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Miro la habitación y suspiro contemplando la cama de Remus, donde está James totalmente dormido en ella.

Suspiro levemente, era Sábado y no había nada que hacer, las chicas estaban comprando sus vestidos, por lo que todas las calles de Hogsmeade están llenas, Charlie y Remus están ahí. Charlie ayudando a que algunas consigan su vestido y Remus acompañando a Charlie.

Oigo un ronquido a mi izquierda, así que volteo y miro a Peter dormido, con la mitad del cuerpo fuera de su cama. Río suavemente, últimamente las cosas han estado muy tranquilas en Hogwarts, James a estado hablando con Lily y Charlie y Remus están algo ocupados con vaya a saber qué, así que sobramos Peter y yo, aburridos y molestos. Olvidados por nuestros mejores.

Me acuesto en mi cama mirando el techo. El Lunes era el baile. Un día para el baile y Charlie sigue sin aceptar mi invitación. Asombroso, ¿quién imaginaría que yo, el fabuloso Sirius Black, no tuviera pareja para el baile?

Suspiro mirando el pequeño reloj mágico de nuestra habitación. Era hora de comer, tal vez debería despertar a James y Peter. Miro a mi alrededor y veo un vaso de agua y sonrío victorioso, una broma no estará tan mal, ¿no?

Convierto el agua en salsa de tomate y pongo algo en mi cabeza, labios y brazos.

—¡James! —jadeo empezando a cojear hacia la cama de James— Ja-James, ayuda —murmuro haciendo un estridente ruido con el baúl de James, simulando tropezar.

—¡Sirius! —grita James despertándose sobresaltado— ¿Por qué rayos me despi...? ¡¿QUÉ MIERDAS TE PASÓ?!

James se levanta de su cama tratando de no tropezarse con sus cobijas y me ayuda a sentarme en su cama. Sonrío para mis adentros y suelto un quejido que despierta a Peter.

—Estaba en... en... —hago una mueca de dolor y acaricio con cuidado mi nuca. Hay cosas que se aprenden estando con Charlie, como la actuación— ¡la Torre de Astronomía! Sí, eso —me quedo callado ahora dirigiendo mi mano a mi brazo "malo"—. Se me antojó ir, pero algo no salió bien y... —desvío mi mirada a la pequeña mesa de noche— y me caí —James me ve sin poder creerlo, con algo de asombro y preocupación—, hice un hechizo cuando me di cuenta, pero era algo tarde y recibí un poco el impacto —murmuro removiéndome dolorosamente en la cama.

—¡Merlín! Debemos de llevarte a la enfermería, ¿cómo estás? ¿te duele algo interno? Mierda, ¿no pudiste esperar a Charlie? Ella quiere ser medimaga, yo auror, no sé ni una mierda —murmura mirando toda la habitación—, ¿dónde está cuando la necesitamos?

Se oyen unos murmuro y unas risas en el pasillo, de la nada, Charlie y Remus entran bromeando y riendo.

—¡Joder! ¡Qué genial soy! —grita James sonriendo y corriendo hacia los hermanos— Sirius se lastimó cayendo desde la Torre de Astronomía.

Charlie y Remus me miran incrédulos, para luego acercarse. Charlie me analiza con cuidado y Remus empieza a hacer preguntas.

—¿Cómo sigues vivo? ¿Qué hacías ahí? ¿Cómo rayos te caíste? ¿Qué....?

—Hizo un hechizo estando en el aire, pero no fue suficiente... ahora sangra mucho —murmura James callando a Remus.

—Pues, tengo una teoría, Sirius en una especia de criatura mágica y sana rápido sus heridas y por eso ya no hay hemorragia y, en vez de sangre, sangra jugo de tomate —dice mirándome de arriba a abajo.

—Salsa, por favor —corrijo sonriendo.

Ya lo había arruinado todo, con lo poco que duró.

—¡Me asustaste pedazo de idiota! —grita James queriendo golpearme, pero claro, soy tan buen golpeador que pude ver el golpe y esquivarlo.

—¡Oh, vamos! Tranquilo —digo y sonrío acercándome a él—, ¡Abrazo!

James se revuelve entre mis brazos tratando de que no le embarre la salsa, pero es una perdida de esfuerzo.

—Te repudio —gruñe molesto—. Iré a bañarme.

James entra molesto al baño mientras se va quitando la ropa en medio camino. Río suavemente y yo prefiero hacerme un hechizo de limpieza al cuerpo.

—No es gracioso, ¿qué pasa si un día de verdad te pasa algo y no te creemos? —gruñe Charlie frustrada— Ya tienes diecisiete, Sirius, ya eres mayor de edad, compórtate como tal.

La miro perplejo, nunca me había dicho algo así, ésta era la primera vez y realmente dolía viniendo de ella. Charlie sale diciendo que irá al Gran Comedor mientras que James sale, Remus se queda arreglando algo en su baúl, para luego mirarme sonriéndome de una forma tranquilizadora.

—Tranquilo, está en sus días —lo miro confundido y él niega riendo—. Lo dice porque se preocupa por ti, Sirius.

—Bueno, si tanto se preocupa por mí, ¿por qué no está conmigo todo el tiempo? —pregunto molesto— Así podrá cuidarme todo el tiempo.

—No quiere que sus sentimientos por ti crezcan —miro directamente a Remus y él sonríe ampliamente, demasiado feliz.

—No entiendo —murmuro confundido.

—Ella estaría con gusto todo el día contigo, pero no quiere ser un juego —comenta encogiendo sus hombros—. Tienes mi permiso, pero si sólo es un juego, juro que no me importará que seas mi mejor amigo, ¿entiendes?

Miro a Remus por un segundo, ¿su permiso? ¿Se refiere a permitirme estar con ella?... ¿Realmente quiere que yo esté con su hermana? Y, si fuera así ¿eso no me convierte en su...?

—¡Cuñado! —grito abrazando fuertemente a Remus— Gracias, Rems.

—Cuanto cariño —dice James saliendo de la ducha.

—Alcanzare a Charlie —murmuro corriendo hacia las escaleras.

—¡Le haces algo y te mato! —gritan Remus y James al mismo tiempo.

Que grandes amigos tengo.

Salgo de la Sala Común y me dirijo al Gran Comedor, mirando como Charlie está a un paso de entrar.

—¡Charlie! —ella se detiene y voltea curiosa, volteando su cuerpo al reconocerme— Que rápido caminas, lo juro.

Murmuro mientras me paro frente a ella y sujetando mis rodillas para agarrar algo de aire.

—¿Qué quieres? —gruñe molesta.

—¿Quieres ir al baile co...?

—No —interrumpe empezando a caminar nuevamente.

¡Andaaaaaa! —ruego agarrando su mano y, ahora, quedando en la entrada del Gran Comedor, a la mira de todos— ¿Qué quieres que haga para que aceptes?

—Nada, quiero que hagas algo nacido de ti, no de alguien más —gruñe molesta. La miro a los ojos y veo que no es sólo eso, que hay algo más oculto en esos hermosos ojos color miel.

—Solo quiero ir contigo, Charlie —murmuro acercándola a mí—. No eres otra más a la lista, no, definitivamente no, nunca jugaría contigo, ¿cómo podría jugar con mi primer y único amor? —ella me mira sorprendida, pero sin que ese brillo curioso desapareciera. Su atención se centra en mí, alentándome a hablar.

Suelto levemente su mano, para luego poner mi sonrisa más encantadora, sincera, amorosa y no sé que más debería de expresar mi hermosa y sensual cara. Me hinco frente a ella, llamando la atención de algunos alumnos.

—Sé que soy un idiota, un estúpido y todo lo que me quieras poner, pero simplemente quiero una oportunidad. Charlotte Elizabeth Lupin, ¿quieres ir al baile conmigo?

Charlie suelta una carcajada, llamando la atención completa del Comedor.

—Si me besas la mano, acepto —dice sonriendo ampliamente. Claro está que yo, Sirius Black, nunca haría algo así, pero era Charlie, mi hermana, mi compañera de bromas, la persona que realmente quiero... y estamos frente a todo el Comedor... junto con Regulus, Adam y todos aquellos fracasados a los que ella nunca querrá.

Beso su mano derecha con suavidad y dulzura, oigo los suspiros de algunas chicas, pero lo que más logro oír son las palabras de Charlie.

—Vamos, idiota, quiero comer.


Los merodeadores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora