Chapter 3

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La sangre de mi padre.

Elizabeth Smith.

Muerdo la última tostada y lavo los trastes para luego salir del apartamento. ¡El día está hermoso!. Al cerrar la puerta veo a la vencina asomada en su ventana, ¡Apuesto a que es una cotilla!, extiendo mi mano en forma de saludo y responde de la misma forma.

Bajo utilizando el ascensor y entro a mi auto, mi reproductor suena con la canción Strani Amori de Laura Pausini y otro par de canciones de la artista.

Al llegar a la empresa saludo a un par de personas, en especial a la chica de cabello corto.

—buenos días.

—buenos días Elizabeth, por lo visto trabajaremos juntas, mi nombre es Larry, lamento haberte tratado ayer de esa forma pero ...

—lo entiendo, es tu trabajo.

—el joven Ian te espera en su oficina, no lo hagas esperar — me guiña un ojo — sígueme — me pide y camino tras ella — este será tu escritorio — me muestra mi lugar — tu ordenador y todo lo que necesites, el jefe llamará a este teléfono cuando te necesite.

—bien, entoces iré a verlo.

Dejo mi bolso y mis cosas sobre la mesa tomando únicamente una libreta de apuntes y un bolígrafo azul, le dedico una sonrisa a Larry y me acerco a la puerta negra, abro y una mirada pesada cae sobre mí.

—buenos días ...

—ya empiezas mal — alza una ceja — recuerda siempre llamar a la puerta.

—lo siento.

—acércate.

Hago lo que pide haciendo mil muecas por dentro, ¡Odio este trabajo!

—tengo una reunión en dos horas, almuerzo con el señor Rosberg, otra reunión con los inversores, escoger a los trabajadores de la campaña entre ruedas e ir al aeropuerto a las seis - vuelve a mirarme — ¿Porqué no apuntas?

—estoy esperando a que termine .

—¿Lo recuerdas todo?

—una reunión en dos horas, almuerzo con el señor Rosberg, otra reunión con los inversores, escoger a los trabajadores de la campaña entre ruedas e ir al aeropuerto a las seis — lo miro victoriosa —¿Algo más?

—es todo por ahora.

—llámeme cuando me necesite.

Me doy la vuelta y puedo sentir como su gris azul me quema mientras camino . Vuelvo a mi escritorio y me siento en aquella silla giratoria, apunto cada cosa que dijo para no olvidar nada y acomodo todas mis cosas sobre la mesa, tomará tiempo acostumbrarme a esto.

Todo el día consistió en llevar papeles, café y hacer apuntes, por otro lado Ian ha estado entrando y saliendo de la empresa con cara de pocos amigos, saliendo de una reunión para entrar en otra, recibiendo y cortando llamadas. Su trabajo verdaderamente es insoportable. Yo solo me encargué de observar, me tuvo de un lado para otro hasta que mis piernas pedían a gritos un descanso pero pude llevarlo todo sin chistar.

—Elizabeth, ¿Ese era tu nombre cierto? — me pregunta el hombre de piel pálida y asiento — busca a Larry y a Roha, los quiero a ustedes tres en mi oficina, ahora —su voz suena a amenaza.

¡Está furioso!

Me pongo de pie y busco a Larry y luego a ese chico llamado Roha,  me costó mucho tiempo encontrarlo, andaba jugando un simple videojuego en la zona de descanso.

Los llevo a su oficina y cierro la puerta para escuchar el discurso.

—puedes decirme ¿Cómo carajos llegarán hoy en la noche cuando los esperábamos en dos semanas? — ataca al chico de cabello blanco quien lo mira cruzado de piernas.

Nunca Olvidarte✓[+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora