Capítulo 15

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Cómo le había prometido a Dorian, a la mañana siguiente estuve nuevamente en la mansión Ripley, en busca de mi cartera perdida. Al ser lunes, había mucho más movimiento en la casa y se notaba, ya no estaba tan desierta como la noche anterior.

- Gracias, Dorian, de verdad. Cuando llegué a mi casa y me di cuenta que no tenía mis pertenencias pensé lo peor.

Sonrió - No te preocupes, tuviste suerte también de que yo la rescaté. - me miró sonriendo- Por cierto, George preguntó mucho por ti, parecía apenado acerca del incidente.

- ¿Incidente?

- Ya sabes, de que se quedó dormido cuando ustedes, huh...- hizo una pausa sonrojándose y entendí exactamente a qué se refería. Aparté la mirada incómoda.

- Si, mejor dile que no se preocupe...

Dorian pareció sorprenderse ante mi falta de importancia, pero no dijo nada.

- Bien, como sea - miró mi cartera - ¿Vives cerca de por aquí? No tendría problema en llevarte a casa, bueno, si no estuviera en mi horario de trabajo.

Cerca... Bueno, si con cerca se refería a 4000 kilómetros, como sea.

- No te preocupes, alguien me está esperando - sonreí - Gracias por todo, Dorian, de nuevo.

- Está bien, fue un gusto, Hanne.

Estaba saliendo de la cocina cuando alguien apareció. Alguien.

- Dorian, Julia me dijo si podía-

Quedó mudo al verme, ahí estaba, Chris. Cómo siempre. Tal como era, tal como lo había visto en la boda. Y odiaba pensar que estaba más atractivo que nunca, de hecho, que el oeste le sentaba bien.

- Hola. - dije nerviosa, todo intento de escapar de esta situación fue en vano.

- Hola - murmuró, ¿Sorprendido? ¿Nervioso?

Dorian miró lo que estaba sucediendo.

- ¿Se conocen?

Mis ojos se abrieron, me adelanté a responder antes de que Chris pueda decir algo que me comprometa.

- Es amigo de mi hermana, si. Nos conocemos.

Un destello, o mejor dicho, reflejo de decepción en los ojos de Chris, mientras tanto, Dorian intercalaba su mirada entre Chris y yo.

- En ese caso, los dejo solos. Parecen sorprendidos.

Le agradecí tanto a Dorian que entienda que este momento era nuestro y sin hacer preguntas se vaya. Chris dió un paso y susurró.

- ¿Qué haces aquí, que...? No entiendo nada. ¿Cómo llegaste a Hollywood, Jenna sabe que estás aquí?

Tomé aire. Recordé las palabras de Melvin: Mi oportunidad.

- Tengo que hablar contigo, es importante.

Necesitaba dejarle muy en claro que esto no era en lo absoluto una casualidad.

Frunció el ceño - ¿Conmigo? ¿Que sucede, estás bien?

- En un lugar más íntimo..

- No es el momento, Beth. Es... No me gustaría que mi novia te vea aquí.

¿Cómo era la onomatopeya que utilizamos para describir cuando algo se rompe? Crash, Krak, Pum. Bueno, ese sonido era el definitivo de mi corazón rompiéndose.

- Yo...

- ¡Meilė! - habló una voz ronca detrás nuestro - Regresaste, Dorian me dijo que vendrías por tus cosas. Por Dios, necesitaba verte y aclarar un par de cosas, no creas que

Si faltaba algo era que aparezca George Ripley. Se acercó a mí y me tomó de la mano.

Chris y yo lo miramos pálidos, con los ojos muy abiertos. Por supuesto que cada uno tenía su motivo para la impresión que causó la aparición de George.

Ante mi falta de respuesta George nos miró a ambos con total naturalidad, como si no fuera raro que el novio de su hija y la chica que se le había insinuado la noche anterior estuvieran interactuando.

- Bueno, ¿Qué son esa caras? - preguntó con el ceño fruncido - Ni que  Hannibal Lecter haya entrado por la puerta.

Chris mantuvo su mirada sobre mi, la que al principio era de sorpresa, ahora era de decepción.

- Nada, yo ya me iba. Los dejo solos.

Lo miré con pánico, estaba pensando cualquier cosa y lo sabía.

¿Esto podía ser peor, acaso?

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