Narra Marinette.
Luego del desayuno con Adrien llegué a mi empresa, realmente satisfecha con el paso que había dado. Adrien empezaba a confiar en mí, y ese era un punto sumamente importante para mi plan.— Buenos días, señorita —saludó amablemente Sandra, mi secretaria.
— Buenos días, Sandra. ¿Algo nuevo para hoy? —respondí mientras abría la puerta de mi oficina.
— No, solo que el señor Oscar estuvo aquí.
— Ah si, le dije que nos veríamos aquí. Localízalo y dile que venga.
— Sí, señorita, en seguida —dijo Sandra saliendo de mi oficina. Poco después, mi celular sonó. El número era desconocido, pero de igual forma decidí contestar
— Bueno.
— Hola, linda, ¿ya pensaste en mi propuesta? —dijo una voz masculina que reconocí al instante. La voz de Eduardo tenía un tono seductor y confiado.
Mi ceño se frunció y mis labios se apretaron en una línea fina.
— Señor Eduardo, ya le dije que mi respuesta no va a cambiar. Sigue y seguirá siendo un NO. —respondí con firmeza
— ¿Es tu última palabra? ¿Estás segura de que no quieres reconsiderarlo?
— NO. Por cierto, ¿cómo obtuvo mi número de celular?
— Eso es un secreto, cariño. Ahora sigamos hablando de lo que nos interesa. Voy a hacerte mi última oferta. Una noche conmigo a cambio de un gran ascenso en el mercado, y un rotundo éxito para ti y tu empresa. De hecho, hasta puedo hacer que te posiciones mucho más arriba que Gabriel Agreste. ¿Qué dices, linda?
Sentí una oleada de ira y desprecio recorrer mi cuerpo. Respiré hondo antes de responder, no quería perder el control.
— A caso no fui clara, no me interesa su oferta, entienda.
— Bien, entonces prepárate para recoger los pedazos de tu esfuerzo. De una vez te digo que voy a destruirte.
— No le tengo miedo, Eduardo. También tengo cartas que jugar. Así que como le dije antes, veremos quién destruye a quién.
— Conmigo no vas a poder. Soy por mucho más poderoso que tú. Llevo más tiempo en este medio y tengo más influencia. Así que vete despidiendo de tu éxito.
Mis dedos temblaban ligeramente por la furia contenida, pero mi voz se mantuvo firme y helada.
— Déjeme decirle, Eduardo, que sus amenazas no hacen efecto en mí. No le tengo miedo. Y yo también puedo ser muy peligrosa.
— ¿Qué puede hacerme una mujer como usted? —dijo con un tono burlón y despectivo
Sentí cómo mi sangre hervía, pero mantuve mi voz fría y controlada.
— No se lo podría imaginar —dije, cortando la comunicación abruptamente. Ya me había hartado la conversación.
En cuanto la llamada terminó, me deje caer sobre mi silla y lleve mi mano a mi frente, sobandome. Sentí la tensión acumulada en mis músculos, intentando mantener la calma. Segundos más tarde mi teléfono sonó de nuevo era un mensaje de texto de Eduardo.
"Nadie me trata así y se queda sin consecuencias. Que conste que yo quería hacer las cosas de otra manera, de forma amigable. Si hubieras accedido todo hubiera resultado mucho mejor para ti. Mi oferta era buena, mucho por ganar y sin tanto que dar a cambio, pero como decidiste hacerte la chica inalcanzable y difícil ahora tendrás que atenerte a las terribles consecuencias de tus decisiones. Vas a caer en la desgracia, te voy hacer polvo niña, tu imperio será destruido, de eso me encargaré yo personalmente. Desearas nunca haberte cruzado en mi camino.
Att. Eduardo Ferreira"

ESTÁS LEYENDO
𝐄𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐥𝐚 𝐯𝐞𝐧𝐠𝐚𝐧𝐳𝐚 𝐲 𝐞𝐥 𝐚𝐦𝐨𝐫
FanfictionMarinette, una joven exitosa y reconocida por su impecable trabajo ha jurado vengarse de aquellos que hicieron daño a su familia y arruinaron la vida de su padre. Sin embargo, sentimientos inesperados empiezan a surgir trayendo consigo complicacione...