Nunca Olvidarte✓[+18]

Chapter 28

Los fantasmas no existen.

Elizabeth Smith.

—¿Qué mierda es esto? — pregunto y no recibo respuesta.

Me obligan a salir del auto y atan mis manos aún con la tela negra en mi cabeza. No tengo ni puta idea de dónde estoy, ni quién es esta gente. ¡Estaba ebria! Y no se que tan lejos estamos pero estoy muy clara y sé que llevamos varias horas de viaje.

—¿Dónde estoy y qué quieren conmigo? — nadie responde.

Alguien me levanta del suelo y creo que subimos escaleras. Siento puertas abrirse y algunas personas hablar en otro idioma. Volvemos a movernos, me dejan en el suelo y me guían a dónde debo ir con un arma en mi espalda. Escucho voces y siento que nos observan, el lugar es húmedo y no me agrada en lo absoluto. Escucho puertas de metal abrirse y algunos susurros. Quitan la tela negra de mi cabeza y también la soga de mis manos¡Es una cárcel!. Me empujan a una celda y coloco mis manos en los barrotes.

—¿Qué mierda es esto? ¿Sabes quién soy?

Nada, el hombre con ausencia de cabello se larga después de asegurar la puerta y me deja en este mugriento lugar. ¡Todo está oscuro, hay solo una pequeña ventana que no ilumina prácticamente nada y está bien asegurada.  El suelo está manchado de sangre, polvo y huele a pudrición aquí dentro. Golpeo la puerta y por algunas rendijas veo otro par de celdas ¡Hay miles de ellas!. Varias personas miran hacia mí, sus rostros muestran cansancio y dolor. Le doy una patada a la puerta y me alarmo cuando escucho un ruido proveniente de mi celda.

—¿Hay alguien ahí? — doy un paso adelante.

Escucho un quejido.

—¿Quién está ahí?

Suelto un grito cuando una mano sale a la luz. Cubro mis labios y me acerco a esa persona. ¡Dios!, está hecho un desastre, lleno de golpes, sangre y heridas infectadas.

—¿Cómo te llamas? — no recibo respuesta.

¡Genial!

Me alejo y me lanzo al piso. ¡Tengo que pensar en  una forma de salir!, pero antes debo saber quién es el dueño de este lugar y el resto de los prisioneros ¿Qué quiere de nosotros?

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Abro mis ojos cuando escucho la reja abrirse, me pongo de pie y lanzan una bandeja con algo de carne. Me acerco a la puerta pero la cierran antes de que pudiera intentar algo. Miro la bandeja y al hombre que está frente a mí ¡Tengo hambre!, pero él lo necesita más que yo. Tomo la bandeja y me acerco a él, abraza sus piernas como un cachorrito asustado ¡Me tiene miedo!

—Me tienen encerrada al igual que a tí, no te voy a hacer daño — le muestro la bandeja —necesitas comer, así tendrás fuerzas — niega.

Me siento frente a él. Su ropa está rasgada y sucia. El pobre hombre huele a carne podrida como todo el lugar.

—Mi nombre es Elizabeth.

Doy un brinco por el susto cuando pone sus manos en el suelo y se acerca a mí para mirarme de una forma extraña.

—Tranquilo, yo no ...

Toma mi mano y me pide que me ponga de pie por medio de señas. Cierro los ojos cuando la luz de la ventana ataca mis ojos y empieza a hacer sonidos extraños como si intentara hablar.

—¿Pasa algo? — lleva su dedo índice a mi pecho y luego al suyo — no entiendo qué quieres decirme.

Hace gestos raros como si intentara hablar con sus manos pero no entiendo absolutamente nada. Lo miro un poco mareada y siento escalofríos al ver un tatuaje en su muñeca, ¡Una pirámide!. Levanto la tela de su brazo izquierdo y me hecho para atrás.