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Elia se despertó adolorida, rápidamente identificó que estaba en su celda, tirada en el suelo frío. El personal del laboratorio ni siquiera se había tomado la molestia de ponerla en su "cama", pero eso era lo que menos le importaba. ¿Dónde estaba Zarek? Lo que recordaba era que llegaron a las 2 a.m. al laboratorio; luego, ella se desmayó y despertó aquí. ¿Dónde estaba ese niño?
Elia, asustada, corrió por todos los pasillos del tenebroso y frío laboratorio. ¡Zarek! gritaba Elia sin obtener respuestas. Entraba a cada sala del laboratorio, su corazón latiendo con fuerza. Después de tanto buscar, abrió una puerta y lo encontró: estaba llorando en una esquina, sosteniendo un cuchillo que apuntaba a una mujer del personal que intentaba ponerle una inyección.
Zarek, al ver a Elia en la puerta, corrió hacia ella y la abrazó con miedo. Elia se sorprendió; no sabía cómo reaccionar ante la angustia del niño. La mujer del laboratorio le dijo que tenía poco tiempo para calmar al niño porque si no, el señor Caleb se iba a enterar y le iría muy mal a Zarek.
"¡No te acerques a él!" gritó Elia, sintiendo cómo la adrenalina corría por sus venas. Sabía que debía protegerlo a toda costa. Zarek temblaba en sus brazos, su cuerpo pequeño contra el de ella, y Elia sintió una mezcla de ternura y determinación.
"Tranquilo, Zarek", le susurró mientras acariciaba su cabello. "No dejaré que te hagan daño." La mujer dio un paso atrás, sorprendida por la repentina valentía de Elia.
"Esto no es un juego", dijo la mujer con voz fría. "Si no lo calmas pronto, las consecuencias serán graves."
El corazón de Elia latía desbocado mientras miraba a Zarek, quien había encontrado consuelo en su presencia. "Solo confía en mí", le dijo suavemente. "Estamos juntos en esto."
Zarek asintió lentamente, sus ojos llenos de miedo pero también de esperanza. Con un profundo suspiro, dejó caer el cuchillo al suelo y se aferró más fuerte a Elia.
La mujer del laboratorio observaba con desaprobación, pero sabía que tenía poco tiempo antes de que el señor Caleb llegara. “Hazlo rápido”, le instó a Elia.
“Vamos, Zarek”, dijo Elia con firmeza mientras lo guiaba hacia la salida. “No hay nada que temer ahora.”
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𝕻𝖗𝖊𝖌𝖚𝖓𝖙𝖆𝖑𝖊 𝖆 𝖑𝖆 𝖑𝖚𝖓𝖆
Science FictionEn un laboratorio secreto, la madre de Elia decide participar en experimentos a cambio de dinero. Al enterarse de que su hija sería robada y ellos asesinados al nacer, huyen a una cabaña. Sin embargo, son descubiertos y asesinados por los secuaces d...