Cap. 19

27 3 3
                                    

El día pasó demasiado lento tanto para Marinette como para Adrien, ambos atrapados en sus pensamientos sobre lo sucedido por la mañana. Adrien, emocionado ante la posibilidad de que algo más pudiera surgir entre ellos, y Marinette, preocupada de que sus sentimientos se interpusieran en su elaborado plan.

La noche cayó, y Marinette tomó un taxi hacia su edificio, ya que su auto seguía en mantenimiento. Al llegar, entró por la puerta principal, algo poco común para ella, pues normalmente usaba el ascensor del estacionamiento subterráneo.

Mientras esperaba el ascensor, una chica se paró a su lado. Tenía el cabello castaño, atado en un moño relajado, con mechones sueltos que enmarcaban su rostro. Sus ojos color aceituna brillaban con curiosidad y su piel ligeramente bronceada le daba un aspecto saludable. Sostenía una bolsa de compras contra su pecho, como si fuera algo preciado.

— Hola —dijo la chica con amabilidad.

— Hola —respondió Marinette en un tono cansado. Sintió que había visto ese rostro antes, pero no lograba recordar dónde— ¿Eres nueva en el edificio? No te había visto antes.

— Sí, estoy viviendo aquí por tiempo limitado —respondió la chica— Soy Lila, mucho gusto —dijo extendiendo su mano.

Ese nombre resonó en la mente de Marinette como un eco incómodo. Era el nombre que la había torturado todo el día. Ahora, cara a cara, la incomodidad se hizo aún más evidente.

— Mucho gusto, soy Marinette —respondió, forzando una sonrisa y apretando ligeramente la mano de Lila.

— Lo sé, eres una talentosa diseñadora de talla internacional. Es un verdadero honor conocerte —dijo Lila con una sonrisa amplia.

Lastimosamente, Marinette no podía decir lo mismo. El ascensor se abrió y ambas entraron en silencio, mientras Marinette se colocaba a un lado, sintiendo una incomodidad que solo aumentaba. El silencio entre ambas se volvió tenso, hasta que Lila intentó romperlo.

— Es lindo este edificio —comentó Lila, intentando empezar una conversación.

— Sí —respondió Marinette, sin querer seguir la charla.

— Sabes, admiro mucho tu trabajo. Haces unos diseños increíbles, ¡eres digna competencia para Gabriel Agreste! —añadió Lila con una risa ligera.

— Gracias —dijo Marinette, su voz cada vez más seca. Después de una breve pausa, agregó— No lo tomes a mal, pero estoy cansada y no me apetece conversar, lo siento.

— Lo entiendo —contestó Lila sin perder su amabilidad— dirigir una empresa tan exitosa debe ser agotador.

Marinette asintió, obligando una sonrisa que no alcanzaba sus ojos. El tiempo dentro del ascensor parecía alargarse. Finalmente, las puertas se abrieron, y ambas salieron al pasillo.

— Fue un gusto conocerte —dijo Marinette, ansiosa por terminar la interacción.

— Igualmente —respondió Lila.

En ese momento, el otro ascensor se abrió, revelando a Adrien. El corazón de Marinette se aceleró al instante. Sus ojos se encontraron y una sonrisa genuina se formó en sus rostros, pero esa conexión visual se rompió rápidamente cuando Lila, notando el ambiente entre ellos, se interpuso.

— ¡Hola, Adrien! —exclamó Lila, corriendo hacia él y saludándolo con un beso en la mejilla.

El malestar de Marinette creció con cada segundo que veía esa cercanía. Sentía una punzada de celos que no podía ignorar.

"¿Por qué se acerca tanto?" pensó mientras veía cómo Lila lo abrazaba. "¿Qué más da? No me debería afectar." Se convenció mentalmente.

𝐄𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐥𝐚 𝐯𝐞𝐧𝐠𝐚𝐧𝐳𝐚 𝐲 𝐞𝐥 𝐚𝐦𝐨𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora