La oportunidad de ¡CATNAP!

Capítulo 90: Un Viejo Amigo en el ł₦₣łɆⱤ₦Ø

Perspectiva de Leith Pierre

Me recliné en mi silla de cuero, disfrutando de mi café con tranquilidad mientras observaba las cámaras de la fábrica. Por una vez, todo parecía estar en orden. No había alarmas, no había experimentos escapando, y lo más importante: no tenía a Huggy Wuggy destrozando pasillos o a Mommy Long Legs colgando empleados del techo por diversión.

Pero, como siempre, mi paz no duró mucho.

La puerta de mi oficina se abrió de golpe, y uno de los cuidadores del Playcare entró a toda prisa. Solo con ver su cara de nerviosismo supe que traía noticias jugosas.

—Señor Pierre, vengo a informarle algo importante.

Tomé un sorbo de mi café antes de responder.
—Dime, ¿qué cagada hicieron ahora?

—No es una cagada, señor. Catnap... ha solicitado traer a un nuevo experimento al Playcare para reeducarlo.

Levanté una ceja. Eso sí que era interesante.

—¿Él lo pidió por su cuenta?

El cuidador asintió. Eso me sacó una sonrisa. Catnap solía esperar a que yo le asignara nuevos sujetos de prueba, pero esta vez había actuado por su cuenta. ¿Quizás estaba aprendiendo demasiado rápido?

—Y bien, ¿de quién estamos hablando? —pregunté, curioso.

El trabajador tragó saliva.
—Dijo que el experimento está en la cárcel de experimentos impredecibles. Su número de celda es la 666.

Mi sonrisa desapareció.

—...No jodas.

Me incliné hacia adelante, sintiendo cómo la tensión se acumulaba en mi pecho.
—¿Estás diciendo que Catnap quiere reeducar a él?

El cuidador solo asintió.

Cerré los ojos un momento y pasé una mano por mi cara.
—¿Siquiera sabe quién es? Porque si lo sabe, lo va a reventar en cuanto lo vea.

Mi mente trabajaba rápido. El Doctor, Harley Sawyer, el bastardo que ayudó a dar vida a todas estas aberraciones. Catnap y los demás lo matarían en cuanto descubrieran la verdad. Pero luego pensé en otra cosa...

¿Y si dejamos que sufra un poco primero?

No pude evitar sonreír. Oh, esto iba a ser hermoso.

Imaginar al gran Doctor obligado a cuidar a los mismos niños que podría haber usado para sus experimentos, seguir órdenes de su "creación perfecta" y ser tratado como un peón más... ¡Eso sí que valía la pena verlo!

—Envíenlo al Playcare de inmediato —ordené con un tono divertido.

El cuidador pareció sorprendido por mi reacción, pero no dijo nada y salió a cumplir la orden. Me giré en mi silla, volviendo mi mirada a las cámaras de la fábrica con una sonrisa burlona.

—Esto va a ser divertido... pero no para ti, viejo amigo.

Perspectiva de Catnap

Después de mi llamada con "Ollie", me reuní con el equipo en el Playcare. La noticia de que tendríamos un nuevo compañero había causado varias reacciones.

—¡Otro aliado contra 1006! —exclamó Poppy con entusiasmo.

—Espero que este no sea un imbécil como los últimos experimentos que llegaron aquí —gruñó Pianosaurus.

—¿Cuál es su número de identificación? —preguntó Mommy Long Legs con curiosidad, apoyando su cabeza en mi hombro.

—Celda 666 —respondí con calma.

El silencio se apoderó de la habitación.

Dogday dejó de coquetear con Lía y me miró fijamente.
—¿Repite eso?

—Celda 666 —repetí con paciencia—. Harley Sawyer.

Bubba Bubbaphant dejó caer su taza de té. Bobby BearHug parpadeó como si no hubiera oído bien.

—¡¿EL PUTO DOCTOR?! —gritó CraftyCorn, casi ahogándose.

—Exacto —respondí con una sonrisita.

La reacción general fue una combinación de shock, enojo y confusión.

—¿Me estás diciendo que ese enfermo de mierda viene aquí? —gruñó KickinChicken, golpeando el suelo con una de sus patas.

—¿No es el mismo que hizo todas las cosas horribles que sufrimos en esta fábrica? —preguntó PickyPiggy, con una mueca de disgusto.

—Ese mismo.

—Y tú, tú, decidiste traerlo aquí, ¿por qué demonios harías eso? —espetó Hoppy Hopscotch, claramente furioso.

Me crucé de brazos y suspiré.
—Porque quiero verlo humillado.

Las miradas sorprendidas me hicieron sonreír.

—Piensen en esto: ese cabrón nos creó, nos vio como herramientas. Ahora, en vez de ser el todopoderoso doctor, estará atrapado con nosotros, siguiendo nuestras reglas, sin poder hacer experimentos, sin poder torturarnos. Seremos sus jefes.

El silencio volvió, pero esta vez fue acompañado de sonrisas maliciosas.

—Oh... me gusta eso —murmuró Mommy, con un brillo travieso en los ojos.

—Entonces básicamente lo vamos a tratar como a un peón de mierda —dijo Dogday, riéndose.

—Exacto. Si se porta bien, lo dejamos respirar. Si no... bueno, ya saben lo que pasará —dije con una sonrisa de lado.

Pianosaurus suspiró.
—Supongo que podríamos jugar con él un rato.

—¡Sí! ¡Quiero ver su cara cuando se dé cuenta de que ya no tiene poder! —exclamó Poppy, riendo emocionada.

—Entonces es un trato —dije, cruzándome de brazos—. El gran doctor va a conocer su nuevo infierno.

Mientras todos se reían y planeaban cómo hacer sufrir a Harley Sawyer, yo solo pensé en una cosa.

Este sería el inicio del peor castigo para el hombre que nos creó.

Y yo estaría allí para verlo todo.