Cap. 9

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Narra Marinette.
Mientras la noche envolvía la ciudad de la luz, yo terminaba de resolver algunos pendientes en mi oficina. Finalmente, la hora de ir a casa llegó, salí de la oficina rumbo a mi apartamento con el cansancio del día sobre mis hombros. Cuando abría la puerta de mi auto mi celular sonó.

— Hola, Alya —respondí al contestar la llamada mientras subía a mi auto

— Tengo noticias —dijo mi amiga atraves del teléfono— Eduardo se declaró culpable y está dispuesto a enfrentar todas las consecuencias sin poner resistencia.

— ¿Hablas en serio? —respondí, me sorprendió mucho escuchar la noticia.

— Sí. También me sorprendió cuando lo supe. Parece que, después de la visita de su asistente, decidió hacer lo correcto.

— Vaya, eso es inesperado... pero me alegra saber que Eduardo haya reflexionado al final.

— Sí. Pero igual tendrá muchos años en prisión

— Son consecuencias de sus actos

— Bueno, eso era todo. Solo quería que supieras como van las cosas con Eduardo. Nos vemos mañana.

— Está bien, gracias por mantenerme informada —respondí, y la llamada terminó.

Abroché el cinturón de seguridad y encendí el auto, para ponerme en marcha hacia mi hogar.
Durante el silencioso trayecto, mi mente se perdió en pensamientos. Recordé repentinamente que había cancelado el desayuno con Adrien, y lo había hecho mediante un simple mensaje de texto.

— Rayos, solo espero que él no lo haya tomado mal —dije en voz alta mientras esperaba que el semáforo cambiara a verde— Debería haberlo llamado en lugar de enviarle un mensaje... eso fue tan frío, tan distante. No puedo permitir que piense que no me importa.

El semáforo cambió, y aceleré suavemente, pero la inquietud seguía presente en mi mente, apretando como una mano invisible.

— ¿Y si esto significa un retroceso en mi plan? —murmuré con preocupación— Todo tiene que salir perfecto, no puedo permitirme ningún error.

Mientras seguía conduciendo, mi mente no paraba de darle vueltas a la situación.

— Tal vez él podría pensar que soy una persona poco confiable o sin palabra. Eso podría alejarlo de mí y complicaría las cosas...

El miedo de que Adrien se alejara de mí hizo que mi corazón latiera más rápido.

—Tengo que averiguar si se molestó por haber cancelado en el último momento y si fue asi, arreglarlo.

Sabía que cada movimiento era crucial, y no podía arriesgarme a perder el progreso que había hecho hasta ahora. Ya tenía una parte de su confianza, no podía perder ese avance.

Con cada kilómetro que recorría, mi determinación se fortalecía. Al llegar a mi apartamento, estaba más decidida que nunca a manejar la situación con Adrien de la mejor manera posible.

— ¿Qué debería hacer? ¿Le marco? ¿Le envío otro mensaje? —me preguntaba con el celular en la mano, sin poder tomar una decisión. Pero luego una idea más clara surgió en mi mente. —No. Mejor iré a verlo, creo que es la mejor opción

Decidida, tomé mis llaves y salí de mi apartamento. El de Adrien estaba a sólo cinco puertas de distancia. Una vez frente a su puerta, respiré hondo y toqué el timbre. Adrien tardó algunos segundos en abrir.

—Hola, Marinette. Qué grata sorpresa verte aquí —dijo Adrien con una sonrisa, esa que siempre parecía iluminar su rostro. Traía puesto un pantalón de pijama y una camiseta que mostraba sus brazos tonificados gracias al gimnasio, dándole un aire informal y cercano— Pasa, por favor.

𝐄𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐥𝐚 𝐯𝐞𝐧𝐠𝐚𝐧𝐳𝐚 𝐲 𝐞𝐥 𝐚𝐦𝐨𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora