Capítulo 29: Adiós y Recuerdos

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Elia se encontraba sentada en el pasillo, su corazón latiendo con fuerza mientras miraba la puerta de la sala donde Andrei había sido citado. Los minutos se alargaban ante ella, convirtiéndose en horas. La ansiedad la consumía; cada segundo parecía un eco que resonaba en su mente. ¿Qué estaría pasando adentro? ¿Por qué tardaba tanto?

Finalmente, la puerta se abrió y Andrei salió con una expresión relajada en el rostro. Elia sintió que un torrente de preguntas brotaba en su interior, pero antes de que pudiera formularlas, él sonrió y dijo: "Mejor hablemos afuera."

El aire fresco del pasillo les dio un respiro momentáneo. Sin embargo, la sonrisa de Andrei pronto se desvaneció y su tono se volvió serio. "Elia, tengo que decirte algo. Nos separarán. No estaremos en la misma clase."

El corazón de Elia se hundió. Sabía que Andrei era su único amigo en ese lugar, aunque su relacion habia pasado muy rapido, los unicos momentos que compartieron los habia disfrutado, y la idea de perderlo le provocó un nudo en el estómago. "¿Y qué haré sin ti?" preguntó, tratando de mantener la voz firme.

Andrei inclinó la cabeza, como si estuviera buscando las palabras adecuadas. "Sé que cuando yo me vaya, ya no tendrás a nadie más aquí. Pero quiero que siempre lleves una sonrisa con todas las personas del laboratorio, aunque sea fingida."

Elia sintió una punzada de tristeza al escuchar eso. Él estaba preocupado por ella. "Te prometo que cuando cumplas 18 años, me casaré contigo."

Las palabras resonaron en su mente como un eco lejano, pero Elia no pudo procesarlas del todo. En ese momento, su único amigo se iba y todo lo demás quedó en un segundo plano. "¿Qué...? Espera," balbuceó ella, tratando de aferrarse a la realidad.

"¿Cuál es tu nombre completo?" preguntó Elia rápidamente para anclar ese momento en su memoria.

Con una sonrisa suave y una mirada tierna, él respondió: "Me llamo Andrei, Andrei Nexus."

De repente, un aire gélido sopló entre ellos y Elia se quedó paralizada. ¿Andrei Nexus? Ese apellido le sonaba familiar, como un eco de un recuerdo olvidado. Su mente trató de buscar respuestas mientras sus ojos lo examinaban con más atención.

Mientras lo miraba fijamente, comenzó a recordar fragmentos dispersos: una imagen vagamente familiar de una niña risueña jugando con ella; era una escena luminosa y cálida de su infancia. Esa niña tenía rasgos similares a los de Andrei: ojos azules y cabello lacio que brillaba bajo el sol.

En ese instante, Elia sintió un tirón emocional profundo; algo dentro de ella hizo clic. ¿Quién era esa niña? No podía recordar su nombre ni el contexto de esa memoria; solo sabía que había algo especial en esa conexión.

La angustia creció dentro de ella mientras intentaba enlazar esos momentos perdidos con la realidad presente. ¿Por qué el apellido Nexus resonaba tanto dentro de ella? Una parte de ella conocía ese apellido pero no sabía de dónde; lo sentía como si hubiera estado presente en conversaciones susurradas o recuerdos olvidados.

Andrei se dio cuenta del cambio en su expresión y frunció el ceño ligeramente. "¿Estás bien?" preguntó con preocupación.

Pero Elia no podía responder; estaba atrapada entre recuerdos confusos y una sensación extraña que no podía explicar. Su mente giraba como un torbellino intentando encontrar respuestas mientras buscaba algún indicio en los ojos claros de Andrei; esos ojos que parecían contener historias antiguas.

Finalmente, él rompió el silencio: "Muy bien, muñequita, ya me tengo que ir. Recuerda lo que te dije: nos vemos pronto."

Con una última sonrisa brillante, Andrei pasó a su lado mientras ella seguía paralizada en su lugar, incapaz de moverse o hablar mientras él se alejaba.

Mientras observaba cómo se marchaba, Elia sintió una mezcla de tristeza y confusión abrumadora. Andrei Nexus. ¿Quién era realmente? Su mente seguía buscando respuestas mientras las imágenes de esa niña desconocida danzaban ante sus ojos cerrados.

"¿Por qué no puedo recordar?" pensó con frustración mientras el eco de las palabras de Andrei resonaban en su mente: Nos vemos pronto. Pero ¿realmente volverían a verse?

La incertidumbre le envolvía como una niebla espesa mientras trataba desesperadamente de recordar más esa conexión inexplicable que sentía hacia su apellido y su rostro.

Con cada paso que daba Andrei hacia la salida del laboratorio, Elia sintió cómo una parte esencial de sí misma parecía desvanecerse junto a él. La niña seguía apareciendo en sus pensamientos; había algo crucial allí que necesitaba descubrir sobre sí misma y sobre él.

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𝕻𝖗𝖊𝖌𝖚𝖓𝖙𝖆𝖑𝖊 𝖆 𝖑𝖆 𝖑𝖚𝖓𝖆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora