Nunca Olvidarte✓[+18]

Chapter 43

Vida real.

Aria Parker.

¡No debí venir aquí! Fue una mala idea desde el inicio, ¿Porqué lo aceptaste? Van a destruirte si solo imaginan que estás aquí.

Alzo el vestido negro con aros, mi cabello se alborota cada vez que subo un escalón.
 
¿Qué diablos es esto?

Mis ojos se abren a más no poder cuando las enormes puertas dobles se abren mostrando a las personas de su interior, todos llevan  ropa interior y máscaras.

El ambiente se hace cada vez más incómodo con las miradas de hombres y mujeres que parecen querer arrancarte la ropa. Las luces son opacas, el roce con todas esas personas y toda esa mezcla de olores me hace sentir náuseas y a la vez tan acorralada. Bajo la vista cuando noto algunas cámaras en las paredes. Subo unas escaleras de alfombra roja y suspiro al notar menos gente. Dos fortachones se detienen frente a mí, son los únicos que llevan ropa, también
usan máscara como el resto y no parecen ser muy amigables.

- tarjeta - pide una voz muy ruda.

Abro mi bolso, es tan pequeño que solo me permite guardar tres cosas, identificación, mi celular y esa maldita tarjeta negra. La muestro y ambos se hacen a un lado permitiéndome pasar, me ayudan con las puertas y la sensación es aún más insoportable. Música suave, todo está oscuro con la única iluminación de la piscina y el resto de los juguetes sexuales que hay aquí. Me cruzo de brazos cuando veo un traje negro de espaldas, está cruzado de brazos sobre la barra y parece beber algo mientras espera.

- ¿Para qué me has invitado?

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- buenos días - saludo a Jeason pero no recibo respuesta.

- Aria - Caroline corre hacia mí - al fin estás aquí - me abraza - necesitamos tu ayuda con algo.

- bien, ¿en qué puedo ayudarles?

- tenemos trabajo que hacer.

- sí, por el momento creo que no hay pistas o señales del paradero de Ian o de su padre así que puedo ayudarles - me mira mal - nos vemos luego teniente coronel,  si me necesita búsqueme.

Me alejo de él, camino junto a Caroline y la escucho soltar unas risillas .

- ¿De qué te ríes?

- está furioso - asiento - debe odiarte ahora mismo.

- tuvimos una buena amistad desde el comienzo - le guiño un ojo - ahora dime en qué necesitas mi ayuda.

- aquí - señala la puerta.

Arrugo mis cejas y tomo el pomo, entramos al lugar y veo a un par de soldados, dos en el ring y el resto observando.

- necesitamos un coach.

- ¿Enserio? - asiente.

Joder.

Me muestran una larga lista, es como una especie de juego, están por grupos, cada uno espera su turno y debo ser yo quién entregue la medalla ¡Es solo un simple objeto redondo y dorado sin valor! No lo veo mal, aunque apuesto que a Peterson no le agradaría, es una buena forma de entrenar y divertirse a la vez.

Tomo mi puesto, un asiento cómodo mientras evaluo y bebo café, observo cada una de las peleas, enseño un par de movimientos y pasamos el rato. El ganador fue uno de los más fuertes, un chico muy superficial.

Las horas pasaron, tuve una reunión aburrida donde buscábamos dónde podría estar el criminal de piel pálida. Creo que necesito un psicólogo ya que  hice cualquier cosa menos prestar atención.