El Eco de los Recuerdos

0 0 0
                                    

El eco de los susurros en el viento envolvía el claro mientras el crepúsculo comenzaba a dar paso a la noche. A pesar de la belleza que me rodeaba, una sombra de tristeza me seguía. La separación con Gabriel aún pesaba en mi corazón, y el vacío que dejó me resultaba insoportable. Caminaba solo, tratando de ordenar mis pensamientos, cuando escuché una voz familiar detrás de mí.

"Damon." Era Lucius, su presencia siempre me había traído un extraño consuelo. Se acercó, su mirada profunda reflejaba una mezcla de preocupación y determinación.

"¿Cómo estás?" pregunté, forzando una sonrisa que no podía ocultar la lucha interna que sentía.

"No estoy aquí para hablar de mí," dijo, sus ojos brillando con sinceridad. "He notado lo que pasó con Gabriel. Quiero que sepas que estoy aquí para ti."

"Gracias," murmuré, sintiendo el nudo en mi garganta. "A veces, las cosas no salen como uno espera."

"Lo sé," respondió, dando un paso más cerca, creando un espacio donde el aire entre nosotros se volvía más denso con cada segundo. "Pero quiero que sepas que lo que compartimos no se ha ido. Estoy aquí, y mis sentimientos por ti no han cambiado."

“¿Recuerdas cuando nos vimos por primera vez?” pregunté, la imagen de su aterrizaje en el parque resonando en mi mente. Era un recuerdo tan vívido, un momento que había marcado el inicio de todo.

Lucius sonrió, y la tristeza se disipó un poco. “Sí, como si hubiera sido ayer. La manera en que caí del cielo, y tú, tan curioso y valiente, decidiste acercarte. Nunca pensé que encontraría a alguien que me desafiara así.”

“Ese encuentro fue solo el comienzo,” le dije, sintiendo la conexión profunda que siempre había existido entre nosotros. “Desde entonces, ha sido un viaje inesperado.”

“Y en este viaje, he llegado a darme cuenta de algo,” dijo, acercándose aún más, su mirada fija en mis ojos. “Pensé que esto entre nosotros sería solo un juego, una exploración de lo prohibido. Pero poco a poco, me fui enamorando de ti.”

El aire se volvió electrizante, y el tiempo pareció detenerse. Las palabras de Lucius resonaron en mí, despertando un torrente de emociones.

“¿Enamorándote de mí?” repetí, sintiendo que el peso de su declaración me envolvía. “No sabía que sentías así.”

“Lo hago,” admitió, su voz temblando ligeramente. “Y no puedo ignorarlo. No quiero que esto termine solo porque hay obstáculos en nuestro camino. Quiero luchar por nosotros.”

Las lágrimas comenzaron a acumularse en mis ojos, una mezcla de alegría y dolor. “No sé si puedo soportar otra pérdida.”

“Estoy aquí, Damon. No voy a dejarte ir,” prometió Lucius, acercándose aún más. En ese momento, todo lo que había sentido se convirtió en un remolino de amor y esperanza.

Me tomó la mano, y un torrente de calor recorrió mi cuerpo. “Lo que hemos compartido, lo que hemos construido, es real. Quiero que lo enfrentemos juntos.”

Sin poder resistirme, lo atraje hacia mí, el mundo a nuestro alrededor desapareciendo. Nuestros labios se encontraron en un beso suave y profundo, un pacto silencioso de amor y compromiso. La conexión entre nosotros creció más fuerte, como si el universo entero nos apoyara en ese instante.

“Estoy contigo,” susurré, sintiendo que las sombras comenzaban a disiparse. “Y quiero explorar lo que significa esto, lo que tenemos.”

Mientras nuestras almas se entrelazaban, supe que a pesar de la lucha que nos esperaba, estábamos listos para enfrentar cualquier desafío. Lo que habíamos construido era un refugio en medio del caos, un amor que había comenzado como un juego y se había transformado en algo mágico.

El Hijo Del DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora