Suspiré nerviosa cuando George entrelazó sus dedos con los míos. De alguna forma u otra, después de la jornada en el antro, terminé en la mansión Ripley. El plan estaba yendo espantosamente bien.
- ¿Que crees de mi humilde morada? - preguntó de manera soberbia.
No era más que otra mansión de ricos decorada con cuadros abstractos y muy caros, floreros de porcelana y muebles insulsos de última generación. Y aún así, algo en ella la hacía inquietante. Quizás el silencio.
- ¿Estamos solos o hay alguien más aquí? - pregunté tomando un poco más de confianza.
Esperaba, me urgía saber si estaban Julia y Chris.
- Este lugar nunca está vacío - dijo mirando hacia todos lados - Vamos, meilė. Mi cuarto es mucho más interesante que esta sala aburrida.
Pensé que con interesante se refería en doble sentido, pero el cuarto de George Ripley era básicamente la sala de mi casa en Rhode Island. Una cama matrimonial inmensa, una televisión de las más grandes que ví, incluso una mesa para dos.
- Asombroso - murmuré inconscientemente.
- ¿Quieres tomar algo? - preguntó abriendo una mini heladera, tal como tenían los hoteles - un poco de vino, quizás.
Mi mirada volvió a él y asentí, recordando que el plan continuaba y que una copa de vino sería el lugar perfecto para las gotas de somnifero.
Apoyó dos copas sobre la mesa y en un momento de distracción de su parte verti el líquido en su copa. Fui tan rápida que apenas notó un cambio en mi actitud.
Alzó su copa - Brindemos por... La buena compañía.
Sonreí de lado y choqué mi copa con la suya. Ambos tomamos el vino, lo miré fijamente esperando alguna reacción.
- Entonces Hanne - comenzó - eres una jovencita muy interesante, ¿Acaso te lo habían dicho? - preguntó.
- ¿Así lo crees?
- No muchas captan mi atención en mi propio antro de la manera que tú lo hiciste esta noche.
¿Ah no? ¿Y como explicamos la fama de mujeriego? Tuve que morderme la lengua para no preguntar.
- Que puedo decirte, me gusta causar ese efecto. - Improvisé.
Después de unos minutos de una conversación guiada principalmente por él, empecé a notar que estaba cansado, tanto que nos guió a ambos a la cama matrimonial.
- No sé si es que ya estoy mayor - bostezó - Pero tengo sueño. Más sueño que nunca. O quizás el vino, o quizás...
Iba a continuar hablando pero su cabeza se reposó suavemente sobre la almohada de satén. Me quedé sentada en la cama, inmóvil, por unos minutos hasta que comprobé que estaba dormido. Aún así, actué con mucho cuidado y me levanté y salí de la habitación.
Genial, ahora estaba a la deriva en un lugar que no conocía y solo tenía un objetivo, encontrar a Chris. Pero, ¿Qué iba a pasar si encontraba antes a Julia?
Caminé por los pasillos hasta que distraída, me choque con un cuerpo. Temblé ante el contacto, pero la persona desconocida me sostuvo del brazo con fuerza.
- Cuidado, señorita.
Miré al desconocido a los ojos, fruncí el ceño. Mi corazón latió con fuerza y no entendí por qué, algo en él se me hacía raro y familiar.
- ¿Quien es usted? - preguntó.
Me incorporé nerviosa, lo que me faltaba es que este chico piense que estaba robando. Claramente él no era Percy, pero, ¿Quién era?
- Vine con George.
Algo en él pareció hacer Click y su mirada se suavizó, claro, yo era una de las chicas mas.
- Oh, ¿Y que hace aquí? ¿Está perdida?
- ¿Quién eres para hacerme tantas preguntas, de todos modos? - pregunté con desconfianza.
Negó - Lo lamento - extendió su mano y yo la estreché - Soy Dorian. Trabajo para toda la familia, especialmente para el señor George.
Dorian. ¿Entonces este era el sujeto al que Melvin había hackeado para obtener el itinerario de George?
Por su silencio entendí que me tenía que presentar.
- Soy Hanne, y yo soy la... Mhmm.. ¿Acompañante? de George.
Me miró a los ojos fijamente por unos segundos y sonrió.
- Es un gusto, Hanne. Dime cómo puedo ayudarte, pareces perdida y este lugar es enorme.
Si claro, exactamente lo que necesitaba, alguien que me ayude a encontrar a Chris para pedirle que huya de este lugar lo más rápido que pueda porque todos estaban locos. Pensé con ironía.
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Somebody to love 🫀
Romance↬Secuela de Rhode Island y Daylight. En el corazón de la sociedad americana, el apellido Ripley es un susurro de terror, un nombre que evoca miedo y sumisión. Melvin Grace ha descubierto el oscuro secreto que se esconde detrás de esa familia, una ve...