Advertencias en el Viento

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El peso de nuestra conversación flotaba aún en el aire, una advertencia tácita de que algo monumental estaba a punto de desencadenarse. Caminaba solo, intentando asimilar el significado de cada palabra de Lucifer, de cada promesa velada y cada peligro que lo envolvía.

De pronto, el viento pareció arremolinarse a mi alrededor, trayendo consigo un frío extraño, que me puso en alerta. Delante de mí, una figura comenzó a materializarse lentamente, como si emergiera de las sombras mismas. Era una mujer de aspecto etéreo, irradiando una luz suave que, lejos de ser cálida, me estremecía hasta los huesos. Sus ojos, de un azul profundo, tenían una intensidad que revelaba una edad y una sabiduría que no pertenecían a este mundo.

"¿Damon?" Su voz era suave pero firme, y el eco de sus palabras parecía resonar en cada rincón del espacio. "Eres el humano que ha unido su alma a Lucifer."

"¿Quién eres?" respondí, tratando de mantener mi voz firme a pesar del desconcierto.

"Mi nombre es Seraphiel. Soy un ángel, enviada por aquellos que velan por el equilibrio. Tu conexión con Lucifer amenaza ese equilibrio y nos ha puesto en alerta. Estoy aquí para advertirte."

Sus palabras caían con el peso de una sentencia, y aunque sabía que no había marcha atrás en mis decisiones, el miedo se enroscaba en mi pecho. "No entiendo. ¿Por qué lo que Lucifer y yo sentimos debería ser motivo de alarma?"

La mirada de Seraphiel se suavizó apenas, mostrando una mezcla de compasión y exasperación. "Tus emociones humanas son fuertes, Damon, pero debes entender que hay algo más grande en juego. Tu vínculo con él no solo afecta a tu mundo; afecta dimensiones enteras. Esa chispa entre ustedes es algo que ni los Cielos ni el Infierno pueden ignorar."

La gravedad de sus palabras comenzó a asentarse en mi mente. No se trataba solo de un romance, sino de algo que estaba despertando fuerzas dormidas, entidades que mantenían un delicado equilibrio. Sabía que había mucho que desconocía, pero también sentía en el fondo de mi ser una férrea determinación de no alejarme de él.

"Seraphiel," dije, buscando las palabras adecuadas, "este vínculo que tengo con Lucifer es real, y no estoy dispuesto a renunciar a él, sin importar lo que eso signifique."

Sus ojos se entrecerraron con un destello de pena. "Eres valiente, Damon, pero tu valentía puede costarte más de lo que imaginas. Los ángeles de las alturas y las fuerzas del Abismo ya han notado la distorsión que ustedes dos han causado. Y no se detendrán hasta restaurar el equilibrio, sin importar las consecuencias."

La advertencia era clara, pero no me dejé intimidar. Una parte de mí, aquella que Lucifer había encendido, no permitiría que ningún poder celestial o demoníaco interfiriera. "Si esto significa enfrentarme a ambos lados, entonces lo haré. No estoy dispuesto a abandonar lo que siento por él."

Seraphiel me observó por un instante en silencio, su expresión indecisa entre la comprensión y el reproche. "Tu destino ya está ligado al suyo, pero recuerda que tus decisiones pueden desatar una guerra. Una guerra que se extenderá más allá de tu comprensión y de los confines de esta tierra. Si eliges seguir por este camino, Damon, las consecuencias serán devastadoras."

En un susurro, agregó, como si hablara solo para sí misma, "Espero que encuentres en ti la fuerza para enfrentar lo que vendrá."

Con esas últimas palabras, Seraphiel desapareció, dejando una sensación de vacío y una inquietud que se aferraba a mi piel. Sabía que sus advertencias eran serias, y que el vínculo con Lucifer me estaba llevando a un lugar que podía cambiarlo todo. Pero, a pesar del miedo y la incertidumbre, en mi corazón estaba decidido a enfrentar el destino que se alzaba ante nosotros.

El Hijo Del DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora