Capítulo 35

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- Adelante, señorita.

Una de las amas de llave de la mansión Ripley me dejó entrar, Jenna me había acompañado aunque esperaba afuera. Aspiraba a hablar con Dorian antes de volver a Rhode Island. Estaba nerviosa por cómo podía reaccionar.

La mujer me había guiado hacia el living de la casa, me quedé prácticamente congelada al ver a George, se suponía que no debía estar aquí, parecía despreocupado con un cigarrillo entre sus dedos.

- Te estabas tardando, muñeca. Hice una apuesta de que vendrías antes a buscar a tu amiguito.

- ¿Que quiere? - pregunté molesta - No vengo a verlo a usted, señor Ripley.

- Bueno, si vienes a ver al muchacho que trabaja para mí inconscientemente vienes a verme a mi. ¿No tenías suficiente con querer llevarte a mi hijo al otro lado del país?

Me mordí mi labio intentando no explotar.

- Yo no obligué a nadie a hacer nada, si su hijo quiso irse es porque no soportaba el ambiente en el que estaba viviendo. Además, es mayor de edad y puede hacer lo que quiera.

Rió sarcásticamente - Por supuesto, ¿Y privarlo de todos los privilegios que tiene aquí? Cuando mi hijo se entere que hacerse el rebelde y escapar implica comenzar una nueva vida y trabajar se arrepentirá. Tú no lo entiendes, pero mi hijo nació en cuna de oro y no tiene porte para ser alguien más dentro de la sociedad.

Lo señalé - El problema es que piensa que todo es dinero, y adivine, si alguien está sufriendo no importa cuántos dólares tenga en su cuenta bancaria. Y Percy sufre aquí.

Se levantó del sillón y me tomó de la muñeca con fuerza.

- ¿Que crees que sabes sobre mi hijo? - preguntó molesto. - Nada, absolutamente nada. No vuelvas a hablar de alguien que no conoces, te vas a arrepentir.

- ¿Es una amenaza?

No sabía que clase de valentía me estaba acechando, pero tampoco me molestaba.

- Es una advertencia. Sé mucho sobre ti, Elizabeth Butler. Más de lo que crees. Incluso sé cosas que tú no sabes.

- Usted no sabe nada de mí.

- ¿Crees que no sé nada de ti? - preguntó y tomó otro cigarrillo para prenderlo y tirar el humo en mi cara, me aparté con asco - Sé tantas cosas, sé sobre Ohio, Rhode Island, la relación con tus padres, sé sobre Jasper...

Sabía mi punto débil.

Mis dientes rechinaron, me daba cuenta de lo que estaba haciendo, quería manipularme con cosas importantes para mí. Pero el simple hecho de nombrar a mi hermano era suficiente para hacerme temblar de la ira.

- No te atrevas a hablar de mi hermano como si pudieras manipularme con eso.

Sonrió - Jasper es un tema sensible, ¿Eh? Es un chico encantador, brillante, inteligente. Y de hecho, se parece a tí, aunque no tanto como tú hermana.

El hecho de que se haya tomado el tiempo de investigar a mis hermanos me helaba la sangre, todo acto de valentía se esfumó mientras oscuras imágenes sobre si algo les sucedía a ellos inundaban mi cabeza.

- No te metas con ellos.

- ¿No? - dijo caminando alrededor mío, eso solo me ponía de nervios - Podría tomar a Jasper y torturarlo frente a ti sin ningún problema, por ejemplo. - dijo pensando en más posibilidades.

El sadismo de este hombre era absoluto, yo respiraba pesadamente, mis ojos estaban abiertos de par en par.

- No sabes de qué estás hablando, no te dejaré que te metas con mi hermano. Hazlo conmigo si quieres, pero no vuelvas a mencionar a Jasper.

- Jasper.. Jasper.. tú Jasper. - tarareó pensativo y sus ojos, cubiertos de una oscura diversión, se posaron en mi - Me parece que sencillamente no estamos hablando de la misma persona.

- ¿Que está diciendo ahora? - pregunté confundida.

Unos pasos apresurados se acercaron a nosotros, ambos giramos para encontrarnos con un Dorian jadeante, que miraba la escena.

- Beth...

- Dorian... - dije de la misma manera.

- Vaya - dijo George tirando al suelo el cigarrillo entero que había prendido hace instantes - Esto es simplemente genial.

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