Eran alrededor de las cinco de la tarde cuando Marinette decidió que era hora de marcharse. El reencuentro inesperado con Luka la había dejado pensativa, y aunque su mente seguía vagando entre los recuerdos y la sorpresa, tenía que prepararse para la cena que habían acordado. Aún con la mirada fija en los tulipanes que adornaban su escritorio, suspiró profundamente antes de tomar su bolsa y dirigirse hacia la salida.
- Me voy, Sandra. Nos vemos el lunes -dijo cortésmente, ajustando su abrigo sobre los hombros.
- Que tenga una excelente noche, señorita -respondió su secretaria con una sonrisa profesional, ajena al torbellino emocional que empezaba a formarse en Marinette.
El eco de sus tacones resonaba en los pasillos vacíos, marcando el ritmo de sus pensamientos. Al llegar a su coche, se tomó un momento, respiró hondo y, con un breve suspiro, encendió el motor. Condujo directamente hacia su apartamento, mientras su mente iba y venía, entre el pasado con Luka y el presente incierto que estaba a punto de enfrentar.
Al llegar a casa, la ansiedad se instalaba en su pecho. Buscó rápidamente un vestido adecuado para la ocasión, optando por uno negro con ligeros destellos que le caía justo encima de las rodillas. Un diseño casual y elegante, con mangas largas y un discreto escote en forma de V. Eligió unos zapatos de tacón moderado y accesorios simples que realzaban su look sin robarle protagonismo.
- No es lo mismo... -murmuró para sí mientras se observaba en el espejo, ajustando el vestido- No se siente igual que antes...
Recoedaba cuando salir con Luka solía emocionarla hasta el punto de sentir mariposas en el estómago. Pero ahora, todo era tan diferente. Habían pasado los años, las experiencias, las separaciones. "Tal vez si no nos hubiéramos distanciado...", pensó fugazmente, pero enseguida apartó ese pensamiento. El pasado era el pasado y no había forma de cambiarlo.
Después de arreglarse el cabello en una coleta alta, dejando que algunos mechones sueltos enmarcaran su rostro, Marinette se miró una última vez en el espejo. Se veía perfecta, pero no podía evitar sentir una ligera incomodidad, como si la cena con Luka no fuera solo un reencuentro entre amigos, sino algo más que aún no lograba descifrar.
- Las cosas son como son, de nada sirve pensar en lo que hubiera sido -se dijo con firmeza, aplicándose su perfume favorito antes de tomar su bolso. Salió de su apartamento, decidida a enfrentar la noche con la mejor actitud posible.
El hotel donde Luka se hospedaba estaba un poco alejado, y el trayecto le dio tiempo para ordenar sus emociones. Cuando finalmente llegó, lo vio esperándola fuera, con las manos en los bolsillos de su pantalón y esa misma actitud calmada que recordaba tan bien. Luka llevaba una camisa blanca ligeramente desabrochada bajo un saco negro, sin corbata, pero perfectamente elegante. Su cabello estaba algo despeinado, todavía húmedo, como si no hubiera tenido tiempo de secárselo por completo.
Al detenerse frente a él, Luka le dedicó una sonrisa que parecía llevar consigo los recuerdos de tiempos más sencillos.
- Hola, Marinette -dijo suavemente, su voz resonando en su memoria como una vieja canción.
- Hola, Luka -respondió ella, devolviendo la sonrisa con la misma calidez, aunque una pequeña tensión subía por su estómago. ¿Por qué no se sentía como antes?
Se subió al auto, ambos compartiendo una mirada que, aunque tranquila, escondía preguntas no formuladas. Mientras conducían hacia el restaurante que ella había elegido, Luka rompió el silencio con su típica sencillez.
- ¿No es muy formal, verdad? -dijo, refiriéndose a su atuendo.
Marinette lo miró brevemente antes de regresar su atención a la carretera.

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𝐄𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐥𝐚 𝐯𝐞𝐧𝐠𝐚𝐧𝐳𝐚 𝐲 𝐞𝐥 𝐚𝐦𝐨𝐫
FanfictionMarinette, una joven exitosa y reconocida por su impecable trabajo ha jurado vengarse de aquellos que hicieron daño a su familia y arruinaron la vida de su padre. Sin embargo, sentimientos inesperados empiezan a surgir trayendo consigo complicacione...