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—¡Oh, vamos! —digo al ver el aula vacía, ¿tan cobarde era Severus?

—Vayámonos, si descubren que no estamos dormidos nos castigarán —dice James empujando levemente a Peter para que se diera prisa.

Aunque no debería sorprendernos que no esté en el aula, es más quejoso que nada.

Quejoso... ¡Quejicus!

—Chicos, no quiero asustarlos, pero acabo de ver a la gata de Filch —comenta Charlotte, refiriéndose a la señora Norris.

—Vamos, Charlotte —digo agarrando su mano y salimos corriendo en dirección contraria a la que señaló.

—Sirius, suelta a mi hermana —gruñe Remus dándome un golpe en la mano.

¡Hey! ¡Qué yo no muerdo! —digo soltando la mano de Charlotte.

Remus agarra su mano y me mira con enojo.

Celoso.

Corremos por el pasillo del segundo piso, donde se supone que Quejicus iba a estar para un duelo. Doblamos la esquina, corriendo más rápido.  Siento la adrenalina cuando oigo pasos atrás de nosotros.

—Por aquí —susurro viendo un hueco entre una armadura y la pared.

Entro por el hueco, viendo como éste se empezaba a ampliar a nuestro alrededor.

—Genial, descubriste un pasadizo, Black —murmura Charlotte mirando alrededor, tratando de visualizar donde nos encontramos.

—Cállate, nos van a oír —susurra Remus entrelazado sus dedos con los de su hermana—. ¿Por qué rayos no pensamos en las consecuencias? —gruñe.

—Bueno, si ustedes pensarán más, tal vez no estaríamos en este embrollo —digo escogiéndome de hombros.

—¿Nosotros? —dice señalando a Charlotte y luego a él— ¡Tú y James se metieron en este embrollo!

Tal vez tenga razón, pero ¿qué más podemos hacer?

—¡Nosotros no teníamos que haber venido! —me señala acercándose a mí peligrosamente.

—Pero aun así vinieron —comento acercándome a él, retándolo.

—Venimos porque, desde hoy, somos amigos y vamos a ser esto juntos —interrumpe Charlotte, pasando el brazo de Remus encima de sus brazos.

Remus se relaja con el gesto que hace Charlotte... Debe ser lindo tener a alguien que te conoce como Charlotte a Remus... y Remus a Charlotte.

—Pues no se diga más, Remus y Charlotte, pónganse a pensar en como vamos a salir de aquí, ustedes son los inteligentes —dice James sonriendo a Charlotte, sin pensarlo, pongo mi mano en el hombro de Charlotte.

—¡Sí, señor! —responde Charlotte como un soldado muggle.

—Creo que aquí no se piensa —comenta Remus mirando mi mano en el hombro de Charlotte—. Vamos a correr hasta la Sala Común de Gryffindor, y esperen que no nos encuentre ningún maestro o prefecto —gruñe jalando a Charlotte hacía su pecho, haciendo que yo quite mi mano de su hombro.

Por segunda vez: Celoso.

Después de correr y escabullirnos de los maestros que rondaban por los pasillos, le damos la contraseña a la Dama Gorda y entramos a la sala común con cuidado de hacer algún ruido. No sería bueno que nos vieran despiertos tan tarde el primer día de llegar a Hogwarts.

Charlotte se fue a dormir con nosotros, dado que no quería despertar a sus compañeras, cosa que, sin dudar, todos aceptamos.

—Buenas noches, chicos —se oye la voz de Charlotte, quien se encontraba en la cama de Remus.

—Buenas noches —contestamos al mismo tiempo, como si nos hubiéramos sincronizado para decirlo.

Me quedé dormido mientras se oían murmullos de la cama de Remus.

[ • • • ]

—Black, tenemos clases, despierta —oigo la voz de Charlotte. Gruño poniendo la almohada encima de mi cabeza—... ¡Black! ¡Mueve tu feo trasero de la cama! —vuelve a decir moviéndome bruscamente, no le respondo— Bueno, si eso estás buscando... —murmura algo mientras me acurruco más en mi nueva cama, siento como mi cuerpo deja la cama, como si estuviera levitando, pero mi cuerpo no se quería mover. Quiero dormir, no sé porqué Charlotte se comporta como mi madre.

—¿Qué estás haciendo, Charlotte? —oigo la voz de James. Siento como aterrizo en algo sólido, haciendo que mi cabeza chocara con eso, despertándome verdaderamente de un salto— ¡Remus! ¿Cómo puedes dejar a tu hermana hacer eso? —visualizo a James enfrente de la mesa, levanto mi mirada y veo el cielo reflejado en el techo del Gran Comedor.

—Sirius no quería despertarse, no veo lo malo en que haga algo así —responde Remus leyendo su libro nuevo: "Siendo vampiro".

—¡Pero está en pijama! —grita James, dirijo mi mirada a donde está mirando: Charlotte.

Ella está sentándose entre Remus y yo, acomodando un plato frente a ella.

—¡Charlotte! —dice James con el ceño fruncido. Aguantando la risa, claramente.

—Potter, es el segundo día de clases. El primer día se metió en una pelea, no quiero que su segundo día no asista a ninguna clase —dice Charlotte escogiéndose de hombros.

—Entonces te preocupas por mí —digo con ternura, le guiño un ojo sonriendo.

—Remus, Black está coqueteando conmigo —comenta Charlotte.

Remus levanta su varita haciendo volar la comida de su plato a un blanco perfecto, mi cara.

—Prohibido coquetear con mi hermana, ¿entendiste? —dice haciendo que James riera burlándose, sin poder aguantar más la risa. Remus cierra su libro, prestándome atención— Toma Charlotte, gracias por prestarme tu libro, está interesante —dice sin quitar su mirada de mí, luego mirando a Charlotte y sonriendo con admiración y ternura.

Amor familia, asco.

Después del desayuno, los chicos se fueron a la primera clase, que era Transformaciones, yo tuve que ir a la Torre de Gryffindor para bañarme y arreglarme, gracias a que una salvaje me levantó sin dejarme bañar. Así que no pude asistir a esa clase, James se rió de mí, Peter sólo sonreía y los hermanos Lupin leían su libro.

¡Sirius! —oigo a James, está frente la puerta de Defensa Contra las Artes Oscuras— Te tardaste mucho.

—Este hermoso rostro tiene que ser tratado con delicadeza —sonrío guiñándole un ojo a una hermosa rubia de Ravenclaw.

—Creo que necesitas una enciclopedia —comenta Remus—, tu significado de hermoso está equivocado, yo preferiría el adjetivo horrendo —dice mientras guardaba su libro en la mochila de Charlotte, la cual se estaba riendo.

—No dañes mi ego —murmuro dándole una palmada en el hombro—... ¿Por qué metes tu libro en la mochila de Charlotte?

—Ella tiene mi mochila, yo tengo su mochila, siempre hemos hecho eso —contesta sonriendo.

—Bueno, ¿vamos a entrar a clases o nos quedaremos aquí parados? —pregunta James, pasando sus brazos por el hombro de Charlotte y de Peter.

—¿Por qué a él no le dices nada? —pregunto mirando con reproche a James.

—Él me cae bien —comenta Charlotte.

Volteo a ver a Remus para una explicación más explícita.

—Él le cae bien —repite Remus, mientras James me dedica una sonrisa arrogante.

Los merodeadores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora