La Tentación del Cielo

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A medida que corría por las calles desiertas, el eco de la batalla resonaba en mis oídos. La oscuridad parecía cobrar vida a mi alrededor, y el aire se sentía espeso, casi opresivo. El pánico se apoderaba de mí, pero también la determinación de encontrar un refugio y descubrir qué estaba sucediendo. Mis pensamientos se entrelazaban, y no podía dejar de pensar en Lucifer y su promesa de que estaríamos juntos en cualquier circunstancia.

Sin embargo, cuando finalmente encontré un lugar seguro, una antigua iglesia en ruinas, una extraña calma se apoderó de mí. La luz de la luna se filtraba a través de las ventanas rotas, creando patrones de sombras que danzaban en el suelo de piedra. Me adentré en el lugar, sintiendo que la atmósfera estaba impregnada de un poder antiguo.

De repente, la luz brilló intensamente en el centro de la iglesia, y vi una figura imponente que se materializaba. Era un ser radiante, con una presencia que desbordaba autoridad y una luminosidad que parecía provenir de su propia esencia. Al instante, supe que estaba ante la presencia de Dios.

"Daniel," dijo la voz, profunda y resonante, llenando la iglesia con un eco casi celestial. "He estado observando tu viaje, y he venido a ofrecerte una elección."

El asombro se apoderó de mí, pero no pude evitar la inquietud que me invadía. "¿Qué elección?" pregunté, sintiendo una mezcla de reverencia y temor.

"Debes entender que el amor que sientes por Lucifer no es el camino correcto," continuó, su mirada fija en mí, penetrante y sabia. "Tu conexión con él podría traer ruina no solo a ti, sino a todos los que te rodean."

"No... no lo creo," respondí, sintiendo que la ira comenzaba a burbujear dentro de mí. "Lucifer no es el enemigo que pintan. Me ha mostrado un mundo más allá de lo que conocía, un amor profundo y verdadero."

Dios sonrió levemente, pero su expresión era seria. "A veces, lo que parece ser amor puede ser una trampa, una seducción que te lleva por un camino oscuro. Lucifer es un ser que camina en las sombras, y su naturaleza es volátil. Te ofrezco dos caminos: el del cielo, donde la luz prevalece, y el del infierno, donde la oscuridad consume."

Con un gesto de su mano, dos caminos se dibujaron ante mí, uno brillante y resplandeciente, el otro oscuro y lleno de sombras. "El camino del cielo te llevará a la paz, a la salvación y a un propósito mayor. El camino del infierno, sin embargo, te sumergirá en el caos y el dolor, arrastrándote a un destino del que no podrás escapar."

Miré los dos caminos, sintiendo cómo el miedo comenzaba a infiltrarse en mi corazón. Sabía que lo que había compartido con Lucifer era real, pero las palabras de Dios resonaban en mi mente. "¿Por qué debería confiar en ti?" pregunté, desafiando su autoridad. "Lucifer me ha mostrado una vida de verdad y libertad, no de opresión."

"Porque mi objetivo es protegerte," dijo Dios, su voz llena de una suavidad que contrastaba con su firmeza. "Yo veo el futuro, y el amor que sientes por Lucifer solo traerá destrucción. Él busca desafiar el orden natural, y si continúas por este camino, serás arrastrado con él."

Sentí que la angustia se apoderaba de mí. La verdad de sus palabras comenzaba a penetrar mis defensas. "¿Qué pasará con Lucifer si elijo el camino del cielo?" pregunté, mi voz temblando.

"Su destino es diferente al tuyo," respondió Dios, su tono inmutable. "Si decides seguirme, Lucifer será tu enemigo, y su esencia estará destinada a la destrucción. Tendrás que elegir entre el amor y la salvación."

Un nudo se formó en mi estómago al escuchar sus palabras. La idea de perder a Lucifer era insoportable, pero la perspectiva de una ruina inevitable también me aterraba. "¿Es esta realmente mi elección? ¿Debo decidir entre mi amor y mi salvación?"

"Sí," dijo Dios, su mirada fija en mí. "Elige sabiamente, pues la decisión que tomes no solo afectará tu vida, sino también el destino de muchos."

Mientras miraba los caminos, la incertidumbre y el deseo de proteger a aquellos que amaba me invadieron. Sabía que no podía ignorar la advertencia de Dios, pero al mismo tiempo, no podía dejar de pensar en lo que significaba el amor que había encontrado en Lucifer.

El tiempo parecía detenerse mientras luchaba con la decisión que se presentaba ante mí. ¿Debía abandonar todo lo que había descubierto por un camino que prometía paz pero que también significaba perder lo que más amaba?

Con un suspiro tembloroso, miré a Dios, sabiendo que mi respuesta marcaría el comienzo de una nueva etapa en mi vida. "Necesito tiempo," murmuré, sintiendo que la presión aumentaba a mi alrededor.

"Recuerda," dijo Dios, "la elección es tuya, pero las consecuencias serán eternas."

Y con eso, la luz que lo rodeaba comenzó a desvanecerse, dejándome solo en la iglesia, rodeado de sombras y dudas. Las palabras de Dios resonaban en mi mente mientras mi corazón se debatía entre la luz y la oscuridad, entre el amor y la salvación.

El Hijo Del DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora