Capítulo 37

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El arma nos seguía apuntando, mis dedos rozaron apenas el brazo de Dorian. Era la primera vez que realmente temía por mi vida, porque sabía que este tipo no andaba con rodeos.

- Hagamos un juego, ¿Cuál de los dos hermanitos se va a sacrificar por el otro?

Temblé para mis adentros.

- ¿Por qué haces esto? - preguntó Dorian entre dientes - Dime traidor, hazme lo que quieras, pero déjala ir, ella no tiene nada que ver y no voy a dejar que la mates. Menos frente a mi.

- ¡Vaya...! Un primer valiente.

- ¡No! - grité mirando a Dorian con ojos grandes, no podía permitir eso. No iba a dejar que le dispare así porque sí. - Apenas te recupero, no voy a perderte.

George rodó los ojos aburrido - Ahorrense el discurso sentimental. Estoy cansado de eso.

Cerré los ojos con fuerza pensando en una posible idea para escapar, para salvarnos de esto. Pero todo se veía muy complicado.

- ¿Q-que está pasando?

Mi cerebro se congeló. Nunca sentí tanto miedo de oir una voz detrás nuestro, no cuando un psicópata nos estaba apuntando con un arma.

Chris.

George suspiró con molestia y murmuró algo para sí mismo.

- Tranquilo, baja el arma. - dijo mirándonos con cuidado e intentando acercarse a George. Era obvio que estaba intentando mantener la calma.

- ¿Me estás dando una orden en mi propia casa? ¿Que poder crees que te dió mi hija? - preguntó con molestia - Vete, estoy resolviendo un asunto.

- No cuando Beth está involucrada, baja el arma. Es lo único que te estoy pidiendo.

George obedeció, bajando el arma pero miró con incredulidad a Chris.

- ¿Te preocupa ella? - preguntó - ¿Te preocupa tu ex novia, la sigues amando? ¿Sabes quién debería preocuparte? Mi hija. Nadie más que ella, idiota.

Chris me miró por un segundo - Que sea mi ex novia no quiere decir que no quiera impedir que la maten. E-esto es una locura, por favor, déjala ir.

Todo estaba saliendo a la luz, todo lo que Chris estaba intentando negar, todas las advertencias. La familia Ripley era oscura, George Ripley era un sádico y estaba a punto de matarme, a mi o a Dorian.

George se acercó a mi y apartó a Dorian de un empujón.

- Fuiste mi decepción más grande, me usaste para conseguir tu objetivo, te metiste en mi casa como una intrusa. ¿Y crees que voy a perdonar tu vida? ¿Así tan fácil? - preguntó tomándome del mentón - Nadie me usa, nadie me engaña, y lo más importante: Nadie se ríe de mi. Nadie, Elizabeth. Voy a hacer que te arrepientas.

Volvió a apuntarme con el arma esta vez en la cabeza, escuché las voces desesperadas de Dorian y Chris pero no las distinguía. Tenía los ojos cerrados y solo me quedaba rezar para no sentir dolor.

Apretó el gatillo, y me la ví venir. Pero abrí los ojos cuando rió.

- Me arrepentí. Matarte no es suficiente sufrimientos para ti.

Fruncí el ceño y todo ocurrió muy rápido antes de que, sorpresivamente, apunte a Chris.

- Entre la intrusa - dijo mirándome a mi - y el traidor - esta vez miró a Dorian - Me quedo con que mi hija va a agradecermelo más tarde.

Y entonces disparó.

Ví caer a Chris, y grité. Aunque los recuerdos están nublosos sobre ese momento.

Grité como nunca había gritado y me tiré al suelo, arrastrandome hacia él, que tenía una herida que brotaba mucha sangre en su abdomen.

Dorian se arrodilló a mi lado, me dijo algo, pero no lo escuché, aunque me pareció que mencionó algo de llamar a la ambulancia. Apoyé mi cabeza sobre el pecho de Chris.

Esto era la pesadilla de mi vida.

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