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—¿Qué clase nos toca? —pregunta James.

Él planeaba llegar temprano a todas la clases para sentarse a un lado de Lily Evans, su pequeño amor.

—Transformaciones —responde Charlie abrazando a Peter por la espalda, daba risa, el pequeño Peter y la alta Charlie, ¡creció en vacaciones!—, ¿intentarás sentarte nuevamente con ella?

—¡Claro! Aunque no entiendo porqué no se sienta conmigo —dice haciendo una mueca de disgusto, James llevaba toda la mañana tratando que Lily se sentara a su lado, pero nunca lo hacía, Lily siempre que lo veía a un lado de su habitual lugar se sentaba en otro lugar, en la clase de Pociones de sentó al lado de Charlie, a la cual habíamos dejado sola por falta de espacio.

—Porque no te quiere —contesto su pequeña duda, golpeando levemente su espalda—, debería rendirte.

—¡Nunca! —gruñe James— No me rendiré hasta estar con ella.

—¡Así se habla, James! —grita Charlie, aplaudiendo sin importar que estuviera abrazando a Peter— ¡Ésos son hombres! —la miro, no sé si reírme o fingir que no la conozco— Aprende de él, Sirius.

—¿Pero de que rayos estás hablando? —pregunto confundido.

—¿Alison Park? —pregunta Charlie, sigo sin comprender a lo que quiere llegar.

—¿Samantha Bloont? —esta vez fue Peter, quien me miraba asombrado, niego con la cabeza.

—¿Karla Bell? —pregunta Remus.

—¿Thelma Willson? —pregunta James, ¿Thelma? ¿la Hufflepuff que está con nosotros en Herbologia?... ¡Ya entendí!

—¡¿Te metiste con Thelma?! —grita enojada Charlie— ¡Por eso está tan triste últimamente!

—¡No es mi culpa! —grito levantando las manos como si me apuntaran con una varita— No sabía que conocías a Thelma, si lo hubiera sabido...

—¿Si lo hubieras sabido...? ¿Qué? Espero que sea buena escusa, Black —dice mirándome con desprecio—... ¿no la hubieras ilusionado? ¿no la hubieras besado?

—No es... Bueno, sí —contesto algo avergonzado—. No la hubiera besado, ¡pero tampoco la ilusioné! Yo no le dije que quisiera algo serio con ella.

—Eres imposible, Black —Charlie niega con la cabeza.

Y eso, para mi santa estupidez, hizo enojar más a Charlie. No hizo un alboroto, ni tampoco me hizo un hechizo, fue peor, peor que oler el vomito de un trol, que resulta ser un duende mal masticado, el cual no se había bañado durante meses.

Charlie simplemente se fue con sus otros amigos, despidiéndose de Remus, Peter y James, ¡ignorando mi existencia!

Y ignorar mi radiante existencia debe ser difícil. Muy, muy difícil.


Ya habíamos pasados las dos clases, ésta es la hora de la comida, James, Peter, Remus y yo nos estamos dirigiendo al Gran Comedor, Charlie debe estar ahí, salió corriendo cuando la clase terminó.

Dirijo mi atención hacia toda la mesa de Gryffindor, Charlie no se encontraba ahí, ¡yo que me quería disculpar! Aunque no haya sido mi culpa.

Unas risas me sacan de mi ensimismamiento, provenían de la mesa de Slytherin, miro la mesa con desprecio, hasta que la veo ahí.

Charlie está en la mesa de Slytherin, con Regulus, Quejicus, Narcissa, Rodolphus, Lucius y, para mi sorpresa, con Bellatrix.

Mi sorpresa no es verlas sentada en el grupo de amigos de Bellatrix, sino, que está hablando con ella, ¡parecen mejores amigas! No paran de reír y hacer chistes, chistes que se oyen en todo el comedor, con esa voz tan sutil que tiene Charlie.

Los merodeadores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora