otro.
Mientras Minho revisaba un capítulo de su libro de historia, Jisung lo observaba de reojo. A pesar de la tensión, no podía evitar sonreír al pensar en los momentos que habían compartido. Sabía que, sin importar lo difícil que pudiera ser, tener a Minho a su lado valía la pena.
—¿Por qué no hacemos un trato? —sugirió Jisung de repente, sacando a Minho de sus pensamientos.
—¿Un trato? —preguntó Minho, con curiosidad.
—Sí. Si pasamos estos examenes, nos soltaremos poco a poco. —Jisung lo miró con determinación.
Minho se rió suavemente, sintiendo una oleada de emoción.
—Trato hecho. Pero, primero, concentrémonos en estudiar —dijo Minho, intentando distraerse de la creciente conexión entre ellos.
A medida que el sol se ponía, ambos sabían que había un camino complicado por delante, pero, con Minho a su lado, Jisung se sentía dispuesto a enfrentarlo.
Y aunque las palabras aún no se habían dicho, el amor que compartían en ese momento era más fuerte que cualquier secreto que tuvieran que guardar.
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¡Él no es mi Hermano! | Minsung
Fiksi PenggemarHan Jisung... Era el nombre que Minho detestaba escuchar. ¿Por qué? Minho era el típico chico rico y mimado, que ahora tenga un "hermano" de casi su edad, sólo le complicaba más la vida. Va a tener que aprender a convivir con él, en la misma casa, e...