Nunca Olvidarte✓[+18]

Chapter 30

Libertad.

Elizabeth Smith.

Mis ojos se cierran al igual que la luz parpadea. Los matones sostienen mis brazos y mis pies descalzos se arrastran por el suelo mientras me llevan al salón. Es poco lo que puedo distinguir, he visto cientos de personas morir aquí dentro,  cada una más escalofriante que la anterior .

- ¿Estás cansada?

- aún podría patearte las pelotas - lo escucho reír .

Sueltan el agarre y mi cuerpo se desploma sobre aquella silla de metal. El frío y la humedad se clava en mis huesos haciendo todo más insoportable.

- creo que necesita un baño, está un poco sucia y gastada - le habla a sus hombres .

Vuelven a levantarme y mis ojos se cierran por segundos. Suelto un grito al sentir miles de cuchillas entrar en mi piel. Me introducen por completo en el tanque de hielo, me dejan unos minutos y me ponen fuera. Mis dientes rechinan por el temblor de mi mandíbula, abrazo mis piernas buscando calor y miro por el rabillo del ojo; un vestido rojo y tacones .

- ¿Te gusta? - no respondo - úsalo .

No hago nada me mantengo en el suelo, temblando y muriendo por dentro .

- cambien su ropa - le dice a sus hombres .

- yo puedo - hablo en un susurro .

Me arrastro hasta llegar a la toalla. Mis manos están temblorosas haciendo que cualquier cosa que tome en mis manos caiga al suelo. Pero me esfuerzo y vuelvo a tomarla. Seco mi cuerpo lentamente, me coloco sobre mis rodillas y me voy completamente de lado estampando mi cara con el suelo pero vuelvo a mi posición. Me coloco el vestido con el mayor esfuerzo, también los tacones y el hijo de puta se acerca para extenderme su mano.

Entierro mis uñas en la palma de mi mano y lo miro a los ojos. Coloco mis puños en el suelo y subo lentamente sin tambalearme. Los tacones solo lastiman mis dedos, el vestido presiona mis heridas pero verlo a los ojos me da la fuerza suficiente para ponerme en pie. Presiono mis dientes y presiento como mis lágrimas quieren salir por montones. Tiemblo un poco perdiendo el equilibrio pero enderezo mi espalda tomando una postura recta .

- ¿Qué deseas para cenar?

- tu cabeza.

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- ¿Quieres envenenarme? - ríe.

- si quisiera asesinarte lo hubiera hecho hace mucho tiempo .

- ¿Qué es esta payasada? ¿Un teatro?

- te ves hermosa con ese labial - alzo una ceja .

Me veo igual que antes, solo estoy más delgada y rota por dentro. El maquillaje y ropa limpia puede hacer maravillas  pero ¿Para qué ha montado todo esto?

- puedes comer - me cruzo de brazos - sé que tienes hambre.

Veo los platos sobre la mesa, todo lo que podría desear pero no me arriesgaría después de esperar tanto tiempo para escapar de aquí .

- ¿Te gusta el vino? - sirve una copa - bebe .

Tomo el objeto en mi mano, lo rodeo con mis dedos y observo el líquido rojizo que hay dentro. Lo agito un poco y lo acerco a mis labios, sonrío antes de acercarlo por completo y lo lanzo sobre él manchando su ropa y también su rostro.

- no soy estúpida ¿Qué es esto?

- tenía razón con mi diagnóstico - muestra un pañuelo - era una mujer - arrugo mis cejas.