Elia se despertó en su celda oscura, el frío metal del suelo aún impregnado en su piel. Había dormido apenas cuatro horas, pero no podía permitirse más lujos. Sabía que en tres días tendría un combate crucial que podría cambiar su destino, así que se alistó rápidamente para volver a entrenar.
Mientras caminaba hacia la sala de entrenamientos, se encontró con diez compañeros que la admiraban desde siempre. Sus miradas estaban llenas de respeto y anhelo de ayudarla. "¿Podemos entrenar contigo?", preguntaron con entusiasmo. Elia sonrió, sintiendo un calor reconfortante en su pecho. "Claro, ¡vengan!"
Entraron a la sala y Elia les explicó las reglas del entrenamiento. "Tendrán espadas de madera y mi objetivo es noquearlos sin que puedan tocarme", dijo con determinación. Los diez asintieron, listos para el desafío.
Al comenzar, los compañeros de Elia formaron un círculo estratégico y se pusieron de acuerdo en un plan para ganarle. Con movimientos ágiles y precisos como los de un felino, Elia esquivaba los ataques. Uno de ellos logró acercarse demasiado, pero ella lo despojó de su espada con un giro rápido y lo hizo caer al suelo.
Ahora armada con una espada, Elia continuó el combate contra los nueve restantes. Cada golpe era un baile entre la defensa y el ataque; ella se movía con gracia mientras sus compañeros intentaban coordinarse para rodearla. Sin embargo, su entrenamiento y habilidades eran superiores. Uno a uno fueron cayendo hasta que, finalmente, Elia se quedó sola en pie.
"Gracias a todos", dijo ella, respirando pesadamente pero satisfecha. Sus compañeros, visiblemente emocionados, le pidieron que siguieran siendo parte de su entrenamiento. "¿De verdad me admiran tanto?", pensó Elia, sorprendida por el fervor en sus ojos.
Con una sonrisa agradecida, les explicó el siguiente paso: utilizaría su habilidad de hipnosis para llevar su entrenamiento a otro nivel. "Quiero que se escondan en la oscuridad", les indicó mientras se colocaba en el centro de la sala, lista para percibir cualquier movimiento extraño.
Los diez se dispersaron en las sombras mientras Elia se concentraba. De repente, uno de ellos decidió lanzarse hacia ella con un grito decidido. En ese instante, como si todo ocurriera en cámara lenta, Elia lo miró fijamente a los ojos y sintió cómo entraba en su mente.
Concentrándose profundamente, sintonizó sus pensamientos y lo obligó a detenerse en seco. "Eres mi marioneta ahora", pensó mientras controlaba sus movimientos. A través de él, hizo que traicionara a sus compañeros, desestabilizando su estrategia.
La batalla continuó por más tiempo del esperado; cada compañero caía uno tras otro bajo la influencia hipnótica de Elia hasta que finalmente todos estaban derrotados. Exhausta pero satisfecha por el resultado del entrenamiento, se despidió de cada uno de ellos con palabras sinceras de gratitud.
Al regresar a su celda, sintió una mezcla de emoción y soledad. Era hora de practicar su telequinesis con objetos pequeños; necesitaba fortalecer aún más sus habilidades antes del gran combate que se avecinaba.
Con determinación renovada, cerró los ojos y comenzó a levitar algunos objetos: una pequeña piedra aquí, un trozo de metal allá. Cada movimiento era un paso más hacia su libertad; cada práctica acercándola a la victoria.
Liam se preparaba para el combate, habia aprendido una nueva tecnica, podia crear armas con su sangre, esto lo debilitaba mucho pero valia la pena.
Las armas que creaban eran mas fuertes que una normal, porque si estas se rompian podian regenarse.
Liam, para poder practicar más se fue al campo del laboratorio, ahi vío a un guardia.
Liam agarro su navaja y se cortó em brazo, un chorro de sangre empezó a caer ferozmente.
De esto, Liam creo un gran arco y flecha, la sangre liquida se volvio solida de golpe.
Liam apunto el arma hacia el personal y soltó la flecha, rapidamente ,el cuerpo ya sin vida del sujeto, cayó al suelo.
Liam sonrió, habia funcionado, pero tenía que hacerlo más rapido, en una batalla el enemigo no lo hiba a esperar.
Antes de que se pudiera marchar sientió la presencia de varios sujetos mirandolo en los arboles. Liam estaba cansado, pero haría laa tecnica que mejor le sale.
De su espalda empezo a salir chorros de sangre que rapidamente se convirtieron en solido.
Estos fierros de sangre se clavaron en varios personales del laboratorio. Liam atrajó a uno hacia él, que aun seguia atravezado por el poder de Liam.
-te- te arrepentiras... es- esto esta prohibido- dijo el señor que aparentaba de 64 años -¿crees que eso me importa? Mi vida es horrible, no creo que pueda empeorar- dijo Liam con una sonrisa, acto seguido, el cuerpo del viejo explotó, manchando de sangre a Liam

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𝕻𝖗𝖊𝖌𝖚𝖓𝖙𝖆𝖑𝖊 𝖆 𝖑𝖆 𝖑𝖚𝖓𝖆
Science FictionEn un laboratorio secreto, la madre de Elia decide participar en experimentos a cambio de dinero. Al enterarse de que su hija sería robada y ellos asesinados al nacer, huyen a una cabaña. Sin embargo, son descubiertos y asesinados por los secuaces d...