Los merodeadores.

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—Lo que dijo James —murmuro para llamar la atención de Charlie—... No le creas, ya sabes que...

—Fue bajo el efecto de la poción, no te preocupes —me interrumpe sonriendo.

Estábamos en la enfermería, con un James acostado en la camilla totalmente dormido. Charlie está preocupada, aunque no lo demuestre, ya que lleva moviéndose y mirando a James, acariciándole la mano con suavidad.

Siento un pequeño filo recorrer por mi estómago, algo así como ácido cuando miro como Charlie no despega la mirada de James.

Ya ha pasado Pociones, pero Charlie no quería irse y dejar a James, haciendo que ese ácido en mi estómago incrementara más. Los chicos vinieron, pero se fueron para la siguiente clase.

Miro como James duerme tranquilamente en la camilla, pero un dolor agudo recorre por todas mis extremidades. ¿Será que me afectó la poción?

—¡Les dije que no era así! —gruñe molesta— ¡Pero nunca me hacen caso!

—Tranquila, pequeña híbrido —agarro la mano de Charlie antes de que me vuelva a golpear, pero su mano derecha impacta contra mi pecho.

—¡¿Porqué mierdas no me hicieron caso?! —dice tratando de golpearme. Agarro su otra mano, ella se levanta de su silla para empujarme, pero la jalo y la abrazo, haciendo que se siente en mis piernas—... Suéltame, sabandija despreciable.

—Vamos, calma, ni él ni yo sabíamos que iba a pasar esto —murmuro tratando de controlar mi enojo.

Sí, puede que James sea mi amigo, pero Charlie también lo es, ¡y me acaba de golpear por él! Es totalmente injusto, siempre se desquita conmigo, como si yo tuviera la mayoría de la culpa... ¡Merlín! ¡Hasta la apoyé antes de que pasara todo!

—Suéltame —gruñe moviéndose molesta—, ¿si le hubiera pasado algo peor?

—Pero pasó, Charlie, tranquilízate. No pasó nada grave.

—¡No me digas que hacer!

—¡Cállate! —grito molesto— ¡¿Porqué tanta insistencia?! ¡¿Te gusta James o qué?!

—¡No te incumbe! ¡¿Y si fuera así qué?! ¡No tienes derecho de meterte en mis relaciones, mujeriego de mierda! ¡Tú sólo eres mi amigo! ¡Tú no...!

Estampo mis labios con los de ella, pasando mi mano derecha por su cabello y mi izquierda por su cintura, acercándola más a mí.

Muerdo suavemente sus labios y ella gime levemente, dándome un pequeño espacio entre sus labios para entrar a su boca, cosa que hago, enredando mi lengua con la suya. Ella corresponde lentamente, con algo de confusión. Abrazo su cintura con fuerza y me levanto cargándola, sin ella enredar sus piernas a mi cadera, haciendo mi trabajo más difícil. Arrojo la jarra de agua y el vaso de la pequeña mesa al costado de la cama de James, siento a Charlie ahí y me pongo entre de sus piernas, pegándola más a mí.

Me encantaría estar así todo el día. Siento una calidez en mi pecho, como si estar con ella me diera la felicidad y motivación que necesito para seguir. Es extraño, nunca había sentido algo así por alguien, ni sé porqué la besé, sólo sé que, en este momento, que soy la persona más feliz de todas...

—¿Qué mierdas? —gruño al sentir como Charlie me empuja y acomoda todo en su lugar con magia.

—¡Sirius, cariño! —dice Lonte entrando a la enfermería— ¡Te estuve buscando todo este tiempo!

—Pues aquí estoy, Lon...

—¡¿Qué dementores haces con ésa?! —dice agarrándome del brazo y alejándome más de lo que el empujón pudo hacer— ¡No te acerques a mi novio, pedazo de...! —abro mi boca para callarla, pero Charlie se adelanta.