Capítulo 40: El eco de la Luna

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Elia se encontraba en su celda, envuelta en la penumbra que siempre la acompañaba. Las paredes frías y grises eran testigos silenciosos de su sufrimiento, pero esta vez, el dolor era más profundo. Con las manos temblorosas, sostenía el informe de su misión, sus ojos apenas podían enfocarse en las palabras debido a las lágrimas que amenazaban con desbordarse.

Las sombras de sus recuerdos más oscuros la acechaban, recordándole el acoso al que había sido sometida por el personal del laboratorio. El nudo en su garganta se hacía más fuerte con cada pensamiento que pasaba por su mente. Se preguntaba si alguna vez podría escapar de esa pesadilla, si alguna vez podría ser libre. Pero tenia que concentrarse en la mision que le encargaron.

Zarek, un niño de tan solo cuatro años, era el objetivo de su misión. Había sido capturado por una organización de mujeres que experimentaban con él. Las palabras en el informe se desdibujaban mientras ella se concentraba en la imagen del pequeño rostro del niño, con sus ojos grandes y llenos de inocencia.

Con un esfuerzo sobrehumano, Elia secó sus lágrimas y respiró hondo. Debía prepararse para la misión. Se levantó lentamente y se acercó a la pequeña mesa donde había escondido algunas armas que había logrado reunir durante sus días en el laboratorio. Una pistola compacta, unos dardos tranquilizantes y un cuchillo pequeño pero afilado; eran sus herramientas para la liberación.

Mientras recogía cada objeto, su mente comenzó a calmarse. La imagen de la Luna apareció en su mente; recordaba cómo brillaba en el cielo nocturno, como un faro de esperanza en medio de la oscuridad. La admiración hacia ese satélite natural siempre le había brindado consuelo y fuerza en los momentos difíciles.

Finalmente, se armó con determinación y preparó su mente para lo que estaba por venir. Sabía que tendría que usar sus poderes: la telequinesis para desarmar a las guardias y la hipnosis para manipular cualquier situación desfavorable a su favor.

Su reloj marcaba las horas y cada segundo parecía un eco del tiempo que se le escapaba entre los dedos. Con cada latido de su corazón, Elia sentía que se acercaba más al momento decisivo. Aun así, no podía dejar de pensar en lo vulnerable que se sentía; el miedo nunca desapareció del todo.

Mientras avanzaba hacia el pasillo oscuro del laboratorio, sus pasos eran silenciosos pero firmes. Cada sombra parecía tener vida propia, pero no podía dejarse intimidar. Recordó las noches en las que miraba a la Luna desde su celda y cómo esa luz le daba esperanza incluso cuando todo parecía perdido.













Liam estaba tomando clases como todos los dias, este se sentaba alejado de todos sus compañeros, ya que no consideraba tener una relación para acercarse a ellos, tampoco queria formar lazos acá.

Estaba en su celda acomodando sus cosas hasta que escucho la conversación de unos soldados, le dio intriga así que se acomodo para escuchar.

-la niña ah cambiado, antes le tenia miedo a cualquier cosa, pero mirala, ahora mata sin piedad si es que se lo mandas, va a sobrevivir aca, ahora entiendo porque el señor la vigilia en las sombras- dijo uno -si, es sorprendete como avanza, ella es una de las pocas personas que entienden que acá no te enseñan a usar tus poderes, si no que tienes que aprender tu sola para sobrevivir- dijo el otro tambien admirando la fuerza de esa tal chica.

Liam estaba confundido ¿de que chica estaban hablando? Nunca habia escuchado hablar de ella, tenia que prestar atención, talvez se vuelva un problema para el más adelante.

-¿y escuchaste lo ultimo? Hirió a un personal de gravedad porque se paso de la raya con un experimento, ¿como se llamaba la niña? ¿Emma? ¿Elizabeth?- se preguntaba el hombre -Elia, se llama Elia. Si escuche, esa noticia se esparcio rapidamente- contesto el otro

Liam quedó mas intrigado, esa chica parecía no tenerle miedo a las consecuencias de sus actos, eso le desagradaba, que imprudente, si ess mujer seguia asi no le quedaria mucho tiempo para que la eliminen penso Liam.

Ya con sueño se tiro a lo que tenia de "cama", tenia que dormir, habia sido un largo dia de clases, unas 8 horas aproximadamente.

Un fuerte ruido lo despertó, alguien estaba chancando sus rejas, al abrir los ojos se encontró con varios guardias y una niña -¡E- Él! ¡Él fue!- grito la niña con miedo. Liam estaba confundido ¿porqué lo despertarian más temprano de lo habitual?


Sin poder pensarlo más, los guardias lo agarraron fuertemente y lo empezaron a llevar a una sala -maldición...- suaurro Liam, ya sabia lo que se venia.

Rapidamente le quitaron el polo, prendiero con fuego unos látigos gruesos, amarraron a Liam con cadenas en las manos y pies y empezó a lo que Liam llamaria el espectaculo. Los hombres empezaron a darle latigazoa en la espalda a Liam, este se mordía el labio y apretaba sus manos, era lo unico que podia hacer... resistir.

Siempre se repetía ese circulo vicioso, alguien queria llamar su atención, el le ponia las cosas en claro a su manera, y la persona se vengava acusandolo de cosas que no había hecho, siempre lo mismo, nada nuevo, hoy dia le dejarian unas nuevas cicatrices lista para la colección de su espalda.

𝕻𝖗𝖊𝖌𝖚𝖓𝖙𝖆𝖑𝖊 𝖆 𝖑𝖆 𝖑𝖚𝖓𝖆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora