Chapter 45

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Culpa.

Aria Parker.

- necesito ir de compras.

- vas de compras cada semana - bebo café.

- da igual, necesito cosas nuevas en mi vida.

- ¿Vacaciones? - niega.

- estamos cansadas de ir de vacaciones, de país en país, es aburrido - comenta Elodie.

- quiero un negocio - dice Nadia - uno grande con muchas ganancias - piensa - podemos trabajar las tres. Podríamos dejar los viajes, pagaríamos nuestras propias cosas y tú - me señala - dejarías esa mala vida, te alejarías de los criminales para estar en cada una de las noticias, las positivas claro.

- buena idea - sonríe - pero para ustedes - pone cara se disgusto - no voy a abandonar mi carrera, ¿Qué quieres vender? ¿Bolsos? ¿Zapatos?, necesitarás ayuda de tus padres igualmente y yo no pienso ganar dinero a costa de nadie.

- es solo una ayudita.

- no.

- te vendría genial, mira esas ojeras - Elodie toma mi barbilla - te estás volviendo una anciana a temprana edad - se encoge de hombros - en lugar de tener un bajo salario y cicatrices en todo el cuerpo, podrías trabajar en algo con futuro, mucho dinero, salidas, cada día beber café y ....

- Elodie, esa eres tú, estoy feliz con lo que soy y lo que tengo.

- como quieras - dice Nadia y luego rueda los ojos.

- pero si podemos tener un día de chicas.

- lo siento, tengo trabajo que hacer.

- de eso hablo, nunca tienes tiempo para tí o tus amigas.

- nos vemos luego - tomo mi bolso.

Dejo un beso en sus mejillas y salgo de la cafetería. No estaría mal cambiar de ambiente, sería completamente sano y diferente, nada se criminales y nada de decisiones difíciles, pero no es lo mío.

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Miro el suelo y juego con el anillo de mi dedo. Escucho las puertas abrirse y alguien entra con una gran sonrisa. Toma asiento frente a mí, coloca sus manos sobre la mesa con las esposas que adornan sus muñecas y lo miro a los ojos.

- ¿Qué tienes que decir?

- no deberías preguntarme ¿Con quién trabajas? ¿Quieres un abogado? O simplemente decirme que debería hablar para disminuir mi sentencia.

- creo que sabes muy bien las preguntas, solo tengo una ¿A qué quieres jugar?- pienso - ¿Qué hacías ahí?

- esas son dos preguntas - sonríe.

Golpeo la mesa y me acerco más a él.

- no estoy para bromas - su sonrisa crece - deberías celebrar que no soy un criminal como tú o ni siquiera hubieras llegado a tu celda.

- ¿Tienes autorización para decir eso?

- tengo autorización para sacarte información - sonrío - para mí suerte y tu desgracia no hay cámaras, tampoco hay oficiales allá fuera - su sonrisa se borra - estamos solos tú y yo, y puedo tomar la medida más conveniente para buscar lo que quiero - coloco el arma sobre la mesa - ¿Qué tramas?, sé que fuiste a propósito, querías venir aquí y querías que yo te encerrara, ¿Porqué?

- necesito su ayuda, agente - río

- ¿Ayudarte? ¿A tí?

- esta vez soy yo la víctima.

Nunca Olvidarte✓[+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora