Como lo habían anticipado Jenna y Cillian, pasamos el día en un hotel que estaba cerca del aeropuerto, con toda la esperanza de conseguir un vuelo para el día siguiente. Mientras Cillian y Melvin estaban en una habitación, Jenna y yo en otra. Al parecer los cuatro necesitábamos tiempo de hermanos por lo que había pasado.
- No lo hubiera hecho, Jenn.
- ¿Te arrepientes? - preguntó sorprendida e incrédula.
Me encogí de hombros - Nos arriesgamos, arriesgué mi propia moral estando con George Ripley mientras fingía ser una mujer que... deseaba sus servicios, y todo eso ¿Para qué?, Chris sigue creyendo que está en un entorno sano con su nueva novia y algo arruinó nuestro plan con Percy y tampoco pudimos escapar a Rhode Island.
- Nuestra vida nunca puede ser un plan perfecto, Beth. Estoy muy enojada contigo ahora mismo, pero sigo siendo tu hermana, ¿Sabes?
- Lamento haber arruinado tu luna de miel - murmuré, y realmente lo sentía así.
Negó - Cillian y yo sabemos que nuestros hermanos siempre van a ser nuestras prioridades, además, no necesito cuatro semanas de luna de miel para saber que voy a amarlo por el resto de mi vida. - eso escapó con una sonrisa boba que ocultó rápidamente, manteniendo su postura de "enojo".
- Aun así, lo lamento porque todo es mi culpa. Sigo arruinándolo todo.
- Solo - suspiró manteniendo la calma - Solo quiero que dejes de ocultarme cosas como si fuera una desconocida, no discuto que ya seas mayor y que puedas tomar tus propias decisiones, pero hacer esto...- negó.
- Me siento tonta, Melvin no lo entendió mucho, pero la peor parte de venir hasta aquí fue ver cómo Chris me tratara como si yo fuera loca, como si algo estuviera mal en mi solo por querer sacarlo de ahí.
- Odio ser yo la que te lo diga, pero hay muchos como Chris en el mundo como para arriesgarte por el único que tiene novia.
Sentí como mi corazón latía en mi pecho. Me concentré en los latidos que querían decirme algo. Jenna tenía razón, y aún así yo no quería admitirlo.
- Tienes razón - murmuré molesta. - Quero ir a casa - la miré.
Me hacía mal estar aquí, me recordaba de lo mucho que había arriesgado y lo poco que había obtenido.
Jenna acarició mi cabello y me transportó a cuando yo era una niña y ella ya era mayor, entonces a la hora de la siesta me daba esas caricias para ayudar a tranquilizarme.
- Tranquila, en horas estaremos en Rhode Island, nena.
Asentí aún sobre su hombro, mientras ella seguía con las caricias.
Alguien golpeó la puerta de nuestra habitación, ante la respuesta de Jenna, ese alguien entró y era Melvin, que dirigió sus ojos hacia mi.
- Perdón por molestarlas - dijo - Percy está aquí.
Me levanté de la cama rápidamente y miré a Jenna, disculpándome por arruinar el momento.
- Ve, seguro que quiere saber si estás bien.
Asentí y salí, en el pasillo estaba Percy: sano y salvo. Me acerqué y lo abracé cortamente.
- ¿Cómo estás? - pregunté preocupada.
- Estoy bien, lamento haberlos abandonado en esa celda - dijo mirándolo a Melvin y luego a mi - Pero si no me iba las cosas iban a ser peor.
- No te preocupes - habló Melvin - Es claro lo que hiciste, si te resistias iba a ser peor para todos. ¿Sabes algo?
Se quedó en silencio y asintió levemente, sus ojos nuevamente sobre mi.
- Sé quien lo dijo.
Melvin y yo lo miramos expectantes.
- Solo me gustaría saber qué le hiciste a Dorian para que le haya confesado todo a mi padre a la primera. Pensé que estaba de nuestro lado.
Dorian.
No.
Esto no podía estar pasando.
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Somebody to love 🫀
Romance↬Secuela de Rhode Island y Daylight. En el corazón de la sociedad americana, el apellido Ripley es un susurro de terror, un nombre que evoca miedo y sumisión. Melvin Grace ha descubierto el oscuro secreto que se esconde detrás de esa familia, una ve...