𝐄𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐥𝐚 𝐯𝐞𝐧𝐠𝐚𝐧𝐳𝐚 𝐲 𝐞𝐥 𝐚𝐦𝐨𝐫

Cap. 34

Adrien se quedó un momento en su lugar, con la mirada recorriendo cada rincón de la fiesta mientras buscaba a Marinette. Lila se había marchado después de su conversación, dejándole claro que debía buscar a la chica que realmente amaba. Pero ahora, ese impulso lo invadía por completo.

Finalmente, la vio. Marinette estaba en el jardín, hablando con alguien. Adrien entrecerró los ojos y rápidamente lo reconoció: Luka.

La incomodidad de Adrien crecía con cada segundo que observaba a Marinette conversando con Luka. No necesitaba más que un vistazo al inconfundible cabello azul para saber que era él, ese "idiota" que había visto solo una vez, pero lo suficiente para que su recuerdo quedara marcado.

"¿Qué demonios hace Luka aquí?" pensó Adrien, sus celos palpables. Al notar el logo de la agencia de fotografía en la espalda de Luka, se llenó de indignación. "Voy a despedir al que lo contrató como fotógrafo oficial, eso es seguro."

Respiró profundamente, intentando calmarse. "Cálmate, Adrien. No es momento de confrontaciones. Primero, tienes que hablar con Marinette, decirle todo lo que sientes. Las explicaciones vendrán después."

Justo cuando estaba a punto de caminar hacia ella, la voz de Felipe, un invitado cercano por negocios familiares, lo interrumpió.

— Oye, Adrien, esta fiesta es increíble. Felicidades — dijo Felipe con una sonrisa despreocupada.

— Gracias, me alegra que la estés disfrutando — respondió Adrien, aunque su mirada seguía fija en Marinette.

Felipe lo observó con atención, notando su distracción.

— ¿Qué pasa? ¿Se te perdió tu chica? — preguntó Felipe en tono juguetón, levantando una ceja— La vi hace un momento, y debo decir que es muy linda.

Adrien resopló, irritado ante la insinuación.

— Si te refieres a Lila, ella no es mi chica. Ha habido un malentendido esta noche que parece haberse extendido.

Felipe soltó una leve risa, incrédulo.

— ¿En serio? Todos aquí creen que tú y Lila son pareja. Algunos hasta les ponen fecha para la boda.

— Pues lamento decepcionarlos, pero Lila y yo solo somos amigos. Si pudieras ayudarme a desmentir ese rumor, te lo agradecería.

Felipe sonrió, divertido por la situación.

— ¿Me estás llamando chismoso, Adrien?

Adrien respondió con una sonrisa sarcástica.

— Claro que no, solo sé que eres muy eficiente para difundir información. Solo asegúrate de que esta vez sea la correcta.

Ambos rieron un poco, pero Adrien no podía dejar de mirar a Marinette. De repente, vio su oportunidad: Luka ya no estaba a su lado, y ella, ahora sola, miraba hacia el bosque, su silueta iluminada por las luces tenues del evento. Era el momento perfecto.

— Si me disculpas, voy con la chica que realmente me interesa —dijo Adrien, dándole una palmada en el hombro a Felipe antes de alejarse apresuradamente.

— Claro, suerte con eso —respondió Felipe con una sonrisa, mientras Adrien se dirigía directo hacia Marinette, con el corazón acelerado y una única misión en mente.

Adrien se acercó en silencio, con pasos ligeros, hasta quedar justo detrás de Marinette. Ella estaba absorta, mirando el bosque frente a ella, como si el suave balanceo de las hojas y el susurro del viento fueran lo único que existía en ese momento. Con cuidado, Adrien posó sus manos suavemente alrededor de su cintura, provocándole un pequeño sobresalto.